Durante mucho tiempo, el proceso de desertificación del Sáhara ha sido objetivo de análisis para los científicos que tratan de entender el clima y los puntos de inflexión de los ecosistemas. Ahora, un estudio realizado por un especialista de la Universidad Nacional de Seúl apunta a que la mano del hombre estaría detrás de la creación del desierto del Sáhara. Las implicaciones para la época actual son obvias.
La acción humana es responsable indirecta de entre un 50% y un 70% de la pérdida de la banquisa ártica, según una investigación. A través de un modelo informático, ha descubierto que la variabilidad natural de la atmósfera polar ha estado influida por la zona caliente del Pacífico tropical, producto del calentamiento global, y acelerado el deshielo ártico en los últimos 20 años.
Las concentraciones de CO2 en la atmósfera alcanzaron en 2016 nuevos récords históricos, elevándose un 43% por encima de los niveles preindustriales. En febrero llegaron a los 406,42 ppm, pudiendo llegar a los 410 ppm esta primavera. La tasa de crecimiento es ya de 100 a 200 veces más rápida que la experimentada desde la última Edad de Hielo, lo que constituye un verdadero shock para la atmósfera.
Un nuevo estudio da la vuelta a uno de los principios evolutivos: que entornos hostiles favorecen la cooperación y conducen a la colonización de nuevos espacios para vivir. Lo que ha descubierto mediante un análisis filogenético de casi 5.000 especies de aves es que la cooperación entre individuos es lo que permite a las especies colonizar nuevos espacios y que las especies que no han desarrollado la cooperación no han podido sobrevivir.
Las misteriosas señales de radio cósmicas, que intrigan a los científicos desde su descubrimiento en 2007, podrían proceder de un enorme transmisor creado por una civilización extraterrestre más allá de los límites de nuestra galaxia. Lo suponen científicos de Harvard, que han calculado la viabilidad tecnológica de ese transmisor y deducido que generaría las señales que llegan 10.000 veces cada día a la Tierra.
La falta de sueño reduce la materia gris del cerebro de los adolescentes y afecta al rendimiento escolar, la salud y su seguridad, ha descubierto un estudio. Las malas notas en los estudios están asociadas a estas alteraciones del cerebro. Dormir menos de 7 horas diarias y acostarse tarde los fines de semana son los hábitos más perjudiciales.
Un equipo de científicos ha encontrado actividad cerebral en un paciente 10 minutos después de su muerte clínica. Durante ese tiempo, el paciente experimentó el mismo tipo de ondas cerebrales (ondas delta) que obtenemos durante el sueño profundo, un hecho inexplicable. Los investigadores consideran que esta experiencia puede significar que la muerte es una experiencia única para cada individuo.
Hasta hace poco se creía que los neandertales fueron homínidos no tan inteligentes como el sapiens. Sin embargo, en los últimos años se han descubierto en ellos capacidades cognitivas sorprendentes. La última, que eran capaces de automedicarse con ácido salicílico (componente de la aspirina) y con un antibiótico natural.
Nuestros antiguos ancestros acuáticos salieron del agua a la tierra impulsados por sus ojos, y no por sus extremidades, apunta un estudio de la Universidad Northwestern y del consorcio Claremont Colleges de EEUU, basado en el análisis de registros fósiles de la época. Este aumento de los ojos coincidió con un incremento en la capacidad de planificación de los animales de entonces.
La música no sólo nos trae rápidamente recuerdos del pasado, sino que dependiendo del tipo de música (alegre, triste, tranquila o estridente) los recuerdos pueden ser positivos o negativos, y se reviven con mayor o menor intensidad. Son los resultados de un estudio que mide la capacidad de la música para despertar la memoria.