Un viejo tranvía recorriendo una ciudad, una imagen que hoy puede volver a verse pero con nuevas tecnologías sostenibles. Imagen: Matthew Septimus/Getty Images.
El tranvía, un clásico sistema interurbano de transporte público de pasajeros mediante vías ferroviarias, podría regresar a las grandes ciudades. Es que un proyecto desarrollado en Estados Unidos busca resucitar este medio de transporte empleando pilas de combustible de hidrógeno como fuente energética. Se trataría de coches absolutamente independientes en su propulsión, que no requerirían de un sistema conjunto de líneas de alta tensión.
Durante la Quinta Conferencia Internacional Hydrail, que se celebró recientemente en Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos, distintos ingenieros y planificadores de tránsito concluyeron que los tranvías son una aplicación ideal para los principios de la propulsión por hidrógeno.
Uno de los puntos centrales de la iniciativa radica en que la propulsión a través de pilas de combustible de hidrógeno evitaría las líneas aéreas de suministro eléctrico que recorrían las calles de las ciudades en los sistemas antiguos de tranvías, además de permitir que cada coche tenga un funcionamiento independiente.
La novedad fue publicada en un artículo de IEEE Spectrum Magazine, medio especializado del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE). También mereció una nota en la revista Mass Transit Mag. Según la American Public Transit Association (APTA), alrededor de 50 ciudades en los Estados Unidos están planeando nuevas líneas de tranvía bajo estas características.
Durante la Quinta Conferencia Internacional Hydrail, que se celebró recientemente en Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos, distintos ingenieros y planificadores de tránsito concluyeron que los tranvías son una aplicación ideal para los principios de la propulsión por hidrógeno.
Uno de los puntos centrales de la iniciativa radica en que la propulsión a través de pilas de combustible de hidrógeno evitaría las líneas aéreas de suministro eléctrico que recorrían las calles de las ciudades en los sistemas antiguos de tranvías, además de permitir que cada coche tenga un funcionamiento independiente.
La novedad fue publicada en un artículo de IEEE Spectrum Magazine, medio especializado del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE). También mereció una nota en la revista Mass Transit Mag. Según la American Public Transit Association (APTA), alrededor de 50 ciudades en los Estados Unidos están planeando nuevas líneas de tranvía bajo estas características.
Beneficios de este sistema de transporte público
Aunque para muchos pueda parecer un simple ejercicio nostálgico, el tranvía es mucho más que un buen recuerdo. Más de una docena de municipios de todo el mundo ya han reactivado y ampliado sus líneas de tranvías, considerando las ventajas económicas y ecológicas que supone este medio de transporte público.
Más allá de los nuevos métodos de propulsión mediante hidrógeno, los tranvías consumen menos energía que los autobuses. Si además se concreta un diseño basado en energías renovables, el tranvía podría significar para los municipios un ahorro de varios millones de dólares por kilómetro recorrido por estos servicios públicos.
De acuerdo a una evaluación realizada en 2006, una cuarta parte del costo de instalación de un sistema de tranvías de 16 kilómetros correspondería al tendido de las líneas eléctricas necesarias en los sistemas convencionales. Con la propulsión a través de hidrógeno no solamente se ahorraría la construcción de esta infraestructura, sino además los gastos relativos a su mantenimiento. Así lo afirma Brian Nadolny, directivo del Charlotte Area Transit System (CATS).
En el mismo sentido, el CEO de Via Metropolitan Transit en San Antonio, Keith T. Parker, indicó que si la tecnología resulta viable podría revolucionar la industria del transporte público de pasajeros. Sin embargo, para confirmar esto es necesario que un sistema de tranvías propulsado por hidrógeno entre en acción en una ciudad.
Aunque para muchos pueda parecer un simple ejercicio nostálgico, el tranvía es mucho más que un buen recuerdo. Más de una docena de municipios de todo el mundo ya han reactivado y ampliado sus líneas de tranvías, considerando las ventajas económicas y ecológicas que supone este medio de transporte público.
