Sobre esta obra pesa, y mucho, la versión cinematográfica y homónima de Milos Forman, una película de culto para cierta generación pero perfectamente desconocida para el resto; y gracias a la cual el actor norteamericano Jack Nicholson repitió el mismo papel toda su vida. O, por mejor decir, se sirvió de las mismas muecas.
El 14 de abril de este mismo año falleció este gran director checo, que en 1975 llevaría al cine su excelente adaptación de la primera novela de Ken Kesey, One Flew Over the Cuckoo's Nest, basada en buena medida en las vivencias del propio Kesey como voluntario en los experimentos con drogas psicotrópicas del Gobierno estadounidense a finales de los años 50.
Kesey conoció de este modo el LSD, sustancia psicoactiva que transformó profundamente su percepción de la realidad social y personal. De todo ello dio cuenta también Tom Wolfe, (como Forman, fallecido este año), con The Electric Kool-Aid Acid Test en 1968 (publicado en España como Ponche de ácido lisérgico). Sin embargo, Kesey nunca dio su aprobación a la visión de Wolfe, que consideraba superficial y ajena al espíritu “científico” de la indagación con la droga.
Pero volvamos al Teatro Fernán Gómez. El título de la obra, en inglés, alude a una expresión coloquial para llamar en tono muy despectivo a los manicomios y, en segundo lugar, remite a una rima infantil a la que se alude en la novela de Kesey: “había tres gansos en la bandada: uno voló hacia el este, uno voló hacia el oeste y uno voló sobre el nido del cuco”, dando a entender que cada individuo posee su propio camino en la vida y ha de encontrarlo.
El 14 de abril de este mismo año falleció este gran director checo, que en 1975 llevaría al cine su excelente adaptación de la primera novela de Ken Kesey, One Flew Over the Cuckoo's Nest, basada en buena medida en las vivencias del propio Kesey como voluntario en los experimentos con drogas psicotrópicas del Gobierno estadounidense a finales de los años 50.
Kesey conoció de este modo el LSD, sustancia psicoactiva que transformó profundamente su percepción de la realidad social y personal. De todo ello dio cuenta también Tom Wolfe, (como Forman, fallecido este año), con The Electric Kool-Aid Acid Test en 1968 (publicado en España como Ponche de ácido lisérgico). Sin embargo, Kesey nunca dio su aprobación a la visión de Wolfe, que consideraba superficial y ajena al espíritu “científico” de la indagación con la droga.
Pero volvamos al Teatro Fernán Gómez. El título de la obra, en inglés, alude a una expresión coloquial para llamar en tono muy despectivo a los manicomios y, en segundo lugar, remite a una rima infantil a la que se alude en la novela de Kesey: “había tres gansos en la bandada: uno voló hacia el este, uno voló hacia el oeste y uno voló sobre el nido del cuco”, dando a entender que cada individuo posee su propio camino en la vida y ha de encontrarlo.
Artículos relacionados
Los tres gansos
Como todos saben, la obra está contextualizada en una aséptica y aseada institución (excelente y eficaz la puesta en escena expresionista en blanco y negro) en la que ingresa un bandarra, un canalla simpático y violento que se quiere hacer pasar por loco para eludir la mano de la justicia.
Poco a poco, el protagonista va conociendo a los integrantes de la institución, tanto a los internos como a los cuidadores, y se establece así su enfrentamiento directo con la enfermera Ratched y su complicidad con Billy (un excelente Niko Verona) y con el jefe Bromden, el indio mudo y ajeno. Estos tres son los gansos a los que alude la canción infantil.
En la versión que nos ocupa, dirigida por Jaroslaw Bielski, la acción se ha actualizado a nuestros días, el manicomio es una gran metáfora de nuestra sociedad lobotomizada por los medios móviles o inmóviles de (in)comunicación de masas; los pacientes son pobres gentes sometidas voluntariamente, por miedo o incapacidad de vivir, al control de la Mamá Institución. McMurphy es la falla en el sistema, la quiebra rebelde en el orden (pre)establecido, el agujero negro de un universo aséptico y “en paz”.
La obra es interesante, mucho; la explicitud de las metáforas no molesta (esos correajes, esas bandas en el brazo) y, sin embargo, el espectáculo no llega a encandilar. Algunas transiciones están mal resueltas y falta ritmo, creo que es problema de dirección porque los actores son excelentes (también es verdad que siempre hemos tenido problemas con este teatro, sus dimensiones, su anchura, amortiguan, ralentizan, la acción dramática).
