Apenas cuatro meses después del llamamiento firmado por más de 15.000 investigadores de 184 países implorando a la humanidad que salve al planeta, los científicos vuelven a insistir en otro artículo publicado en BioScience en la necesidad de actuar con rapidez para impedir sufrimientos mayores a nuestra especie.
Firmado por nueve científicos de seis países, este nuevo artículo informa que el llamamiento de noviembre pasado ha sido respaldado por otros 4.500 científicos más y que otros 20.000 lo han difundido. También que se ha traducido a 17 idiomas (aquí en español) y que se ha hecho viral en las redes sociales, obteniendo casi 9.000 tuits que han llegado a 14 millones de personas.
Este nuevo artículo recoge algunas de las sugerencias emanadas de esta difusión, entre ellas la necesidad de que más científicos formen parte de la elaboración de políticas, de que se cree una nueva ética ambiental global y de que se reconozca la responsabilidad del crecimiento económico en la crisis ambiental.
También destaca que el razonamiento basado en la evidencia puede desempeñar un papel importante en la creación de una relación sana entre los seres humanos y la biosfera. Asimismo, habla de abandonar la búsqueda del crecimiento económico como la guía de las políticas públicas y de alcanzar un nuevo paradigma de desarrollo que respete las fronteras sociales y planetarias.
Ideas concretas
No faltan ideas concretas para alcanzar estos objetivos. La primera, que los Premios Nobel valoren los trabajos que relacionan el medioambiente con la economía y destaquen los factores económicos causantes de la degradación ambiental. Esto ayudaría a ampliar la consciencia social y a desarrollar las investigaciones en este campo.
Otra idea: gravar las emisiones de gases de efecto invernadero, una medida que ya es real en 42 países y 25 regiones, provincias y ciudades, pero que sigue siendo insuficiente: es preciso aumentar esta presión económica para frenar el cambio climático.
El nuevo artículo concluye señalando que, si no se fuerzan cambios en los comportamientos y en las políticas actuales, el sufrimiento humano del que advertimos puede multiplicarse. Una alianza entre científicos, diseñadores de políticas y personas influyentes, líderes religiosos, espirituales y los ciudadanos, nos permitirá hacer las transformaciones necesarias.
Este nuevo artículo refleja la creciente preocupación de la comunidad científica por la evolución de los parámetros climáticos, sin que la reacción política y social sea consciente de los efectos futuros del calentamiento global.
Firmado por nueve científicos de seis países, este nuevo artículo informa que el llamamiento de noviembre pasado ha sido respaldado por otros 4.500 científicos más y que otros 20.000 lo han difundido. También que se ha traducido a 17 idiomas (aquí en español) y que se ha hecho viral en las redes sociales, obteniendo casi 9.000 tuits que han llegado a 14 millones de personas.
Este nuevo artículo recoge algunas de las sugerencias emanadas de esta difusión, entre ellas la necesidad de que más científicos formen parte de la elaboración de políticas, de que se cree una nueva ética ambiental global y de que se reconozca la responsabilidad del crecimiento económico en la crisis ambiental.
También destaca que el razonamiento basado en la evidencia puede desempeñar un papel importante en la creación de una relación sana entre los seres humanos y la biosfera. Asimismo, habla de abandonar la búsqueda del crecimiento económico como la guía de las políticas públicas y de alcanzar un nuevo paradigma de desarrollo que respete las fronteras sociales y planetarias.
Ideas concretas
No faltan ideas concretas para alcanzar estos objetivos. La primera, que los Premios Nobel valoren los trabajos que relacionan el medioambiente con la economía y destaquen los factores económicos causantes de la degradación ambiental. Esto ayudaría a ampliar la consciencia social y a desarrollar las investigaciones en este campo.
Otra idea: gravar las emisiones de gases de efecto invernadero, una medida que ya es real en 42 países y 25 regiones, provincias y ciudades, pero que sigue siendo insuficiente: es preciso aumentar esta presión económica para frenar el cambio climático.
El nuevo artículo concluye señalando que, si no se fuerzan cambios en los comportamientos y en las políticas actuales, el sufrimiento humano del que advertimos puede multiplicarse. Una alianza entre científicos, diseñadores de políticas y personas influyentes, líderes religiosos, espirituales y los ciudadanos, nos permitirá hacer las transformaciones necesarias.
