El 10 por ciento del planeta ya ha sobrepasado el límite extremo de temperatura establecido en los Acuerdos de París de 2015 y se ha situado por encima de los 2ºC en relación con la temperatura global anterior a la era industrial.
El límite de los 2ºC ha sido establecido por científicos y políticos como el máximo permitido para evitar la catástrofe climática y por ese motivo los Acuerdos de París recogen medidas para mantener la temperatura global media por debajo de 1,5ºC.
Otro dato de este informe, elaborado por periodistas especializados del Washington Post utilizando datos oficiales de Estados Unidos y de diferentes universidades, es que las zonas del planeta que ya han alcanzado el tope de 1,5ºC se han duplicado en los últimos cinco años y que representan ya el 40 por ciento de la superficie terrestre.
El informe analizó cuatro conjuntos de datos de temperatura global que abarcan series históricas desde el siglo XIX hasta la actualidad. Compararon dos periodos preindustriales (de 1850 a 1899 y de 1880 a 1899) con dos periodos más recientes (de 2014 a 2018 y de 2009 a 2018).
Su conclusión: los puntos calientes del planeta se están extendiendo, tanto en tierra como en los océanos. Gran parte de Europa, el norte de Asia, Oriente Medio y zonas claves de los océanos, se han situado ya por encima de los 2ºC, según este informe.
Aunque la parte del planeta que se está calentando más rápidamente es el Ártico, el estudio ha descubierto que en algunas de sus zonas en el extremo norte están ya no solo por encima de los 2ºC de temperatura media, sino incluso por encima de los 3ºC.
Zonas calientes dramáticas en los océanos
El estudio alerta asimismo de que los cambios en las corrientes oceánicas, impulsados por los cambios en los vientos y en la circulación atmosférica, están creando zonas calientes dramáticas, lo que influye en los movimientos del calor, la sal y de los nutrientes alrededor del mundo.
También señala que esas corrientes cálidas están alcanzando nuevas zonas que a su vez se calientan rápidamente, un fenómeno que se está notando especialmente en el hemisferio sur. El Atlántico Norte, el Pacífico Norte y Sur y el Océano Índico registran episodios similares, alertando de la globalidad del proceso.
Las zonas más afectadas son, por un lado, la corriente del Brasil, una enorme masa de agua caliente tropical que fluye a lo largo del talud continental; y por otro lado la corriente cálida de las Agujas en el suroeste del océano Índico, que influye en el clima del África austral.
La corriente de Brasil está experimentando un calentamiento particularmente rápido, según este informe, si bien la corriente de las Agujas alcanza en algunas zonas temperaturas superiores a los 1,5ºC e incluso los 2ºC, afectando a la circulación global de las corrientes marinas.
El análisis informa sobre la difícil situación de Uruguay, donde un punto caliente del océano de rápido calentamiento, vinculado con la corriente de Brasil, se ha asociado con una importante interrupción de los ecosistemas marinos.
El límite de los 2ºC ha sido establecido por científicos y políticos como el máximo permitido para evitar la catástrofe climática y por ese motivo los Acuerdos de París recogen medidas para mantener la temperatura global media por debajo de 1,5ºC.
Otro dato de este informe, elaborado por periodistas especializados del Washington Post utilizando datos oficiales de Estados Unidos y de diferentes universidades, es que las zonas del planeta que ya han alcanzado el tope de 1,5ºC se han duplicado en los últimos cinco años y que representan ya el 40 por ciento de la superficie terrestre.
El informe analizó cuatro conjuntos de datos de temperatura global que abarcan series históricas desde el siglo XIX hasta la actualidad. Compararon dos periodos preindustriales (de 1850 a 1899 y de 1880 a 1899) con dos periodos más recientes (de 2014 a 2018 y de 2009 a 2018).
Su conclusión: los puntos calientes del planeta se están extendiendo, tanto en tierra como en los océanos. Gran parte de Europa, el norte de Asia, Oriente Medio y zonas claves de los océanos, se han situado ya por encima de los 2ºC, según este informe.
Aunque la parte del planeta que se está calentando más rápidamente es el Ártico, el estudio ha descubierto que en algunas de sus zonas en el extremo norte están ya no solo por encima de los 2ºC de temperatura media, sino incluso por encima de los 3ºC.
Zonas calientes dramáticas en los océanos
El estudio alerta asimismo de que los cambios en las corrientes oceánicas, impulsados por los cambios en los vientos y en la circulación atmosférica, están creando zonas calientes dramáticas, lo que influye en los movimientos del calor, la sal y de los nutrientes alrededor del mundo.
También señala que esas corrientes cálidas están alcanzando nuevas zonas que a su vez se calientan rápidamente, un fenómeno que se está notando especialmente en el hemisferio sur. El Atlántico Norte, el Pacífico Norte y Sur y el Océano Índico registran episodios similares, alertando de la globalidad del proceso.
