La integración de los sistemas ferroviarios europeos, un viejo sueño que la UE busca hacer realidad. Imagen: railway-technology.com
La integración entre los servicios ferroviarios de pasajeros y de transporte de mercancías que se brinda en los diferentes países de la UE podría significar importantes beneficios en el área económica y ambiental, de acuerdo a varias experiencias y proyectos que llevados a cabo por distintos actores del sector. De superarse algunos desafíos en cuanto a la interoperabilidad técnica, la integración podría hacerse realidad en las próximas décadas.
A nivel histórico, el fuerte desarrollo de los ferrocarriles nacionales y las características geopolíticas de Europa, entre otros factores, no han ayudado al crecimiento de la interoperabilidad entre los servicios ferroviarios europeos. Sin embargo, las ventajas ambientales de los ferrocarriles y las fuertes demandas existentes para conectar distintos puntos de Europa han reactivado en los últimos años la idea de un servicio ferroviario continental unificado.
La realidad es que hasta la creación del mercado común europeo y posteriormente de la Unión Europea, los ferrocarriles fueron pensados exclusivamente para transportar pasajeros y mercancías dentro de los límites de cada país. En muchos casos, los servicios se gestionaban a partir de empresas de propiedad estatal.
El fuerte cambio cultural, económico y social que supuso la integración europea abrió un nuevo camino. Ya en 2007, 100 millones de pasajeros viajaron por ferrocarril a través de las fronteras internas de la UE, evidenciando un aumento del 27% en comparación con las cifras registradas en 2001.
El 85% de esos viajes se concretó entre los quince países considerados como los “viejos miembros” de la UE, con un dominio especial del tráfico de alta velocidad entre Francia y sus vecinos y entre Dinamarca y Suecia. En la actualidad, la comunicación entre los países europeos es cada vez más fluida, provocando en consecuencia que la Comisión Europea y otros organismos continentales trabajen sobre distintos proyectos que buscan combinar y unificar los servicios ferroviarios en el territorio europeo.
A nivel histórico, el fuerte desarrollo de los ferrocarriles nacionales y las características geopolíticas de Europa, entre otros factores, no han ayudado al crecimiento de la interoperabilidad entre los servicios ferroviarios europeos. Sin embargo, las ventajas ambientales de los ferrocarriles y las fuertes demandas existentes para conectar distintos puntos de Europa han reactivado en los últimos años la idea de un servicio ferroviario continental unificado.
La realidad es que hasta la creación del mercado común europeo y posteriormente de la Unión Europea, los ferrocarriles fueron pensados exclusivamente para transportar pasajeros y mercancías dentro de los límites de cada país. En muchos casos, los servicios se gestionaban a partir de empresas de propiedad estatal.
El fuerte cambio cultural, económico y social que supuso la integración europea abrió un nuevo camino. Ya en 2007, 100 millones de pasajeros viajaron por ferrocarril a través de las fronteras internas de la UE, evidenciando un aumento del 27% en comparación con las cifras registradas en 2001.
El 85% de esos viajes se concretó entre los quince países considerados como los “viejos miembros” de la UE, con un dominio especial del tráfico de alta velocidad entre Francia y sus vecinos y entre Dinamarca y Suecia. En la actualidad, la comunicación entre los países europeos es cada vez más fluida, provocando en consecuencia que la Comisión Europea y otros organismos continentales trabajen sobre distintos proyectos que buscan combinar y unificar los servicios ferroviarios en el territorio europeo.
Beneficios económicos y ecológicos
Estas cuestiones fueron analizadas en un reciente artículo del medio especializado Railway Technology, en el cual además se establece que el tráfico de mercancías también ha aumentado en gran medida en algunas regiones, como por ejemplo alrededor de los Balcanes y en Turquía, donde el tráfico de carga aumentó en más del 600% entre 2001 y 2007.
Por otro lado, en otras regiones el incremento ha sido más moderado. Es así que el aumento promedio en todo el continente durante el mismo período fue de alrededor del 7%, según las cifras del informe "Situation and Perspectives of the Rail Market", difundido en marzo de 2010 por la Comisión Europea.
Lo cierto es que la UE y los estados miembros están dispuestos a fomentar este crecimiento del tráfico de pasajeros y mercancías por ferrocarril, porque se trata de una alternativa que permite reducir las emisiones de dióxido de carbono y la congestión del tráfico automotor, además de beneficiar el crecimiento económico de las regiones implicadas.
La primera directiva de la UE relativa a la interoperabilidad del sistema ferroviario transeuropeo de alta velocidad se remonta a 1996. Una directiva similar a partir de 2001 se refiere a las líneas convencionales. Desde ese momento, distintos proyectos e instituciones buscan optimizar el proceso de integración entre los diferentes sistemas ferroviarios nacionales.
