Hasta el 6 de octubre de 2019, Matadero Madrid presenta Eco-visionarios. Arte para un planeta en emergencia, un proyecto expositivo internacional que aborda la crisis climática desde las prácticas artísticas. Mientras, en Asturias LABoral Centro de Arte, la exposición, una variante diferente de la de Matadero Madrid, se mantendrá abierta hasta el 26 de octubre de 2019.
Y es que Eco-visionarios, este trascendental proyecto expositivo internacional, está organizado conjuntamente por el Bildmuseet de Umeå (Suecia), House of Electronic Arts (HeK) de Basilea (Suiza), MAAT- Museo de Arte y Arquitectura de Lisboa (Portugal) y LABoral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón, al que se han sumado el Centro de Creación Contemporánea Matadero Madrid y la Royal Academy of Arts de Londres (Inglaterra). Los artistas responden e interpretan la crisis existencial climática y de biodiversidad que afronta el planeta y la humanidad.
Eco-visionarios. Arte para un planeta en emergencia ha sido comisariada por Pedro Gadanho, Mariana Pestana y Matadero Madrid.
La muestra reúne en la Nave 16 instalaciones y proyectos audiovisuales de más de 40 artistas en una exposición-manifiesto de denuncia, pero sobre todo de propuestas, que aborda los efectos de las transformaciones ecológicas causadas por la acción humana en la superficie del planeta.
Navega entre la esperanza y el pesimismo ante los abrumadores datos, pero sobre todo quiere plantear nuevas ideas que provienen de la intersección del mundo del arte, la ciencia y la tecnología.
Si bien el arte contemporáneo ha abordado las problemáticas medioambientales desde mediados de los años sesenta, las últimas tendencias apuntan cada vez más hacía el análisis y la transformación de datos tecnocientíficos en materia prima de la creación artística.
Estos datos sirven también para desarrollar nuevas visiones y narrativas; experiencias y conocimientos que contribuyen a generar, entre otras, perspectivas inéditas, sensibilidades y acciones más sostenibles, enfocadas hacía una nueva coexistencia entre especies.
Debates y soluciones
Madrid y Gijón están en el debate internacional sobre la crisis climática proponiendo soluciones. No sólo las extraordinarias instalaciones artísticas, sino también los vídeos y micro documentales, son propuestas interesantes, muchas de ellas no exentas de ironía, humor y provocación a partes iguales.
En la inauguración de la exposición en Madrid, uno de los comisarios, Pedro Gadanho, dijo que el proyecto es necesario y contundente, ya que la emergencia climática y la extinción son el verdadero tema a considerar.
Llegó a decir que “es el único tema que se tiene que tratar en este momento”. Natural, es que hablamos de la potencial extinción de la especie humana y de la mayoría de los seres vivos que habitan la Tierra.
Pedro Gadanho reflexionaba que, antes de plantearse la exposición y el tema, ya había leído, visto sobre la crisis climática, y de algún modo inconsciente, se había puesto una coraza y se había olvidado.
Hasta ahora, porque la crisis climática puede tener consecuencias catastróficas. Gadanho ha vuelto sobre el tema y lo ha hecho su centro de gravedad permanente. Su nuevo empeño se dirige a la Universidad de Harvard, para participar en un grupo multidisciplinar a la búsqueda de soluciones, de explicaciones. En todo caso el enfoque de las exposiciones es optimista, pero también crítico.
En Gijón, doce posiciones artísticas de ámbito nacional e internacional conforman la exposición Eco-visionarios en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial. Sus obras exploran las nuevas conexiones entre la biosfera y la tecnoesfera de un sistema de producción global que ha chocado con los límites geofísicos del planeta.
Y es que Eco-visionarios, este trascendental proyecto expositivo internacional, está organizado conjuntamente por el Bildmuseet de Umeå (Suecia), House of Electronic Arts (HeK) de Basilea (Suiza), MAAT- Museo de Arte y Arquitectura de Lisboa (Portugal) y LABoral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón, al que se han sumado el Centro de Creación Contemporánea Matadero Madrid y la Royal Academy of Arts de Londres (Inglaterra). Los artistas responden e interpretan la crisis existencial climática y de biodiversidad que afronta el planeta y la humanidad.
Eco-visionarios. Arte para un planeta en emergencia ha sido comisariada por Pedro Gadanho, Mariana Pestana y Matadero Madrid.
