Investigadores de la Universidad Binghamton, de la Universidad Estatal de Nueva York (EEUU), han utilizado bacterias para crear una batería 'de papel'. Servirá para suministrar energía a la electrónica desechable en áreas remotas, peligrosas o con recursos limitados.
Investigadores de la Universidad de Washington (EEUU) han conseguido que un grupo de personas controle un juego de ordenador a partir solo de la información que recibían directamente en sus cerebros, a través de una tecnología llamada estimulación magnética transcraneana (EMT).
Ingenieros de la Universidad de Northwestern de EEUU han desarrollado un ‘laboratorio de piel’, un dispositivo adherente, suave y flexible que mide el sudor del usuario para registrar cómo su cuerpo responde al ejercicio físico. Está diseñado para un solo uso de unas pocas horas, y se coloca directamente sobre la piel del antebrazo o de la espalda. Permitirá a las personas monitorear su estado de salud in situ, sin necesidad de tomar muestras de sangre.
Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU) han logrado transformar las espinacas en avanzados detectores de explosivos. Lo han hecho incrustando en las hojas de esta planta nanotubos de carbono que detectan nitroaromáticos y envían la información a un dispositivo portátil similar a un smartphone. El sistema es un ejemplo de los novedosos sistemas electrónicos que se están desarrollando en el marco de la “nanobiónica vegetal”.
Ingenieros de EE.UU. han conseguido llevar un poco más lejos los límites de la electrónica, usando disulfuro de molibdeno en lugar de silicio para fabricar un transistor con una puerta de 1 nanómetro, en lugar de los 5 de los dispositivos actuales. La puerta es la que controla el flujo de electrones.
'Nanoingenieros' de EE.UU. han utilizado láser para imprimir circuitos y electrodos de grafeno sobre superficies como papel o polímeros, a escalas lo suficientemente grandes para desarrollar sensores químicos o biológicos, sistemas de almacenamiento de energía, componentes conductores eléctricos, e incluso electrónica basada en papel.
Ingenieros de Stanford (EE.UU.) han diseñado un tejido de bajo coste, hecho principalmente de plástico, que puede enfriar el cuerpo de forma más eficiente que los tejidos usados actualmente. Para ello han combinado nanotecnología, fotónica y química.
Una célula solar creada por ingenieros de EE.UU. realiza la fotosíntesis, transformando directamente el dióxido de carbono atmosférico en combustible de hidrocarburo utilizable, utilizando la luz solar como fuente de energía, igual que las plantas. Es, por tanto, una célula solar 'fotosintética', y no fotovoltaica.
Un sistema combina óxido de grafeno con nanocelulosa producida por bacterias para limpiar el agua y obtener agua potable. Ingenieros de EE.UU. han diseñado esta fórmula, que es barata y escalable, y que utiliza la luz solar como fuente de energía.