Imagen de Andrey Kiselev. PhotoXpress.
Cuando las empresas ya pasaron por el momento más estresante de la crisis, en el que despidieron trabajadores y descuidaron a muchos otros, llega la hora de enfrentarse con las consecuencias de los actos que se llevaron a cabo bajo la presión y la necesidad de reducir costos antes que concentrarse en cualquier otro objetivo.
Hoy muchas compañías se encuentran en una situación compleja en la que varios de sus mejores trabajadores han tomado la decisión de partir en busca de mejores oportunidades, lo que significa no sólo la pérdida de fichajes clave para la organización, sino nuevos costos muy elevados para dejar que una persona se vaya y recibir a otra para empezar desde cero.
Una encuesta de la firma OI Partners reveló que las organizaciones están decididas a hacer un gran esfuerzo para retener el talento en un momento en el que se han dado cuenta de que cada vez son más los empleados que dicen adiós –incluso más que los que son despedidos-, aun en un entorno caracterizado por unas altas tasas de desempleo. La encuesta fue realizada a 262 empleadores.
Tras los empleados valiosos
Las compañías cada vez son más conscientes de que, de no llevar a cabo estrategias concretas y suficientemente poderosas, pueden perder a sus mejores jugadores y enfrentarse no sólo a ese vacío de conocimiento y experiencia, sino también a los costos, el tiempo y el esfuerzo de encontrar e incorporar fichajes que puedan reemplazarlos de manera efectiva.
La preocupación es real. De acuerdo con la encuesta, cerca de dos tercios de las empresas sienten temor ante la posibilidad de perder gerentes y cerca de la mitad están preocupadas ante la eventualidad de perder ejecutivos.
Como explica Tim Schoonover, presidente de OI Partners, “Muchas compañías tienen menos personal que antes de la recesión, entonces cuando se van empleados valiosos es más difícil reemplazarlos. Ello representa un alto costo en el lugar de trabajo, en donde las cargas laborales promedio han aumentado. Los empleados que se van se llevan con ellos no solamente sus habilidades, sino también su conocimiento, su experiencia y sus relaciones con los clientes, agravando el daño”.
Y es que, aparte del daño en la parte laboral, están los costos económicos, que no dejan de ser preocupantes para las compañías. Según OI Partners, cada vez es más costoso reemplazar a un empleado que se va: cuesta un promedio de 2.5 veces el salario de un ejecutivo y dos veces el pago de un directivo, incluyendo los costos de reclutamiento y capacitación, los negocios perdidos, la indemnización y los beneficios.
Hoy muchas compañías se encuentran en una situación compleja en la que varios de sus mejores trabajadores han tomado la decisión de partir en busca de mejores oportunidades, lo que significa no sólo la pérdida de fichajes clave para la organización, sino nuevos costos muy elevados para dejar que una persona se vaya y recibir a otra para empezar desde cero.
Una encuesta de la firma OI Partners reveló que las organizaciones están decididas a hacer un gran esfuerzo para retener el talento en un momento en el que se han dado cuenta de que cada vez son más los empleados que dicen adiós –incluso más que los que son despedidos-, aun en un entorno caracterizado por unas altas tasas de desempleo. La encuesta fue realizada a 262 empleadores.
Tras los empleados valiosos
Las compañías cada vez son más conscientes de que, de no llevar a cabo estrategias concretas y suficientemente poderosas, pueden perder a sus mejores jugadores y enfrentarse no sólo a ese vacío de conocimiento y experiencia, sino también a los costos, el tiempo y el esfuerzo de encontrar e incorporar fichajes que puedan reemplazarlos de manera efectiva.
La preocupación es real. De acuerdo con la encuesta, cerca de dos tercios de las empresas sienten temor ante la posibilidad de perder gerentes y cerca de la mitad están preocupadas ante la eventualidad de perder ejecutivos.
Como explica Tim Schoonover, presidente de OI Partners, “Muchas compañías tienen menos personal que antes de la recesión, entonces cuando se van empleados valiosos es más difícil reemplazarlos. Ello representa un alto costo en el lugar de trabajo, en donde las cargas laborales promedio han aumentado. Los empleados que se van se llevan con ellos no solamente sus habilidades, sino también su conocimiento, su experiencia y sus relaciones con los clientes, agravando el daño”.
