La demanda de gasolina ha estado creciendo desde mediados de los 80 y no muestra señales de disminuir. Sin embargo, los suministros son escasos y con tendencia a ser más escasos aún. El resultado predecible es de demanda creciente y oferta inflexible: márgenes más altos para los refinadores.
Es más, fuentes del sector indican que la demanda de gasolina continuará creciendo durante el próximo cuarto de siglo, manteniendo altos márgenes y precios. Sin embargo, los consultores de Booz Allen, analizando el fenómeno, afirman que laos refinerías aún no deben cantar victoria. El estudio considera tres escenarios posibles:
1- Precios de gasolina altos y firmes.
2- Estándares muy ajustados de eficiencia de combustible.
3- Adopción de combustibles híbridos eficaces.
Consecuencias
Cada escenario tiene como resultante una demanda por debajo de las estimaciones del sector. En el peor de los casos, podría darse un superávit de gasolina tan cercano como para el 2007.
La demanda de gasolina depende de un lado de los kilómetros recorridos y de la eficiencia del combustible de la flota automotriz. En las subidas de precios de los años 70 y 80, los consumidores respondieron conduciendo menos cantidad de kilómetros. Tomaban el tren en lugar del coche, las autopistas en lugar de una carretera con vistas, o unas vacaciones en casa en vez de un largo viaje.
Los consumidores actuales ya están reaccionando a los altos precios de la gasolina como lo hicieran en el pasado. Los fabricantes de coches están ofreciendo incentivos para vender sus automóviles de gasolina porque los compradores están buscando una mayor eficiencia de combustible.
El estudio de Booz Allen cita una reciente encuesta de Kelly Blue Book and Harris Interactive, en la que el 40% de compradores de coches dijeron que evaluaban los precios de la gasolina en su decisión de compra. Y un 17% dijo que los altos precios de gasolina les habían hecho cambiar de parecer respecto a qué automóvil comprar.
El análisis de la consultora llega a la conclusión de que si los precios de gasolina llegan a un nivel real ajustado a inflación, es decir muy cerca del precio actual, y se mantienen a ese nivel, la demanda caerá por debajo de la oferta para el 2007.
En un escenario más conservador, si los precios reales incrementan sólo un 2% por año más rápidamente que lo pronosticado por las estadísticas del Departamento de Energía de los Estados Unidos, la demanda de gasolina caerá por debajo de la oferta para el 2014.
Responsabilidades compartidas
Los consumidores no estaban solos cuando bajaron la demanda de gasolina en las últimas subidas de precios. Los organismos reguladores también hicieron lo suyo.
En 1975, con altos precios de petróleo y la vulnerabilidad de la oferta demostrada por el embargo petrolero árabe, el Congreso estadounidense introdujo nuevos estándares de economía de combustibles. Los estándares obligaban a la industria a fabricar automóviles de mayor eficiencia de combustible, con un objetivo de 27.5 millas por galón para automóviles y de 20.7 para camiones ligeros.
Los autores del estudio se preguntan qué ocurriría si los reguladores respondieran a las incertidumbres actuales de demanda y oferta exigiendo que los camiones livianos cumplieran los mismos estándares de eficiencia de combustible que los coches. Los motores Diesel serían probablemente una opción atractiva para los fabricantes, ya que son mucho más rentables que los motores de gasolina.
Si los reguladores implantaran este estándar de paridad entre coches y camiones ligeros, para el año 2012 los vehículos Diesel constituirían el 43% de la producción de camiones ligeros y la oferta de gasolina excedería la demanda ese mismo año.
Es más, fuentes del sector indican que la demanda de gasolina continuará creciendo durante el próximo cuarto de siglo, manteniendo altos márgenes y precios. Sin embargo, los consultores de Booz Allen, analizando el fenómeno, afirman que laos refinerías aún no deben cantar victoria. El estudio considera tres escenarios posibles:
1- Precios de gasolina altos y firmes.
2- Estándares muy ajustados de eficiencia de combustible.
3- Adopción de combustibles híbridos eficaces.
Consecuencias
Cada escenario tiene como resultante una demanda por debajo de las estimaciones del sector. En el peor de los casos, podría darse un superávit de gasolina tan cercano como para el 2007.
La demanda de gasolina depende de un lado de los kilómetros recorridos y de la eficiencia del combustible de la flota automotriz. En las subidas de precios de los años 70 y 80, los consumidores respondieron conduciendo menos cantidad de kilómetros. Tomaban el tren en lugar del coche, las autopistas en lugar de una carretera con vistas, o unas vacaciones en casa en vez de un largo viaje.
Los consumidores actuales ya están reaccionando a los altos precios de la gasolina como lo hicieran en el pasado. Los fabricantes de coches están ofreciendo incentivos para vender sus automóviles de gasolina porque los compradores están buscando una mayor eficiencia de combustible.
El estudio de Booz Allen cita una reciente encuesta de Kelly Blue Book and Harris Interactive, en la que el 40% de compradores de coches dijeron que evaluaban los precios de la gasolina en su decisión de compra. Y un 17% dijo que los altos precios de gasolina les habían hecho cambiar de parecer respecto a qué automóvil comprar.
El análisis de la consultora llega a la conclusión de que si los precios de gasolina llegan a un nivel real ajustado a inflación, es decir muy cerca del precio actual, y se mantienen a ese nivel, la demanda caerá por debajo de la oferta para el 2007.
En un escenario más conservador, si los precios reales incrementan sólo un 2% por año más rápidamente que lo pronosticado por las estadísticas del Departamento de Energía de los Estados Unidos, la demanda de gasolina caerá por debajo de la oferta para el 2014.
Responsabilidades compartidas
Los consumidores no estaban solos cuando bajaron la demanda de gasolina en las últimas subidas de precios. Los organismos reguladores también hicieron lo suyo.
En 1975, con altos precios de petróleo y la vulnerabilidad de la oferta demostrada por el embargo petrolero árabe, el Congreso estadounidense introdujo nuevos estándares de economía de combustibles. Los estándares obligaban a la industria a fabricar automóviles de mayor eficiencia de combustible, con un objetivo de 27.5 millas por galón para automóviles y de 20.7 para camiones ligeros.
Los autores del estudio se preguntan qué ocurriría si los reguladores respondieran a las incertidumbres actuales de demanda y oferta exigiendo que los camiones livianos cumplieran los mismos estándares de eficiencia de combustible que los coches. Los motores Diesel serían probablemente una opción atractiva para los fabricantes, ya que son mucho más rentables que los motores de gasolina.
Si los reguladores implantaran este estándar de paridad entre coches y camiones ligeros, para el año 2012 los vehículos Diesel constituirían el 43% de la producción de camiones ligeros y la oferta de gasolina excedería la demanda ese mismo año.