Con ese escenario como referencia, la cuestión que preocupa a analistas es ¿cómo se puede arreglar un sector plagado de zombies andantes? Algunos profesores de Wharton, prefieren que algunas de las compañías aéreas en serias dificultades dejen de volar, para siempre.
Los académicos partidarios de soluciones drásticas, barajan distintas alternativas. La más importante es terminar con unas cuantas empresas para retirar suficiente capacidad del sector y las sobrevivientes obtengan beneficios. Elizabeth Bailey, apoya esta opinión y la argumenta diciendo que “hay demasiadas aerolíneas y demasiada capacidad”.
Un informe de Wharton afirma que parte del problema es histórico. Las aerolíneas tradicionales, recuerda, como American o United se crearon cuando el sector estaba regulado, en parte para proporcionar estabilidad a un sector por esos días joven. Así, las compañías aéreas podían recuperar costes operando al 50% de su capacidad. “Cuando dio comienzo la desregulación en 1979, lo consumidores se beneficiaron de las bajas tarifas, pero las compañías aéreas nunca fueron capaces de superar los altos costes fijos establecidos en el pasado. Hoy en día, se ocupan el 70% de los asientos y tan sólo una aerolínea (Southwest) es regularmente rentable”, según el diagnóstico de la universidad.
Reducir presencia
Bailey insiste en que si un puñado de aerolíneas desapareciese, el sector podría mantener los precios a niveles razonables y ganar dinero. “¿Cuántos fabricantes de automóviles tenemos? Tres, General Motors, Ford y DaimlerChrysler, y uno es de propiedad extranjera. El sector aéreo debería ser como el automovilístico”.
El gran reto es cómo lograrlo. Hay tres propuestas.
1- Reformar el proceso de declaración en suspensión de pagos
Normalmente, explica, una compañía aérea solicita la bancarrota, recorte costes y vuelve a surgir de sus cenizas para presionar aún más al resto de competidoras. Éstas entonces deben reducir sus precios para poder competir, una estrategia que les obliga también a ellos a la quiebra. Los expertos de Wharton dicen que los jueces responsables de los casos deben valorar cuál es realmente la capacidad de una aerolínea para salir de la bancarrota.
2- Renovar las normas laborales del sector
Para Bailey, las regulaciones y las normas laborales impuestas por los sindicatos son dos temas que están evitando que el sector se consolide. Por ejemplo, el gobierno estadounidense impide que empresas extranjeras adquieran compañías aéreas domésticas. “Estoy segura de que una compañía aérea extranjera estaría interesada en comprar US Airways porque así accedería a su red”, sostiene Bailey.
La académica también critica las normas laborales que se remontan a los tiempos en que el sector estaba regulado. Las empresas tradicionales tuvieron que cumplir normas sindicales que dispararon los salarios y limitaron las horas de vuelo de los pilotos. En consecuencia, ejemplifica, los pilotos de Southwest por término medio ganan menos y son el doble de productivos. Según Bailey esto es posible porque los pilotos se ven forzados a ser fieles a su compañía independientemente de cómo vean su futuro.
3- Reducir las inversiones en las compañías aéreas
La universidad dice que posiblemente Wall Street sea el problema. A pesar de los retos del sector aéreo, los inversores están deseando comprar deuda y acciones de aerolíneas. Es que las compañías aéreas que pasan por una buena racha pueden generar muchísimo dinero. Este interés por invertir puede ser beneficioso porque la entrada de nuevas empresas podría hacer que el sector fuese eficiente. Con el tiempo, las flota de menor edad y las nuevas culturas corporativas podrían desplazar a las ineficientes compañías aéreas tradicionales, apuesta el profesor de Gestión de las Operaciones y la Información Serguei Netessine.
Los académicos partidarios de soluciones drásticas, barajan distintas alternativas. La más importante es terminar con unas cuantas empresas para retirar suficiente capacidad del sector y las sobrevivientes obtengan beneficios. Elizabeth Bailey, apoya esta opinión y la argumenta diciendo que “hay demasiadas aerolíneas y demasiada capacidad”.
Un informe de Wharton afirma que parte del problema es histórico. Las aerolíneas tradicionales, recuerda, como American o United se crearon cuando el sector estaba regulado, en parte para proporcionar estabilidad a un sector por esos días joven. Así, las compañías aéreas podían recuperar costes operando al 50% de su capacidad. “Cuando dio comienzo la desregulación en 1979, lo consumidores se beneficiaron de las bajas tarifas, pero las compañías aéreas nunca fueron capaces de superar los altos costes fijos establecidos en el pasado. Hoy en día, se ocupan el 70% de los asientos y tan sólo una aerolínea (Southwest) es regularmente rentable”, según el diagnóstico de la universidad.
Reducir presencia
Bailey insiste en que si un puñado de aerolíneas desapareciese, el sector podría mantener los precios a niveles razonables y ganar dinero. “¿Cuántos fabricantes de automóviles tenemos? Tres, General Motors, Ford y DaimlerChrysler, y uno es de propiedad extranjera. El sector aéreo debería ser como el automovilístico”.
El gran reto es cómo lograrlo. Hay tres propuestas.
1- Reformar el proceso de declaración en suspensión de pagos
Normalmente, explica, una compañía aérea solicita la bancarrota, recorte costes y vuelve a surgir de sus cenizas para presionar aún más al resto de competidoras. Éstas entonces deben reducir sus precios para poder competir, una estrategia que les obliga también a ellos a la quiebra. Los expertos de Wharton dicen que los jueces responsables de los casos deben valorar cuál es realmente la capacidad de una aerolínea para salir de la bancarrota.
2- Renovar las normas laborales del sector
Para Bailey, las regulaciones y las normas laborales impuestas por los sindicatos son dos temas que están evitando que el sector se consolide. Por ejemplo, el gobierno estadounidense impide que empresas extranjeras adquieran compañías aéreas domésticas. “Estoy segura de que una compañía aérea extranjera estaría interesada en comprar US Airways porque así accedería a su red”, sostiene Bailey.
La académica también critica las normas laborales que se remontan a los tiempos en que el sector estaba regulado. Las empresas tradicionales tuvieron que cumplir normas sindicales que dispararon los salarios y limitaron las horas de vuelo de los pilotos. En consecuencia, ejemplifica, los pilotos de Southwest por término medio ganan menos y son el doble de productivos. Según Bailey esto es posible porque los pilotos se ven forzados a ser fieles a su compañía independientemente de cómo vean su futuro.
3- Reducir las inversiones en las compañías aéreas
La universidad dice que posiblemente Wall Street sea el problema. A pesar de los retos del sector aéreo, los inversores están deseando comprar deuda y acciones de aerolíneas. Es que las compañías aéreas que pasan por una buena racha pueden generar muchísimo dinero. Este interés por invertir puede ser beneficioso porque la entrada de nuevas empresas podría hacer que el sector fuese eficiente. Con el tiempo, las flota de menor edad y las nuevas culturas corporativas podrían desplazar a las ineficientes compañías aéreas tradicionales, apuesta el profesor de Gestión de las Operaciones y la Información Serguei Netessine.