La muestra reúne en la Nave 16 instalaciones y proyectos audiovisuales de más de 40 artistas en una exposición-manifiesto de denuncia, pero sobre todo de propuestas, que aborda los efectos de las transformaciones ecológicas causadas por la acción humana en la superficie del planeta.
Navega entre la esperanza y el pesimismo ante los abrumadores datos, pero sobre todo quiere plantear nuevas ideas que provienen de la intersección del mundo del arte, la ciencia y la tecnología.
Si bien el arte contemporáneo ha abordado las problemáticas medioambientales desde mediados de los años sesenta, las últimas tendencias apuntan cada vez más hacía el análisis y la transformación de datos tecnocientíficos en materia prima de la creación artística.
Estos datos sirven también para desarrollar nuevas visiones y narrativas; experiencias y conocimientos que contribuyen a generar, entre otras, perspectivas inéditas, sensibilidades y acciones más sostenibles, enfocadas hacía una nueva coexistencia entre especies.
Debates y soluciones
Madrid y Gijón están en el debate internacional sobre la crisis climática proponiendo soluciones. No sólo las extraordinarias instalaciones artísticas, sino también los vídeos y micro documentales, son propuestas interesantes, muchas de ellas no exentas de ironía, humor y provocación a partes iguales.
En la inauguración de la exposición en Madrid, uno de los comisarios, Pedro Gadanho, dijo que el proyecto es necesario y contundente, ya que la emergencia climática y la extinción son el verdadero tema a considerar.
Llegó a decir que “es el único tema que se tiene que tratar en este momento”. Natural, es que hablamos de la potencial extinción de la especie humana y de la mayoría de los seres vivos que habitan la Tierra.
Pedro Gadanho reflexionaba que, antes de plantearse la exposición y el tema, ya había leído, visto sobre la crisis climática, y de algún modo inconsciente, se había puesto una coraza y se había olvidado.
Hasta ahora, porque la crisis climática puede tener consecuencias catastróficas. Gadanho ha vuelto sobre el tema y lo ha hecho su centro de gravedad permanente. Su nuevo empeño se dirige a la Universidad de Harvard, para participar en un grupo multidisciplinar a la búsqueda de soluciones, de explicaciones. En todo caso el enfoque de las exposiciones es optimista, pero también crítico.
En Gijón, doce posiciones artísticas de ámbito nacional e internacional conforman la exposición Eco-visionarios en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial. Sus obras exploran las nuevas conexiones entre la biosfera y la tecnoesfera de un sistema de producción global que ha chocado con los límites geofísicos del planeta.
Más allá de la propuesta expositiva: El Instituto Mutante de Narrativas Ambientales
En Madrid Eco-visionarios se presenta como la actividad inaugural del Instituto Mutante de Narrativas Ambientales (IMNA), una nueva línea de trabajo de Matadero Madrid que impulsa proyectos que contribuyen a crear narrativas ambientales capaces de superar los discursos ecológicos tradicionales, y a ciencia cierta que consigue el objetivo.
Pero no estamos asistiendo solamente a una importante exposición con su correspondiente ciclo de conferencias y debates. Durante la exposición, el IMNA instalará su sede provisional en la Nave 16 y presentará actividades y proyectos como un ambicioso Jardín Cyborg para mejorar las temperaturas del recinto de Matadero, acciones de ciencia ciudadana, un programa de radio, performances, talleres de ficciones climáticas y conferencias internacionales.
Eco-visionarios. Arte para un planeta en emergencia, realmente es “una exposición-manifiesto que aborda los efectos de las enormes transformaciones ecológicas que estamos viviendo, causadas principalmente por la acción del hombre en la superficie del planeta. El calentamiento global, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar, las sequías que afectan a unas regiones mientras otras sufren inundaciones, son algunos de los sucesos que nos hacen sentir que vivimos una época de cambio. A estos fenómenos naturales se le suman las crisis medioambientales producidas por el agotamiento de los recursos, por el uso continuado de combustibles fósiles, por los efectos del consumo masivo y diversas formas de polución y contaminación, como los plásticos que invaden los océanos, las especies amenazadas y muchas otras realidades que nos llegan a diario por los medios de comunicación”.
Matadero Madrid no está solo en el impulso de este gran proyecto. En Madrid también se suman entidades de gran importancia. La nueva línea de trabajo interdisciplinar del INMA está impulsado por Plataforma-A, una red de trabajo interdisciplinar formada por el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM), el Ayuntamiento de Madrid a través del Área de Medio Ambiente y Movilidad, hasta la fecha de su inauguración, en colaboración con infinidad de agentes locales y en coproducción con instituciones internacionales.