Más allá de los nuevos métodos de propulsión mediante hidrógeno, los tranvías consumen menos energía que los autobuses. Si además se concreta un diseño basado en energías renovables, el tranvía podría significar para los municipios un ahorro de varios millones de dólares por kilómetro recorrido por estos servicios públicos.
De acuerdo a una evaluación realizada en 2006, una cuarta parte del costo de instalación de un sistema de tranvías de 16 kilómetros correspondería al tendido de las líneas eléctricas necesarias en los sistemas convencionales. Con la propulsión a través de hidrógeno no solamente se ahorraría la construcción de esta infraestructura, sino además los gastos relativos a su mantenimiento. Así lo afirma Brian Nadolny, directivo del Charlotte Area Transit System (CATS).
En el mismo sentido, el CEO de Via Metropolitan Transit en San Antonio, Keith T. Parker, indicó que si la tecnología resulta viable podría revolucionar la industria del transporte público de pasajeros. Sin embargo, para confirmar esto es necesario que un sistema de tranvías propulsado por hidrógeno entre en acción en una ciudad.
Otros ejemplos
Hay iniciativas similares que pueden servir como ejemplo. Es el caso de Proterra, una compañía que ofrece en Golden, Colorado, un servicio de autobuses híbridos plug-in con combinación hidrógeno-electricidad. Los coches funcionan con una batería que puede ser cargada completamente en 10 minutos.
Estos autobuses pueden viajar hasta 70 kilómetros entre cargas, con una autonomía de 2 a 3 horas de funcionamiento. De esta manera, Proterra y Charlotte Area Transit System (CATS) se encuentran trabajando en conjunto para trasladar esta tecnología a los tranvías, que deben movilizarse sobre rieles de acero.
Por supuesto, las pilas de combustible de hidrógeno no son el único sistema de abastecimiento energético que puede revivir a los tranvías. La filial alemana de la empresa Bombardier ha lanzado un sistema basado en la transferencia de energía eléctrica sin contacto, que además de eliminar el cableado es muy seguro y reduce el desgaste en las piezas, disminuyendo los costos de mantenimiento de las unidades.
Asimismo, Shanghai Sunwin Bus Corporation (SUNWIN) ha puesto en funcionamiento carros a batería que recargan energía luego de algunas paradas, extendiendo un brazo oculto en la parte superior del coche. Vale recordar también que la empresa francesa Alstom fue pionera en el sistema de tranvía sin cables con su modelo Citadis, que entró en servicio en Burdeos, Francia, en 2003.
Hay iniciativas similares que pueden servir como ejemplo. Es el caso de Proterra, una compañía que ofrece en Golden, Colorado, un servicio de autobuses híbridos plug-in con combinación hidrógeno-electricidad. Los coches funcionan con una batería que puede ser cargada completamente en 10 minutos.
Estos autobuses pueden viajar hasta 70 kilómetros entre cargas, con una autonomía de 2 a 3 horas de funcionamiento. De esta manera, Proterra y Charlotte Area Transit System (CATS) se encuentran trabajando en conjunto para trasladar esta tecnología a los tranvías, que deben movilizarse sobre rieles de acero.
Por supuesto, las pilas de combustible de hidrógeno no son el único sistema de abastecimiento energético que puede revivir a los tranvías. La filial alemana de la empresa Bombardier ha lanzado un sistema basado en la transferencia de energía eléctrica sin contacto, que además de eliminar el cableado es muy seguro y reduce el desgaste en las piezas, disminuyendo los costos de mantenimiento de las unidades.
Asimismo, Shanghai Sunwin Bus Corporation (SUNWIN) ha puesto en funcionamiento carros a batería que recargan energía luego de algunas paradas, extendiendo un brazo oculto en la parte superior del coche. Vale recordar también que la empresa francesa Alstom fue pionera en el sistema de tranvía sin cables con su modelo Citadis, que entró en servicio en Burdeos, Francia, en 2003.