La probabilidad de que se produzca un episodio de El Niño en lo que resta de este año es del 70 %, según la Organización Meteorológica Mundial, si bien considera poco probable que vaya a tratarse de un episodio fuerte.
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la circulación de la atmósfera suprayacente. Se trata de un fenómeno que ejerce una gran influencia en las condiciones meteorológicas de numerosas partes del mundo. El ENOS incide en la temperatura a escala mundial y viene acompañado de una serie de peligros potenciales, como lluvias fuertes, crecidas y sequías.
“El cambio climático influye tanto en la dinámica tradicional de los episodios de El Niño y La Niña como en sus consecuencias. El inicio de 2018 se caracterizó por un episodio de La Niña débil, pero su efecto de enfriamiento no bastó para reducir la tendencia general al calentamiento, por lo que todo apunta a que este año será uno de los más cálidos de los que se tiene constancia”, explica el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
“A pesar de las recientes condiciones neutras del ENOS, en el período de mayo a julio siguieron predominando las anomalías positivas de la temperatura en gran parte del mundo, acompañadas de fenómenos meteorológicos extremos, como los récords de calor registrados en el norte de Europa y las inundaciones que asolaron el Japón, la India y el sureste asiático. Muchos de esos fenómenos se corresponden plenamente con los efectos previstos del cambio climático”, añade Taalas.
“La OMM no espera que el episodio de El Niño previsto sea tan intenso como el registrado en 2015/2016, pero aun así sus consecuencias serán notables. La predicción anticipada de este episodio ayudará a salvar muchas vidas y a prevenir cuantiosas pérdidas económicas”, concluye Taalas.
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la circulación de la atmósfera suprayacente. Se trata de un fenómeno que ejerce una gran influencia en las condiciones meteorológicas de numerosas partes del mundo. El ENOS incide en la temperatura a escala mundial y viene acompañado de una serie de peligros potenciales, como lluvias fuertes, crecidas y sequías.
“El cambio climático influye tanto en la dinámica tradicional de los episodios de El Niño y La Niña como en sus consecuencias. El inicio de 2018 se caracterizó por un episodio de La Niña débil, pero su efecto de enfriamiento no bastó para reducir la tendencia general al calentamiento, por lo que todo apunta a que este año será uno de los más cálidos de los que se tiene constancia”, explica el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
“A pesar de las recientes condiciones neutras del ENOS, en el período de mayo a julio siguieron predominando las anomalías positivas de la temperatura en gran parte del mundo, acompañadas de fenómenos meteorológicos extremos, como los récords de calor registrados en el norte de Europa y las inundaciones que asolaron el Japón, la India y el sureste asiático. Muchos de esos fenómenos se corresponden plenamente con los efectos previstos del cambio climático”, añade Taalas.
“La OMM no espera que el episodio de El Niño previsto sea tan intenso como el registrado en 2015/2016, pero aun así sus consecuencias serán notables. La predicción anticipada de este episodio ayudará a salvar muchas vidas y a prevenir cuantiosas pérdidas económicas”, concluye Taalas.
Alteraciones climáticas para finales de este año
Por primera vez, la OMM ha acompañado la publicación del Boletín El Niño/La Niña de una proyección del clima estacional mundial para la temporada de septiembre a noviembre. Se ha elaborado a partir de un conjunto de modelos de predicción del clima mundial procedentes de centros de todo el mundo acreditados por la Organización.
Las previsiones apuntan a unas condiciones del episodio de El Niño de intensidad débil durante la temporada analizada, y posiblemente a causa de ello la configuración de las precipitaciones prevista se asemeja a la que suele asociarse con El Niño en algunas regiones sensibles al ENOS, aunque no en todas ellas.
Según las previsiones, las probabilidades tienden hacia valores de temperatura en superficie superiores a lo normal en prácticamente toda la región de Asia y el Pacífico, Europa, América del Norte, África y gran parte de la zona costera de América del Sur.
En muchas de esas regiones, pero no en todas ellas, también se registraron temperaturas por encima de lo normal durante el período de mayo a julio de 2018. En gran parte de América del Norte, Europa, el Norte de África, Asia Oriental y Oriente Medio las temperaturas estuvieron entre 1ºC y 3 °C por encima de lo normal.
En cambio, buena parte del interior de América del Sur, Groenlandia, muchas de las islas del Pacífico Sur y parte del Caribe escaparán a las temperaturas más altas de lo normal pronosticadas.
Por otro lado, se esperan valores de precipitación inferiores a lo normal en América Central y el Caribe, partes de Asia Meridional, Asia Oriental y el Pacífico.
Asimismo, las previsiones apuntan a valores de precipitación superiores a lo normal en parte de la zona meridional de América del Norte, la zona sureste de África ecuatorial, la región del golfo de Guinea en África, la parte más suroriental de Europa y el suroeste de Asia, y pequeñas zonas del interior de América del Sur.
Para el período de septiembre a noviembre es probable que continúen las anomalías secas observadas en Asia Oriental y el Pacífico, América Central y el Caribe. En el resto del mundo, las previsiones no indican, en general, el mantenimiento de las anomalías de precipitación observadas en el período de mayo a julio.
Por primera vez, la OMM ha acompañado la publicación del Boletín El Niño/La Niña de una proyección del clima estacional mundial para la temporada de septiembre a noviembre. Se ha elaborado a partir de un conjunto de modelos de predicción del clima mundial procedentes de centros de todo el mundo acreditados por la Organización.
Las previsiones apuntan a unas condiciones del episodio de El Niño de intensidad débil durante la temporada analizada, y posiblemente a causa de ello la configuración de las precipitaciones prevista se asemeja a la que suele asociarse con El Niño en algunas regiones sensibles al ENOS, aunque no en todas ellas.
Según las previsiones, las probabilidades tienden hacia valores de temperatura en superficie superiores a lo normal en prácticamente toda la región de Asia y el Pacífico, Europa, América del Norte, África y gran parte de la zona costera de América del Sur.
En muchas de esas regiones, pero no en todas ellas, también se registraron temperaturas por encima de lo normal durante el período de mayo a julio de 2018. En gran parte de América del Norte, Europa, el Norte de África, Asia Oriental y Oriente Medio las temperaturas estuvieron entre 1ºC y 3 °C por encima de lo normal.
En cambio, buena parte del interior de América del Sur, Groenlandia, muchas de las islas del Pacífico Sur y parte del Caribe escaparán a las temperaturas más altas de lo normal pronosticadas.
Por otro lado, se esperan valores de precipitación inferiores a lo normal en América Central y el Caribe, partes de Asia Meridional, Asia Oriental y el Pacífico.
Asimismo, las previsiones apuntan a valores de precipitación superiores a lo normal en parte de la zona meridional de América del Norte, la zona sureste de África ecuatorial, la región del golfo de Guinea en África, la parte más suroriental de Europa y el suroeste de Asia, y pequeñas zonas del interior de América del Sur.
Para el período de septiembre a noviembre es probable que continúen las anomalías secas observadas en Asia Oriental y el Pacífico, América Central y el Caribe. En el resto del mundo, las previsiones no indican, en general, el mantenimiento de las anomalías de precipitación observadas en el período de mayo a julio.