Trump ya ha empezado a poner la mordaza a la comunidad científica. Según informa Politico, funcionarios del Gobierno han indicado a los científicos de las agencias gubernamentales que de ahora en adelante deben evitar hablar de cambio climático, reducción de emisiones o de los acuerdos de París. Esto está llevando a que los científicos moderen su lenguaje y den la vuelta a sus frases para evitar los términos desaconsejados, una constatación de que la censura está haciendo su efecto en la comunidad científica.
Pero las denuncias tampoco cesan. La directora del Instituto Ártico, Victoria Herrmann, publica en The Guardian un artículo en el que explica cómo la Administración Trump está borrando todos los datos que tienen que ver con el calentamiento del Ártico. Enlaces que hablaban de esta realidad han sido invalidados desde el pasado 21 de enero, poco después de la toma de posesión del nuevo presidente. Desde entonces, se han eliminado datos, páginas web y políticas sobre el Ártico, denuncia Herrmann.
Recuerda que, previendo esta reacción, los científicos de Estados Unidos habían hecho una copia de seguridad de los archivos sobre el clima en servidores ajenos a la Administración Trump, tal como informamos en otro artículo. Aunque esto ha permitido salvar la información, el daño causado por los enlaces que ahora no conducen a ninguna parte es considerable.
Para los científicos, es una dificultad añadida para proseguir sus investigaciones, precisamente cuando los datos alarmantes sobre el Ártico y sobre el clima se multiplican. Ocultar la información no soluciona el problema, ni crea más empleos, ni hará a Estados Unidos más grande, señalan los críticos.
Pero las denuncias tampoco cesan. La directora del Instituto Ártico, Victoria Herrmann, publica en The Guardian un artículo en el que explica cómo la Administración Trump está borrando todos los datos que tienen que ver con el calentamiento del Ártico. Enlaces que hablaban de esta realidad han sido invalidados desde el pasado 21 de enero, poco después de la toma de posesión del nuevo presidente. Desde entonces, se han eliminado datos, páginas web y políticas sobre el Ártico, denuncia Herrmann.
Recuerda que, previendo esta reacción, los científicos de Estados Unidos habían hecho una copia de seguridad de los archivos sobre el clima en servidores ajenos a la Administración Trump, tal como informamos en otro artículo. Aunque esto ha permitido salvar la información, el daño causado por los enlaces que ahora no conducen a ninguna parte es considerable.
Para los científicos, es una dificultad añadida para proseguir sus investigaciones, precisamente cuando los datos alarmantes sobre el Ártico y sobre el clima se multiplican. Ocultar la información no soluciona el problema, ni crea más empleos, ni hará a Estados Unidos más grande, señalan los críticos.