Una región del cerebro conocida como corteza cingulada posterior es la que provoca cambios en las rutinas de comportamiento, llevando a los sujetos a explorar nuevas opciones divergentes, ha descubierto un estudio. Si se estimula esa zona cerebral, el sujeto abandona sus rutinas y explora nuevas opciones. Y si se suprime la actividad en esa área del cerebro, el sujeto queda atado a la rutina, sin posibilidad de imaginar una salida.