El 6 de abril se ha abierto al público, por primera vez en cuatro años, el acelerador de partículas LHC (Large Hadron Collider) del Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), que lleva 14 años construyéndose en un túnel de 27 kilómetros, a 100 metros de profundidad en el cantón suizo de Ginebra, en la frontera con Francia. Se trata de una jornada de puertas abiertas, la última oportunidad social de conocer esta proeza tecnológica, ya que después sólo será accesible para un reducido grupo de científicos. El LHC entrará en funcionamiento a finales de 2008 y los datos que obtenga representarán alrededor de 10 petaoctetos, el equivalente a 10.000 veces la cantidad de información contenida en todos los libros impresos del mundo. Se ha desatado una cierta polémica porque dos científicos pretenden detener el arranque de este proyecto al considerar que amenaza con destruir al planeta, según el NYT. Pero el grueso de la comunidad científica considera que los riesgos son muy remotos y que lo más importante es que estamos en un momento trascendente del conocimiento humano. La hora de la verdad se acerca.
La hora de la verdadEduardo Martínez
06/04/2008
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