A Nathan Eagle esta problemática siempre le llamó la atención. Y se puso manos a la obra. Tras un extenso estudio del tema, escribió, finalmente, un artículo sobre la falta de comunicación entre los empleados de una misma corporación.
El trabajo de Eagle se publicó recientemente en la Sloan Review del MIT. En este artículo, Eagle asegura que dos virajes paradigmáticos están ayudando a cambiar este fenómeno.
El primero es un desplazamiento de los ordenadores de mesa a los portátiles; el segundo es un movimiento desde el software individual hacia el software “social”, definido éste como programas que permiten que un grupo de personas logre determinados objetivos en común. Estas dos tendencias, en opinión del autor, en conjunto tienen el potencial de cambiar drásticamente las formas en que se manejan los negocios.
La solución propuesta
Con ese propósito, el autor y los colegas que lo acompañaron en el proyecto, han desarrollado una nueva tecnología que podría facilitar una mayor colaboración en el lugar de trabajo.
Esta tecnología, denominada “serendipity”, es una aplicación de teléfono móvil aún por comercializar, diseñada para extender, más que reemplazar, los sistemas de comunicación empresarial y los de gestión del conocimiento “despegándolos” del ordenador fijo de manera de poder usarlos en situaciones sociales donde serían más beneficiosos: cerca de la fuente de agua, en los pasillos, en los alrededores de la máquina de café.
“Serendipity” se basa en Bluetooth, un protocolo de frecuencia de radio de baja potencia, diseñado primariamente para permitir que los teléfonos inalámbricos o los ordenadores portátiles se conecten a los teléfonos móviles. Un producto paralelo de esta funcionalidad, sin embargo, es que los mecanismos Bluetooth tienen “conciencia” recíproca, es decir, “saben” de la existencia del otro, lo que los convierte en identificadores de corto alcance, cada uno con un único ID.
En el artículo, el autor explica cómo funciona Serendipity y discute sobre una cantidad de potenciales aplicaciones de negocios que podrían surgir de esta posibilidad de estudiar, rastrear y, tal vez hasta predecir la dinámica de una red social.
También analiza algunos de los aspectos de privacidad y seguridad necesarios que generaría este sistema, ya que el cuestionamiento es inevitable: ¿la privacidad en el futuro cercano será un bien precioso a defender?
El trabajo de Eagle se publicó recientemente en la Sloan Review del MIT. En este artículo, Eagle asegura que dos virajes paradigmáticos están ayudando a cambiar este fenómeno.
El primero es un desplazamiento de los ordenadores de mesa a los portátiles; el segundo es un movimiento desde el software individual hacia el software “social”, definido éste como programas que permiten que un grupo de personas logre determinados objetivos en común. Estas dos tendencias, en opinión del autor, en conjunto tienen el potencial de cambiar drásticamente las formas en que se manejan los negocios.
La solución propuesta
Con ese propósito, el autor y los colegas que lo acompañaron en el proyecto, han desarrollado una nueva tecnología que podría facilitar una mayor colaboración en el lugar de trabajo.
Esta tecnología, denominada “serendipity”, es una aplicación de teléfono móvil aún por comercializar, diseñada para extender, más que reemplazar, los sistemas de comunicación empresarial y los de gestión del conocimiento “despegándolos” del ordenador fijo de manera de poder usarlos en situaciones sociales donde serían más beneficiosos: cerca de la fuente de agua, en los pasillos, en los alrededores de la máquina de café.
“Serendipity” se basa en Bluetooth, un protocolo de frecuencia de radio de baja potencia, diseñado primariamente para permitir que los teléfonos inalámbricos o los ordenadores portátiles se conecten a los teléfonos móviles. Un producto paralelo de esta funcionalidad, sin embargo, es que los mecanismos Bluetooth tienen “conciencia” recíproca, es decir, “saben” de la existencia del otro, lo que los convierte en identificadores de corto alcance, cada uno con un único ID.
En el artículo, el autor explica cómo funciona Serendipity y discute sobre una cantidad de potenciales aplicaciones de negocios que podrían surgir de esta posibilidad de estudiar, rastrear y, tal vez hasta predecir la dinámica de una red social.
También analiza algunos de los aspectos de privacidad y seguridad necesarios que generaría este sistema, ya que el cuestionamiento es inevitable: ¿la privacidad en el futuro cercano será un bien precioso a defender?