Las actividades previstas, más allá de la exposición, se organizan en torno a tres ejes temáticos: Resiliencia cooperativa; Post-naturaleza y Entidades no humanas. ¿Qué tipo de redes construimos en nuestras relaciones entre humanos y con otras especies? ¿Qué pasaría si entendiéramos el Planeta como varios cerebros pensando y actuando en un mismo cuerpo como sucede en algunos microorganismos? ¿Qué consecuencias tiene entender la “naturaleza” como algo autónomo y separado de la sociedad humana? ¿Qué procesos serán necesarios para la adaptación al cambio climático en las ciudades? ¿Qué puede suponer el río Manzanares como eje de transformación climática en la ciudad de Madrid?
Entre otras, el IMNA presenta iniciativas como el Ministerio del Futuro, una mesa de trabajo para plantear cómo debería ser la cartera de este hipotético ministerio, o la obra Comunicador Inter-especial, del artista Fito Conesa, para abordar la necesidad de definir un espacio político heterogéneo que reconozca los derechos de entidades no humanas y a los humanos por llegar, para la construcción de un pacto futuro inter-especial (interespecies) e intergeneracional.
ECO-VISIONARIOS: Arte para un estado de emergencia planetaria
El mensaje de Eco-visionarios es claro: “En un momento en que el cambio climático se hace sentir de manera más patente y empiezan a ser muchas y fuertes las voces que exigen medidas radicales, la exposición Eco-visionarios pone sobre la mesa desde las prácticas artísticas contemporáneas (instalaciones, proyectos audiovisuales y en otros medios) visiones críticas y creativas para contar historias, abrir discusiones y construir estrategias para sobrevivir en el mundo que viene. De la extinción de especies a la deforestación, de la contaminación de los océanos a la toxicidad del aire que respiramos, de las previsibles migraciones climáticas a la necesidad de imaginar nuevos sistemas alimentarios, la exposición aborda la crisis más importante a la que se enfrenta la humanidad”.
Pedro Gadanho, uno de los comisarios de Eco-visionarios en Madrid y Lisboa, dijo que más allá de la calidad de las propuestas artísticas y contenidos, una de las misiones clave de la exposición-manifiesto es generar el debate, más conversación sobre el problema de la emergencia planetaria, un problema político.
Por eso Gadanho remarca la importancia de un programa público que sea entendido como un campo de refugiados climáticos, o sea, un espacio que pueda recibir artistas en residencia que pueda originar debates y programas públicos sobre ese hecho que viene, y que la gente no se apercibe aún. Dentro de diez años los refugiados no serán políticos, serán climáticos, como ya se apuntó en TENDENCIAS21.
Actualmente ya hay una gran masa de refugiados climáticos provenientes de muchas zonas del mundo, en migraciones internas, continentales o transcontinentales, impulsados por las penalidades causadas por la sequía, la falta de agua, de comida, las olas de calor.
Gadanho piensa que la exposición va a sugerir este debate. Al margen de que una muestra expositiva tan poliédrica como esta va a posibilitar que cada visitante se lleve su propia experiencia y sus reflexiones, y se quede con preguntas tan alucinantes como la de los loros puertorriqueños que sobreviven a duras penas en el entorno del gigantesco radar de Arecibo: Somos una especie no humana capaz de comunicarse con ellos. ¿Acaso no somos exactamente lo que están buscando? También estos loros reflexionan y se dicen a sí mismos: mantenerse en silencio y evitar atraer atención tiene sentido.
Desde el período preindustrial, y especialmente a partir de la segunda mitad del siglo pasado, la degradación del medioambiente y el cambio climático de origen humano han aumentado a un ritmo jamás visto en ninguna otra época de la historia.
La exposición se sitúa en la revisión del marco teórico del Antropoceno, concepto acuñado por el premio Nobel de química Paul Crutzen, con el que parte de la comunidad científica denomina a esta nueva era geológica en la que vivimos, haciendo referencia a su característica definitoria: la responsabilidad del ser humano como agente de cambio medioambiental a escala planetaria.
La muestra-manifiesto Eco-visionarios supone un cuestionamiento de cómo se enfrentan los artistas, los arquitectos, los diseñadores y otros actores culturales a estas transformaciones ecológicas.
A la vez que señalan sus causas, ponen de relieve sus aspectos menos visibles y anticipan planteamientos alternativos de respuesta y de adaptación a sus consecuencias.