Este nuevo artículo refleja la creciente preocupación de la comunidad científica por la evolución de los parámetros climáticos, sin que la reacción política y social sea consciente de los efectos futuros del calentamiento global.
Tercer aviso
El primer aviso lo dieron en 1992, cuando más de 1.700 científicos firmaron el primer llamamiento a toda la humanidad. El mensaje era simple: si no tomamos medidas drásticas, la miseria humana prevalecerá y nuestro planeta será “irremediablemente mutilado”. Veinticinco años más tarde, un segundo aviso fue lanzado a la humanidad. El nuevo artículo es el tercero en esta escalada de la alerta científica.
La reciente conferencia sobre cambio climático y ciudades celebrada en Canadá ha puesto de manifiesto también, tal como informamos en otro artículo, la necesidad de que la ciencia descienda a nivel de barrios y suburbios para analizar datos e interacciones, proponer medidas correctoras y hablar con políticos y agentes locales.
Los científicos ya no saben qué más hacer para despertarnos del letargo que nos lleva al abismo, a un trauma sin precedentes recientes en la historia de nuestra humanidad.
En línea con estas actitudes, desde Tendencias21 hemos puesto en marcha el Club Nuevo Mundo, con la finalidad de reunir consciencias y proponer soluciones prácticas para mitigar el impacto humano a partir de municipios, ciudades y barrios.
Es una reacción ciudadana más ante la inconsciencia de los políticos actuales. Os animamos a implicaros con esta iniciativa nuestra, o con otras que existan o podáis crear, para que este esfuerzo de supervivencia se multiplique y aseguremos el equilibrio de la biosfera, sin el cual el proyecto humano no puede alcanzar su madurez.
Debemos recuperar el impulso que nos sacó de las cavernas prehistóricas para superar la inercia actual. Y como dice el manifiesto científico, reconocer en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones gubernamentales, que la Tierra es nuestro único hogar, al cual debemos preservar de nuestra propia inconsciencia.
El primer aviso lo dieron en 1992, cuando más de 1.700 científicos firmaron el primer llamamiento a toda la humanidad. El mensaje era simple: si no tomamos medidas drásticas, la miseria humana prevalecerá y nuestro planeta será “irremediablemente mutilado”. Veinticinco años más tarde, un segundo aviso fue lanzado a la humanidad. El nuevo artículo es el tercero en esta escalada de la alerta científica.
La reciente conferencia sobre cambio climático y ciudades celebrada en Canadá ha puesto de manifiesto también, tal como informamos en otro artículo, la necesidad de que la ciencia descienda a nivel de barrios y suburbios para analizar datos e interacciones, proponer medidas correctoras y hablar con políticos y agentes locales.
Los científicos ya no saben qué más hacer para despertarnos del letargo que nos lleva al abismo, a un trauma sin precedentes recientes en la historia de nuestra humanidad.
En línea con estas actitudes, desde Tendencias21 hemos puesto en marcha el Club Nuevo Mundo, con la finalidad de reunir consciencias y proponer soluciones prácticas para mitigar el impacto humano a partir de municipios, ciudades y barrios.
Es una reacción ciudadana más ante la inconsciencia de los políticos actuales. Os animamos a implicaros con esta iniciativa nuestra, o con otras que existan o podáis crear, para que este esfuerzo de supervivencia se multiplique y aseguremos el equilibrio de la biosfera, sin el cual el proyecto humano no puede alcanzar su madurez.
Debemos recuperar el impulso que nos sacó de las cavernas prehistóricas para superar la inercia actual. Y como dice el manifiesto científico, reconocer en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones gubernamentales, que la Tierra es nuestro único hogar, al cual debemos preservar de nuestra propia inconsciencia.
Referencia
The Role of Scientists’ Warning in Shifting Policy from Growth to Conservation Economy. William J Ripple Christopher Wolf Mauro Galetti Thomas M Newsome Tom L Green Mohammed Alamgir Eileen Crist Mahmoud I Mahmoud William F. Laurance. BioScience, https://doi.org/10.1093/biosci/biy009
The Role of Scientists’ Warning in Shifting Policy from Growth to Conservation Economy. William J Ripple Christopher Wolf Mauro Galetti Thomas M Newsome Tom L Green Mohammed Alamgir Eileen Crist Mahmoud I Mahmoud William F. Laurance. BioScience, https://doi.org/10.1093/biosci/biy009