Un informe desarrollado por un grupo de científicos finlandeses a petición de Naciones Unidas asegura, en un borrador que será publicado el año próximo, que la muerte del capitalismo está próxima y que nos esperan años turbulentos.
Añade que el cambio impulsado por el calentamiento global, alejado de los combustibles fósiles, significa que la economía mundial tendrá que cambiar. Sugiere que debemos considerar seriamente la posibilidad de hacer cambios drásticos en nuestros sistemas económicos, que están en el origen de la crisis planetaria actual.
El informe destaca que el cambio climático y la extinción de especies se están acelerando, al mismo tiempo que las sociedades humanas experimentan una creciente desigualdad social, altos niveles de paro, lento crecimiento económico, elevados niveles de deuda y gobiernos incapaces de resolver este conjunto de problemas: no tienen las herramientas de gestión que demandan los nuevos tiempos.
En transición
Los autores de este informe señalan asimismo que la presente situación señala el inicio de una transición a una nueva era económica, alejada de la producción ineficiente de combustibles fósiles y de los drásticos efectos del cambio climático.
Para estos científicos, el pensamiento económico capitalista no puede explicar, predecir o resolver los problemas de la economía global en la nueva era en la que estamos. Destacan al respecto que es la primera vez en la historia humana que las economías capitalistas están cambiando a fuentes de energía menos eficientes, ya que las sociedades deben abandonar los combustibles fósiles debido a su impacto en el clima del planeta.
El informe señala también que la transición hacia las economías renovables, si bien ayudará a resolver el desafío climático, no generará los mismos niveles de energía que el petróleo convencional barato.
Por este motivo, si queremos atender nuestras necesidades energéticas, básicas y no básicas, tendremos que realizar un esfuerzo mayor que lo que supone en la actualidad atender nuestras demandas de energía. Estas demandas crecen sin parar conduciéndonos a un callejón sin salida: el mayor consumo genera más impacto ambiental y más residuos, lo que requiere mayores inversiones y agrava la crisis.
“Las economías mundiales han agotado ya la capacidad de los ecosistemas planetarios de gestionar los residuos generados por el uso de la energía y los materiales”, sentencia el informe.
Añade que el cambio impulsado por el calentamiento global, alejado de los combustibles fósiles, significa que la economía mundial tendrá que cambiar. Sugiere que debemos considerar seriamente la posibilidad de hacer cambios drásticos en nuestros sistemas económicos, que están en el origen de la crisis planetaria actual.
El informe destaca que el cambio climático y la extinción de especies se están acelerando, al mismo tiempo que las sociedades humanas experimentan una creciente desigualdad social, altos niveles de paro, lento crecimiento económico, elevados niveles de deuda y gobiernos incapaces de resolver este conjunto de problemas: no tienen las herramientas de gestión que demandan los nuevos tiempos.
En transición
Los autores de este informe señalan asimismo que la presente situación señala el inicio de una transición a una nueva era económica, alejada de la producción ineficiente de combustibles fósiles y de los drásticos efectos del cambio climático.
Para estos científicos, el pensamiento económico capitalista no puede explicar, predecir o resolver los problemas de la economía global en la nueva era en la que estamos. Destacan al respecto que es la primera vez en la historia humana que las economías capitalistas están cambiando a fuentes de energía menos eficientes, ya que las sociedades deben abandonar los combustibles fósiles debido a su impacto en el clima del planeta.
El informe señala también que la transición hacia las economías renovables, si bien ayudará a resolver el desafío climático, no generará los mismos niveles de energía que el petróleo convencional barato.
Por este motivo, si queremos atender nuestras necesidades energéticas, básicas y no básicas, tendremos que realizar un esfuerzo mayor que lo que supone en la actualidad atender nuestras demandas de energía. Estas demandas crecen sin parar conduciéndonos a un callejón sin salida: el mayor consumo genera más impacto ambiental y más residuos, lo que requiere mayores inversiones y agrava la crisis.
“Las economías mundiales han agotado ya la capacidad de los ecosistemas planetarios de gestionar los residuos generados por el uso de la energía y los materiales”, sentencia el informe.
Nuevo orden geopolítico
El informe profundiza en el problema del pensamiento económico actual. Destaca que no es suficiente gravar las emisiones de carbono para contener el calentamiento global y plantea la necesidad de un compromiso político más profundo y una gestión proactiva de la transición energética para superar la situación actual.
Denuncia también que la idea básica que sustenta todo el pensamiento económico, según la cual vivimos en un mundo con recursos infinitos, ha quedado totalmente obsoleta, ya que la evidencia científica plantea que vivimos en un mundo con recursos limitados que además se deteriora por la presión del desarrollo económico, tal como está planteado.
Insisten los autores en que hasta la fecha no se han desarrollado modelos económicos válidos para la era venidera, sino que se está paliando la crisis ambiental con medidas que lo único que consiguen es aliviar la carga de la acción humana sobre los recursos naturales.
Destacan que los mercados, la base del credo liberal que hoy rige la economía global, no pueden llevar a cabo la transición porque la política que se requiere para atender el desafío climático está en contradicción con los intereses privados y tributarios. Y concluyen: “los modelos económicos convencionales ignoran casi por completo las dimensiones energética y material de la economía.”
Evocan como ejemplo el caso del programa espacial norteamericano Apolo, que pudo llevarse a cabo gracias a una política proactiva del Gobierno que definió con claridad la misión y obtuvo los recursos. De la misma forma, no podemos esperar hoy a que los mercados resuelvan la crisis climática.