Más de 40 participantes
Con más de 40 participantes a lo largo de cuatro secciones –Desastre, Extinción, Coexistencia y Adaptación–, las piezas y los proyectos de la exposición alternan la investigación crítica con el optimismo visionario. A través de las imágenes subjetivas e inestables de la ecología que devuelven las obras de arte y arquitectura de Eco-visionarios, se quiere recuperar un sentimiento de esperanza en el futuro.
La exposición Eco-visionarios tiene pues un recorrido no sólo artístico, sino también pedagógico a través de sus cuatro áreas expositivas. Todas las piezas contienen textos explicativos que si el visitante se toma la “molestia” de leer, percibe mejor lo que está viendo, interpreta mejor los códigos de comunicación del arte contemporáneo, a la vez que descubre la intencionalidad de la propuesta, de la crítica político ecológica o la solución que propone.
La primera sección de la exposición, Desastre, se centra en la interacción humana con la naturaleza, en sus diferentes escalas y aspectos, y deja al descubierto cómo las tecnologías intrusivas, las intervenciones territoriales y la contaminación conforman los paisajes del siglo XXI.
Bajo el título Extinción se reúnen obras que proponen una nueva imaginación de lo humano que nos permita concebir un mundo en el que reconectar con el entorno de una forma nueva.
Los proyectos que se muestran en la sección Coexistencia revelan que la ecología debe redefinirse como una red de solidaridad entre los diferentes lugares y especies del planeta.
Por último, bajo el epígrafe Adaptación, se descubren propuestas innovadoras para adaptarnos a una condición cambiante, desde las investigaciones sobre el control del clima y las formas orgánicas de producción de energía, a las ficciones especulativas que abordan la manera de reinventar nuestra biología y nuestras estructuras sociales.
En Madrid Eco-visionarios se presenta como la actividad inaugural del Instituto Mutante de Narrativas Ambientales (IMNA), una nueva línea de trabajo de Matadero Madrid que impulsa proyectos que contribuyen a crear narrativas ambientales capaces de superar los discursos ecológicos tradicionales, y a ciencia cierta que consigue el objetivo.
Pero no estamos asistiendo solamente a una importante exposición con su correspondiente ciclo de conferencias y debates. Durante la exposición, el IMNA instalará su sede provisional en la Nave 16 y presentará actividades y proyectos como un ambicioso Jardín Cyborg para mejorar las temperaturas del recinto de Matadero, acciones de ciencia ciudadana, un programa de radio, performances, talleres de ficciones climáticas y conferencias internacionales.
Eco-visionarios. Arte para un planeta en emergencia, realmente es “una exposición-manifiesto que aborda los efectos de las enormes transformaciones ecológicas que estamos viviendo, causadas principalmente por la acción del hombre en la superficie del planeta. El calentamiento global, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar, las sequías que afectan a unas regiones mientras otras sufren inundaciones, son algunos de los sucesos que nos hacen sentir que vivimos una época de cambio. A estos fenómenos naturales se le suman las crisis medioambientales producidas por el agotamiento de los recursos, por el uso continuado de combustibles fósiles, por los efectos del consumo masivo y diversas formas de polución y contaminación, como los plásticos que invaden los océanos, las especies amenazadas y muchas otras realidades que nos llegan a diario por los medios de comunicación”.
Matadero Madrid no está solo en el impulso de este gran proyecto. En Madrid también se suman entidades de gran importancia. La nueva línea de trabajo interdisciplinar del INMA está impulsado por Plataforma-A, una red de trabajo interdisciplinar formada por el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM), el Ayuntamiento de Madrid a través del Área de Medio Ambiente y Movilidad, hasta la fecha de su inauguración, en colaboración con infinidad de agentes locales y en coproducción con instituciones internacionales.
Las actividades previstas, más allá de la exposición, se organizan en torno a tres ejes temáticos: Resiliencia cooperativa; Post-naturaleza y Entidades no humanas. ¿Qué tipo de redes construimos en nuestras relaciones entre humanos y con otras especies? ¿Qué pasaría si entendiéramos el Planeta como varios cerebros pensando y actuando en un mismo cuerpo como sucede en algunos microorganismos? ¿Qué consecuencias tiene entender la “naturaleza” como algo autónomo y separado de la sociedad humana? ¿Qué procesos serán necesarios para la adaptación al cambio climático en las ciudades? ¿Qué puede suponer el río Manzanares como eje de transformación climática en la ciudad de Madrid?