La última escena, crucial para “volar sobre el nido” apenas se ve, de espaldas al público y con la camilla de McMurphy en medio. Un hallazgo: la voz en off del jefe indio y sus visiones, que nos dan a entender, acaso, que todo se narra desde él. El único, al cabo, que consiguió alzar el vuelo.
Aunque vi a gente salirse de la representación en el descanso, al final, el público en pie brindó a los extraordinarios actores la ovación que merecían, tras casi tres horas de intensidad y buen hacer.
Como todos saben, la obra está contextualizada en una aséptica y aseada institución (excelente y eficaz la puesta en escena expresionista en blanco y negro) en la que ingresa un bandarra, un canalla simpático y violento que se quiere hacer pasar por loco para eludir la mano de la justicia.
Poco a poco, el protagonista va conociendo a los integrantes de la institución, tanto a los internos como a los cuidadores, y se establece así su enfrentamiento directo con la enfermera Ratched y su complicidad con Billy (un excelente Niko Verona) y con el jefe Bromden, el indio mudo y ajeno. Estos tres son los gansos a los que alude la canción infantil.
En la versión que nos ocupa, dirigida por Jaroslaw Bielski, la acción se ha actualizado a nuestros días, el manicomio es una gran metáfora de nuestra sociedad lobotomizada por los medios móviles o inmóviles de (in)comunicación de masas; los pacientes son pobres gentes sometidas voluntariamente, por miedo o incapacidad de vivir, al control de la Mamá Institución. McMurphy es la falla en el sistema, la quiebra rebelde en el orden (pre)establecido, el agujero negro de un universo aséptico y “en paz”.
La obra es interesante, mucho; la explicitud de las metáforas no molesta (esos correajes, esas bandas en el brazo) y, sin embargo, el espectáculo no llega a encandilar. Algunas transiciones están mal resueltas y falta ritmo, creo que es problema de dirección porque los actores son excelentes (también es verdad que siempre hemos tenido problemas con este teatro, sus dimensiones, su anchura, amortiguan, ralentizan, la acción dramática).
La última escena, crucial para “volar sobre el nido” apenas se ve, de espaldas al público y con la camilla de McMurphy en medio. Un hallazgo: la voz en off del jefe indio y sus visiones, que nos dan a entender, acaso, que todo se narra desde él. El único, al cabo, que consiguió alzar el vuelo.
Aunque vi a gente salirse de la representación en el descanso, al final, el público en pie brindó a los extraordinarios actores la ovación que merecían, tras casi tres horas de intensidad y buen hacer.
Referencia:
Obra: Alguien voló sobre el nido del cuco.
Autor de la obra: Dale Wasserman, basada en la novela de Ken Kesey.
Reparto:
McMurphy - Pablo Chiapella
Enfermera Ratched - Mona Martínez
Dale Harding - Alejandro Tous
Billy Bibbit - Niko Verona
Jefe Bromden - Rodrigo Poisón
Martini - Fernando Tielve
Cheswick - Emilio Gómez
Doctor Spivey - Manuel Tiedra
Scanlon - Manuel Teódulo
Ruckly - Ramón Valles
Candy Starr - Carmen Ibeas
Auxiliar Williams - Javier Sáez
Auxiliar Warren - Chechu Moltó
Auxiliar Turkle - Sergio Pozo
Enfermera Flinn - Carmen Ibeas
Sandy - Iris Rico.
Dirección y traducción: Jaroslaw Bielski.
Lugar y fecha de representación: Teatro Fernán Gómez, hasta el 4 de noviembre de 2018.
Obra: Alguien voló sobre el nido del cuco.
Autor de la obra: Dale Wasserman, basada en la novela de Ken Kesey.
Reparto:
McMurphy - Pablo Chiapella
Enfermera Ratched - Mona Martínez
Dale Harding - Alejandro Tous
Billy Bibbit - Niko Verona
Jefe Bromden - Rodrigo Poisón
Martini - Fernando Tielve
Cheswick - Emilio Gómez
Doctor Spivey - Manuel Tiedra
Scanlon - Manuel Teódulo
Ruckly - Ramón Valles
Candy Starr - Carmen Ibeas
Auxiliar Williams - Javier Sáez
Auxiliar Warren - Chechu Moltó
Auxiliar Turkle - Sergio Pozo
Enfermera Flinn - Carmen Ibeas
Sandy - Iris Rico.
Dirección y traducción: Jaroslaw Bielski.
Lugar y fecha de representación: Teatro Fernán Gómez, hasta el 4 de noviembre de 2018.