Clamor científico, social y técnico
El informe, denominado Global Sustainable Development Report 2019 drafted by the Group of independent scientists, está siendo elaborado por un grupo independiente de 15 científicos designados por el secretario general de la ONU.
La versión final no se publicará hasta el 2019, pero lo que ha trascendido de su desarrollo (el capítulo sobre la transición económica aportado por los académicos finlandeses) constituye una nueva advertencia científica sobre la deriva de nuestra civilización, que se suma a los sucesivos avisos sobre los minutos que faltan para el fin del mundo.
También está en la misma línea que los diversos llamamientos firmados por miles de científicos apelando a la responsabilidad humana para detener la carrera hacia el abismo. Un nuevo llamamiento está gestando en estos círculos científicos, según ha sabido Tendencias21.
Por último, este fin de semana, más de 700 científicos franceses, con motivo de las marchas por el clima que movilizaron a miles de personas en diferentes ciudades de 100 países, han firmado otro manifiesto en Libération, en el que advierten que la Tierra ya ha entrado en el futuro climático y piden a los políticos pasar de los discursos a la acción para alcanzar la profunda transformación social que demanda el desafío climático.
También comienza hoy en San Francisco la Cumbre Mundial de Acción Climática, organizada por el gobernador de California en respuesta a las políticas de Donald Trump, en la que participan líderes políticos, sociales y empresariales de todo el planeta con la finalidad de denunicar la inacción política ante la urgente necesidad de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El círculo se está cerrando en torno a la urgente necesidad de acometer la transición energética: según señalan los expertos de Carbon Tracker en un informe publicado ayer, el principio del fin de la producción de energías fósiles comenzará en 2023.
Atendiendo a toda esta inquietud sobre el cambio climático, el Club Nuevo Mundo, que reúne a un grupo de científicos, profesionales y expertos en diferentes especialidades, publica este mes el I Informe sobre el Impacto Antrópico, que recoge 34 medidas para mitigar la huella ecológica de municipios, comarcas y regiones.
El informe profundiza en el problema del pensamiento económico actual. Destaca que no es suficiente gravar las emisiones de carbono para contener el calentamiento global y plantea la necesidad de un compromiso político más profundo y una gestión proactiva de la transición energética para superar la situación actual.
Denuncia también que la idea básica que sustenta todo el pensamiento económico, según la cual vivimos en un mundo con recursos infinitos, ha quedado totalmente obsoleta, ya que la evidencia científica plantea que vivimos en un mundo con recursos limitados que además se deteriora por la presión del desarrollo económico, tal como está planteado.
Insisten los autores en que hasta la fecha no se han desarrollado modelos económicos válidos para la era venidera, sino que se está paliando la crisis ambiental con medidas que lo único que consiguen es aliviar la carga de la acción humana sobre los recursos naturales.
Destacan que los mercados, la base del credo liberal que hoy rige la economía global, no pueden llevar a cabo la transición porque la política que se requiere para atender el desafío climático está en contradicción con los intereses privados y tributarios. Y concluyen: “los modelos económicos convencionales ignoran casi por completo las dimensiones energética y material de la economía.”
Evocan como ejemplo el caso del programa espacial norteamericano Apolo, que pudo llevarse a cabo gracias a una política proactiva del Gobierno que definió con claridad la misión y obtuvo los recursos. De la misma forma, no podemos esperar hoy a que los mercados resuelvan la crisis climática.
Clamor científico, social y técnico
El informe, denominado Global Sustainable Development Report 2019 drafted by the Group of independent scientists, está siendo elaborado por un grupo independiente de 15 científicos designados por el secretario general de la ONU.
La versión final no se publicará hasta el 2019, pero lo que ha trascendido de su desarrollo (el capítulo sobre la transición económica aportado por los académicos finlandeses) constituye una nueva advertencia científica sobre la deriva de nuestra civilización, que se suma a los sucesivos avisos sobre los minutos que faltan para el fin del mundo.
También está en la misma línea que los diversos llamamientos firmados por miles de científicos apelando a la responsabilidad humana para detener la carrera hacia el abismo. Un nuevo llamamiento está gestando en estos círculos científicos, según ha sabido Tendencias21.
Por último, este fin de semana, más de 700 científicos franceses, con motivo de las marchas por el clima que movilizaron a miles de personas en diferentes ciudades de 100 países, han firmado otro manifiesto en Libération, en el que advierten que la Tierra ya ha entrado en el futuro climático y piden a los políticos pasar de los discursos a la acción para alcanzar la profunda transformación social que demanda el desafío climático.
También comienza hoy en San Francisco la Cumbre Mundial de Acción Climática, organizada por el gobernador de California en respuesta a las políticas de Donald Trump, en la que participan líderes políticos, sociales y empresariales de todo el planeta con la finalidad de denunicar la inacción política ante la urgente necesidad de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El círculo se está cerrando en torno a la urgente necesidad de acometer la transición energética: según señalan los expertos de Carbon Tracker en un informe publicado ayer, el principio del fin de la producción de energías fósiles comenzará en 2023.
Atendiendo a toda esta inquietud sobre el cambio climático, el Club Nuevo Mundo, que reúne a un grupo de científicos, profesionales y expertos en diferentes especialidades, publica este mes el I Informe sobre el Impacto Antrópico, que recoge 34 medidas para mitigar la huella ecológica de municipios, comarcas y regiones.