Entre otras, el IMNA presenta iniciativas como el Ministerio del Futuro, una mesa de trabajo para plantear cómo debería ser la cartera de este hipotético ministerio, o la obra Comunicador Inter-especial, del artista Fito Conesa, para abordar la necesidad de definir un espacio político heterogéneo que reconozca los derechos de entidades no humanas y a los humanos por llegar, para la construcción de un pacto futuro inter-especial (interespecies) e intergeneracional.
ECO-VISIONARIOS: Arte para un estado de emergencia planetaria
El mensaje de Eco-visionarios es claro: “En un momento en que el cambio climático se hace sentir de manera más patente y empiezan a ser muchas y fuertes las voces que exigen medidas radicales, la exposición Eco-visionarios pone sobre la mesa desde las prácticas artísticas contemporáneas (instalaciones, proyectos audiovisuales y en otros medios) visiones críticas y creativas para contar historias, abrir discusiones y construir estrategias para sobrevivir en el mundo que viene. De la extinción de especies a la deforestación, de la contaminación de los océanos a la toxicidad del aire que respiramos, de las previsibles migraciones climáticas a la necesidad de imaginar nuevos sistemas alimentarios, la exposición aborda la crisis más importante a la que se enfrenta la humanidad”.
Pedro Gadanho, uno de los comisarios de Eco-visionarios en Madrid y Lisboa, dijo que más allá de la calidad de las propuestas artísticas y contenidos, una de las misiones clave de la exposición-manifiesto es generar el debate, más conversación sobre el problema de la emergencia planetaria, un problema político.
Por eso Gadanho remarca la importancia de un programa público que sea entendido como un campo de refugiados climáticos, o sea, un espacio que pueda recibir artistas en residencia que pueda originar debates y programas públicos sobre ese hecho que viene, y que la gente no se apercibe aún. Dentro de diez años los refugiados no serán políticos, serán climáticos, como ya se apuntó en TENDENCIAS21.
Actualmente ya hay una gran masa de refugiados climáticos provenientes de muchas zonas del mundo, en migraciones internas, continentales o transcontinentales, impulsados por las penalidades causadas por la sequía, la falta de agua, de comida, las olas de calor.
Gadanho piensa que la exposición va a sugerir este debate. Al margen de que una muestra expositiva tan poliédrica como esta va a posibilitar que cada visitante se lleve su propia experiencia y sus reflexiones, y se quede con preguntas tan alucinantes como la de los loros puertorriqueños que sobreviven a duras penas en el entorno del gigantesco radar de Arecibo: Somos una especie no humana capaz de comunicarse con ellos. ¿Acaso no somos exactamente lo que están buscando? También estos loros reflexionan y se dicen a sí mismos: mantenerse en silencio y evitar atraer atención tiene sentido.
Desde el período preindustrial, y especialmente a partir de la segunda mitad del siglo pasado, la degradación del medioambiente y el cambio climático de origen humano han aumentado a un ritmo jamás visto en ninguna otra época de la historia.
La exposición se sitúa en la revisión del marco teórico del Antropoceno, concepto acuñado por el premio Nobel de química Paul Crutzen, con el que parte de la comunidad científica denomina a esta nueva era geológica en la que vivimos, haciendo referencia a su característica definitoria: la responsabilidad del ser humano como agente de cambio medioambiental a escala planetaria.
La muestra-manifiesto Eco-visionarios supone un cuestionamiento de cómo se enfrentan los artistas, los arquitectos, los diseñadores y otros actores culturales a estas transformaciones ecológicas.
A la vez que señalan sus causas, ponen de relieve sus aspectos menos visibles y anticipan planteamientos alternativos de respuesta y de adaptación a sus consecuencias.
Más de 40 participantes
Con más de 40 participantes a lo largo de cuatro secciones –Desastre, Extinción, Coexistencia y Adaptación–, las piezas y los proyectos de la exposición alternan la investigación crítica con el optimismo visionario. A través de las imágenes subjetivas e inestables de la ecología que devuelven las obras de arte y arquitectura de Eco-visionarios, se quiere recuperar un sentimiento de esperanza en el futuro.
La exposición Eco-visionarios tiene pues un recorrido no sólo artístico, sino también pedagógico a través de sus cuatro áreas expositivas. Todas las piezas contienen textos explicativos que si el visitante se toma la “molestia” de leer, percibe mejor lo que está viendo, interpreta mejor los códigos de comunicación del arte contemporáneo, a la vez que descubre la intencionalidad de la propuesta, de la crítica político ecológica o la solución que propone.