Estas cuestiones fueron analizadas en un reciente artículo del medio especializado Railway Technology, en el cual además se establece que el tráfico de mercancías también ha aumentado en gran medida en algunas regiones, como por ejemplo alrededor de los Balcanes y en Turquía, donde el tráfico de carga aumentó en más del 600% entre 2001 y 2007.
Por otro lado, en otras regiones el incremento ha sido más moderado. Es así que el aumento promedio en todo el continente durante el mismo período fue de alrededor del 7%, según las cifras del informe "Situation and Perspectives of the Rail Market", difundido en marzo de 2010 por la Comisión Europea.
Lo cierto es que la UE y los estados miembros están dispuestos a fomentar este crecimiento del tráfico de pasajeros y mercancías por ferrocarril, porque se trata de una alternativa que permite reducir las emisiones de dióxido de carbono y la congestión del tráfico automotor, además de beneficiar el crecimiento económico de las regiones implicadas.
La primera directiva de la UE relativa a la interoperabilidad del sistema ferroviario transeuropeo de alta velocidad se remonta a 1996. Una directiva similar a partir de 2001 se refiere a las líneas convencionales. Desde ese momento, distintos proyectos e instituciones buscan optimizar el proceso de integración entre los diferentes sistemas ferroviarios nacionales.
Los beneficios de la interoperabilidad abarcan a los servicios para pasajeros y al transporte de mercancías. Imagen: railway-technology.com
Distintas experiencias
El ERTMS (European rail traffic management system), es un ejemplo de ello. Su aplicación en toda la UE haría posible que los trenes de pasajeros puedan operar más allá de las fronteras nacionales. Sin embargo, se prevé que recién dentro de los próximos 30 años estarán dadas las condiciones para su aplicación en todo el continente.
El programa REORIENT, en tanto, se inició en 2005 y buscó evaluar los progresos en torno a la interoperabilidad ferroviaria a través de 11 países, desde Grecia a Escandinavia. Las conclusiones de este programa indican que aunque la mayoría de los países han establecido los marcos jurídicos e institucionales necesarios para operar servicios ferroviarios entre fronteras, los avances no se dan en el mismo sentido en cuanto a la interoperabilidad técnica.
UNIFE es otra de las instituciones creadas con el objetivo de apuntalar la unificación del sistema ferroviario europeo. Según los estudios desarrollados por esta entidad, solamente unas pocas líneas de transporte de mercancías han sido equipadas hasta el momento con el sistema ERTMS, para propiciar así su integración continental. La situación es diferente en las líneas de alta velocidad de pasajeros, que están funcionando con éxito con el sistema ERTMS en países como España, Italia o Bélgica.
Sin embargo, en febrero de este año siete importantes operadores europeos de transporte ferroviario de mercancías crearon la alianza XRail, que tiene como objetivo aumentar el tráfico intraeuropeo de manera significativa, sin incrementar los costes de las operaciones. Según las empresas que conforman esta alianza, el tráfico de mercancías por ferrocarril en Europa tiene un amplio margen para el crecimiento.
El ERTMS (European rail traffic management system), es un ejemplo de ello. Su aplicación en toda la UE haría posible que los trenes de pasajeros puedan operar más allá de las fronteras nacionales. Sin embargo, se prevé que recién dentro de los próximos 30 años estarán dadas las condiciones para su aplicación en todo el continente.
El programa REORIENT, en tanto, se inició en 2005 y buscó evaluar los progresos en torno a la interoperabilidad ferroviaria a través de 11 países, desde Grecia a Escandinavia. Las conclusiones de este programa indican que aunque la mayoría de los países han establecido los marcos jurídicos e institucionales necesarios para operar servicios ferroviarios entre fronteras, los avances no se dan en el mismo sentido en cuanto a la interoperabilidad técnica.
UNIFE es otra de las instituciones creadas con el objetivo de apuntalar la unificación del sistema ferroviario europeo. Según los estudios desarrollados por esta entidad, solamente unas pocas líneas de transporte de mercancías han sido equipadas hasta el momento con el sistema ERTMS, para propiciar así su integración continental. La situación es diferente en las líneas de alta velocidad de pasajeros, que están funcionando con éxito con el sistema ERTMS en países como España, Italia o Bélgica.
Sin embargo, en febrero de este año siete importantes operadores europeos de transporte ferroviario de mercancías crearon la alianza XRail, que tiene como objetivo aumentar el tráfico intraeuropeo de manera significativa, sin incrementar los costes de las operaciones. Según las empresas que conforman esta alianza, el tráfico de mercancías por ferrocarril en Europa tiene un amplio margen para el crecimiento.