Un equipo de neurocientíficos europeos ha constatado en un experimento en el que se registraron imágenes de la actividad del cerebro de 12 personas, que nuestra corteza visual no sólo procesa los estímulos visuales sino que, además, prevé lo que vamos a ver, como si “recordara el futuro”. Esta capacidad del cerebro para adelantarse a lo que le presenta la realidad supone un ahorro energético, tal y como ya estableció Karl Friston en su llamado “principio de la energía libre”.
La capacidad para emitir ciertos juicios de valor acerca de las acciones de otros depende de un área concreta del cerebro conocida como corteza prefrontal ventromedial (VMPFC), revela un estudio reciente realizado por científicos del MIT. Las personas con trastornos en esta área son incapaces de evaluar moralmente acciones maliciosas, en caso de que éstas fracasen o no tengan resultados nocivos.
Un equipo de físicos teóricos del SIMES de Estados Unidos afirma que la materia oscura podría conocerse en un laboratorio. Estudiando un tipo de materiales muy novedosos llamados aislantes topológicos, los científicos descubrieron que el comportamiento electromagnético de estos materiales puede describirse matemáticamente de una manera muy similar al comportamiento de los axiones, unas partículas subatómicas cuya existencia aún no se ha podido constatar empíricamente pero que están relacionadas con la materia oscura.
Un equipo internacional de físicos ha constatado, a partir del análisis de más de 70.000 galaxias, que el universo –y no sólo el sistema solar- funciona siguiendo las leyes de la Teoría de la Relatividad General. Una de las implicaciones de esta constatación es que confirma la existencia de la materia oscura, que nunca ha podido ser observada pero cuya existencia puede inferirse a partir de los efectos gravitacionales que causa en la materia visible.
Un equipo internacional de científicos que estudia las colisiones a altos niveles de energía de iones en el acelerador de partículas del Brookhaven National Laboratory, de Nueva York, ha descubierto el antinúcleo atómico de antimateria más masivo encontrado hasta la fecha. Según los investigadores, este hallazgo podría tener consecuencias sin precedentes para la comprensión del universo.
Un equipo de investigadores del Reino Unido está desarrollando un dispositivo que permitirá conocer los sonidos del mundo a escala microscópica. Saber cómo suenan las bacterias al moverse o las partículas microscópicas suspendidas en un líquido (como el polen dentro de una gota de agua) serán algunas de sus posibilidades.
El sistema nervioso entérico o “segundo cerebro” se encuentra situado en nuestros intestinos, y está compuesto por 100 millones de neuronas. La revista Scientific American analiza el curioso funcionamiento de esta red neuronal, gracias a la que “sentimos” ciertas emociones en la tripa, y también gracias a la que nuestro organismo hace la digestión sin contar con la ayuda del cerebro principal.
Hasta ahora, se pensaba que la percepción del inicio y del final de los sonidos se procesaba en el mismo canal neuronal. Ahora, un nuevo estudio ha demostrado que el cerebro emplea dos canales de conexiones neuronales distintos e independientes entre sí para procesar el inicio o el final de los sonidos. El hallazgo servirá para mejorar las terapias para personas con déficit en el lenguaje, y también para diseñar dispositivos de ayuda a la audición más eficientes.
Hasta ahora, y durante unos 80 años, la hipótesis más aceptada sobre la aparición de la vida en nuestro planeta había sido la llamada “teoría del caldo primordial”. Sin embargo, recientemente un equipo de científicos británicos y alemanes ha propuesto una teoría alternativa: la vida habría surgido a partir de determinados gases y gracias a la energía procedente de chimeneas hidrotermales oceánicas. Mediante un proceso conocido como quimioósmosis, las células vivas habrían adquirido la misma capacidad de generar energía que sus predecesoras inorgánicas.
Las formas de vida extraterrestre serán detectadas muy pronto gracias a las tecnologías disponibles, por lo que tenemos que estar preparados para las consecuencias de este hallazgo. Ésta es una de las conclusiones a la que han llegado científicos y astrónomos de todo el mundo, reunidos recientemente en un encuentro de la Royal Society de Londres, para discutir cuestiones relacionadas con la vida alienígena.