Y es que, aparte del daño en la parte laboral, están los costos económicos, que no dejan de ser preocupantes para las compañías. Según OI Partners, cada vez es más costoso reemplazar a un empleado que se va: cuesta un promedio de 2.5 veces el salario de un ejecutivo y dos veces el pago de un directivo, incluyendo los costos de reclutamiento y capacitación, los negocios perdidos, la indemnización y los beneficios.
Empresas al rescate
Ante una situación que las preocupa, las empresas no se han quedado quietas, sino que, de acuerdo con la encuesta, manifiestan sus intenciones de llevar a cabo esfuerzos importantes a través de estrategias puntuales para evitar que sus mejores jugadores abandonen el juego antes de tiempo. Estas son algunas de esas estrategias:
• Desarrollar “caminos profesionales” para los empleados de mejor desempeño y ofrecerles entrenamiento para ayudarlos a alcanzar esas posiciones futuras
• Ofrecer a los directivos y ejecutivos entrenamiento y capacitación internos y externos para pulir sus conocimientos y sus habilidades tanto interpersonales como gerenciales
• Mejorar la compensación y las ventajas a las que tienen derecho por trabajar en la organización como una forma de reparar lo que dejaron de ganar en el pasado y de darles motivos financieros para quedarse
• Enseñarles nuevas habilidades a los empleados a través de retos y responsabilidades que antes no tenían
• Asegurarse de que los empleados estén trabajando en el puesto adecuado y estén a gusto con las labores que desempeñan
• Comunicar adecuadamente los objetivos de la compañía y el rol que cada empleado desempeña en ellos, como una forma de mantenerlos involucrados y comprometidos
• Reconocer el buen trabajo de los empleados agradeciéndoles de diversas maneras para que ellos sientan que sus esfuerzos son apreciados y valorados
Estas iniciativas son una muestra de que las empresas no están resignadas a perder a sus mejores empleados como castigo por las fuertes medidas tomadas durante la recesión. Por el contrario, como explica Schoonover, “cada vez más empleadores convierten en prioritario demostrar a los empleados cuánto los valoran. Ya no es suficiente decirles ‘sé feliz, tienes un trabajo’. Las compañías tienen que actuar deliberadamente cuando se trata de motivar y retener talento. Las personas que han sido tratadas como empleados de menor desempeño están buscando irse a donde sienten que encajan mejor”.
Así, es hora de que las empresas retomen las riendas y hagan todo lo necesario para que quienes las han ayudado a superar la crisis no las abandonen y, al mismo tiempo, estén contentos con sus trabajos.
Ante una situación que las preocupa, las empresas no se han quedado quietas, sino que, de acuerdo con la encuesta, manifiestan sus intenciones de llevar a cabo esfuerzos importantes a través de estrategias puntuales para evitar que sus mejores jugadores abandonen el juego antes de tiempo. Estas son algunas de esas estrategias:
• Desarrollar “caminos profesionales” para los empleados de mejor desempeño y ofrecerles entrenamiento para ayudarlos a alcanzar esas posiciones futuras
• Ofrecer a los directivos y ejecutivos entrenamiento y capacitación internos y externos para pulir sus conocimientos y sus habilidades tanto interpersonales como gerenciales
• Mejorar la compensación y las ventajas a las que tienen derecho por trabajar en la organización como una forma de reparar lo que dejaron de ganar en el pasado y de darles motivos financieros para quedarse
• Enseñarles nuevas habilidades a los empleados a través de retos y responsabilidades que antes no tenían
• Asegurarse de que los empleados estén trabajando en el puesto adecuado y estén a gusto con las labores que desempeñan
• Comunicar adecuadamente los objetivos de la compañía y el rol que cada empleado desempeña en ellos, como una forma de mantenerlos involucrados y comprometidos
• Reconocer el buen trabajo de los empleados agradeciéndoles de diversas maneras para que ellos sientan que sus esfuerzos son apreciados y valorados
Estas iniciativas son una muestra de que las empresas no están resignadas a perder a sus mejores empleados como castigo por las fuertes medidas tomadas durante la recesión. Por el contrario, como explica Schoonover, “cada vez más empleadores convierten en prioritario demostrar a los empleados cuánto los valoran. Ya no es suficiente decirles ‘sé feliz, tienes un trabajo’. Las compañías tienen que actuar deliberadamente cuando se trata de motivar y retener talento. Las personas que han sido tratadas como empleados de menor desempeño están buscando irse a donde sienten que encajan mejor”.
Así, es hora de que las empresas retomen las riendas y hagan todo lo necesario para que quienes las han ayudado a superar la crisis no las abandonen y, al mismo tiempo, estén contentos con sus trabajos.