Las zonas más afectadas son, por un lado, la corriente del Brasil, una enorme masa de agua caliente tropical que fluye a lo largo del talud continental; y por otro lado la corriente cálida de las Agujas en el suroeste del océano Índico, que influye en el clima del África austral.
La corriente de Brasil está experimentando un calentamiento particularmente rápido, según este informe, si bien la corriente de las Agujas alcanza en algunas zonas temperaturas superiores a los 1,5ºC e incluso los 2ºC, afectando a la circulación global de las corrientes marinas.
El análisis informa sobre la difícil situación de Uruguay, donde un punto caliente del océano de rápido calentamiento, vinculado con la corriente de Brasil, se ha asociado con una importante interrupción de los ecosistemas marinos.
Cambios importantes
En Uruguay, según el informe, el rápido calentamiento del océano causado por la corriente de Brasil ha provocado la muerte de almejas y peces, así como ha perjudicado a las floraciones de algas.
Los científicos sospechan que el calentamiento en Uruguay estuvo relacionado con una gigantesca gota de agua tibia que se extiende desde la costa uruguaya hasta el Atlántico Sur, y que se ha vuelto más cálida con el paso de los años, según este informe.
El impacto es claro en el ecosistema: aunque muchas especies de peces pueden emigrar hacia aguas polares más frías, los mariscos y los corales no pueden desplazarse y se ven perjudicados por los cambios, afectando a las pesquerías locales, señala al respecto Climate News Network.
El informe destaca: el calentamiento en las costas uruguayas fue reconocido por primera vez por los científicos en 2012, pero todavía no se ha estudiado en profundidad ni ha sido objeto de atención política: kilómetros de costas con almejas muertas han dejado indiferentes a las autoridades y hecho llorar a los residentes.
Crisis galopante
Según los autores de este informe, la crisis climática está avanzando mucho más rápidamente que lo estimado por las investigaciones científicas y, a tenor de las tendencias observadas, el planeta entero estará muy pronto por encima de los 2ºC. Tal vez en 10 años, calculan.
Aunque este informe no puede considerarse científico, ya que es periodístico, no deja de ser relevante en sus conclusiones y representa una llamada de atención sobre los peligros potenciales que acechan al planeta y nuestra especie si no se corrigen los actuales derroteros climáticos.
El Post concluye su informe con unas elocuentes declaraciones del científico marino Boris Worm, de la Universidad Dalhousie en Canadá: “Toda nuestra civilización se basa en la experiencia acumulada de los últimos 7.000 años, sobre cómo funciona el mundo y cómo podemos sobrevivir en este mundo que tenía un clima excepcionalmente estable. Ahora nos estamos alejando de ese equilibrio a una velocidad vertiginosa y viviendo en un mundo sin precedentes con el que ninguno de nosotros tiene experiencia”.
En Uruguay, según el informe, el rápido calentamiento del océano causado por la corriente de Brasil ha provocado la muerte de almejas y peces, así como ha perjudicado a las floraciones de algas.
Los científicos sospechan que el calentamiento en Uruguay estuvo relacionado con una gigantesca gota de agua tibia que se extiende desde la costa uruguaya hasta el Atlántico Sur, y que se ha vuelto más cálida con el paso de los años, según este informe.
El impacto es claro en el ecosistema: aunque muchas especies de peces pueden emigrar hacia aguas polares más frías, los mariscos y los corales no pueden desplazarse y se ven perjudicados por los cambios, afectando a las pesquerías locales, señala al respecto Climate News Network.
El informe destaca: el calentamiento en las costas uruguayas fue reconocido por primera vez por los científicos en 2012, pero todavía no se ha estudiado en profundidad ni ha sido objeto de atención política: kilómetros de costas con almejas muertas han dejado indiferentes a las autoridades y hecho llorar a los residentes.
Crisis galopante
Según los autores de este informe, la crisis climática está avanzando mucho más rápidamente que lo estimado por las investigaciones científicas y, a tenor de las tendencias observadas, el planeta entero estará muy pronto por encima de los 2ºC. Tal vez en 10 años, calculan.
Aunque este informe no puede considerarse científico, ya que es periodístico, no deja de ser relevante en sus conclusiones y representa una llamada de atención sobre los peligros potenciales que acechan al planeta y nuestra especie si no se corrigen los actuales derroteros climáticos.
El Post concluye su informe con unas elocuentes declaraciones del científico marino Boris Worm, de la Universidad Dalhousie en Canadá: “Toda nuestra civilización se basa en la experiencia acumulada de los últimos 7.000 años, sobre cómo funciona el mundo y cómo podemos sobrevivir en este mundo que tenía un clima excepcionalmente estable. Ahora nos estamos alejando de ese equilibrio a una velocidad vertiginosa y viviendo en un mundo sin precedentes con el que ninguno de nosotros tiene experiencia”.