La primera sección de la exposición, Desastre, se centra en la interacción humana con la naturaleza, en sus diferentes escalas y aspectos, y deja al descubierto cómo las tecnologías intrusivas, las intervenciones territoriales y la contaminación conforman los paisajes del siglo XXI.
Bajo el título Extinción se reúnen obras que proponen una nueva imaginación de lo humano que nos permita concebir un mundo en el que reconectar con el entorno de una forma nueva.
Los proyectos que se muestran en la sección Coexistencia revelan que la ecología debe redefinirse como una red de solidaridad entre los diferentes lugares y especies del planeta.
Por último, bajo el epígrafe Adaptación, se descubren propuestas innovadoras para adaptarnos a una condición cambiante, desde las investigaciones sobre el control del clima y las formas orgánicas de producción de energía, a las ficciones especulativas que abordan la manera de reinventar nuestra biología y nuestras estructuras sociales.
Artistas Eco-visionarios
uh513
Entre la exposición y el Jardín Cyborg, las instalaciones y propuestas artísticas y audiovisuales son muy amplias y de gran calidad, pero por destacar a algunos artistas, tenemos a los españoles el colectivo uh513, formado por la artista María Castellanos y el tecnólogo Alberto Valverde, que están presentes también en el Centro de Arte LABoral de Gijón.
En Madrid, María y Alberto, a través de prototipos cyborg y realidad virtual, nos invitan a ampliar nuestras capacidades sensoriales e interactuar con las plantas del jardín, que exhiben patrones de comunicación en un Big Data ideado por los artistas.
Estos artistas actúan en el marco de prácticas simbióticas, experimentales y transformadoras de conciencias e interacciones.
Integran actores humanos y otros seres vivos, medios y máquinas para crear relaciones y afectos impensables hasta hace poco. Como colectivo artístico, María Castellanos y Alberto Valverde estudian las interrelaciones e intersecciones que se producen entre la máquina y el ser humano.
En Gijón, María y Alberto presentan Symbiotic Interaction, que consta de dos wearables que nos permiten medir y monitorizar nuestro entorno a través de las plantas que están integradas en las mismas, y que actúan como interfaz con el usuario para alertarle de cambios medioambientales a través de colores, sonidos y gráficas, que la persona portadora del wearable puede observar.
El proyecto trata de establecer una relación simbiótica humano-planta. Mientras el humano obtiene información de su entorno a través de las plantas, ofrece a cambio su CO2 a las plantas.
Entre la exposición y el Jardín Cyborg, las instalaciones y propuestas artísticas y audiovisuales son muy amplias y de gran calidad, pero por destacar a algunos artistas, tenemos a los españoles el colectivo uh513, formado por la artista María Castellanos y el tecnólogo Alberto Valverde, que están presentes también en el Centro de Arte LABoral de Gijón.
En Madrid, María y Alberto, a través de prototipos cyborg y realidad virtual, nos invitan a ampliar nuestras capacidades sensoriales e interactuar con las plantas del jardín, que exhiben patrones de comunicación en un Big Data ideado por los artistas.
Estos artistas actúan en el marco de prácticas simbióticas, experimentales y transformadoras de conciencias e interacciones.
Integran actores humanos y otros seres vivos, medios y máquinas para crear relaciones y afectos impensables hasta hace poco. Como colectivo artístico, María Castellanos y Alberto Valverde estudian las interrelaciones e intersecciones que se producen entre la máquina y el ser humano.
En Gijón, María y Alberto presentan Symbiotic Interaction, que consta de dos wearables que nos permiten medir y monitorizar nuestro entorno a través de las plantas que están integradas en las mismas, y que actúan como interfaz con el usuario para alertarle de cambios medioambientales a través de colores, sonidos y gráficas, que la persona portadora del wearable puede observar.
El proyecto trata de establecer una relación simbiótica humano-planta. Mientras el humano obtiene información de su entorno a través de las plantas, ofrece a cambio su CO2 a las plantas.
HeHe
También HeHe (Inglaterra / Alemania) están igualmente presentes en las dos muestras. HeHe es una asociación de arte y diseño con sede en París creada en 1999 por Helen Evans y Heiko Hansen.
Las obras de HeHe evidencian las grandes paradojas de una sociedad que aborrece la contaminación medioambiental, la desaparición de especies o la explotación de las personas y territorios más vulnerables de la Tierra. Pero al mismo tiempo contribuye a su degradación con un estilo de vida y unos hábitos de consumo insostenibles.
En Gijón presentan una instalación de un globo terráqueo que se sitúa en un acuario inundado de colorante fluorescente, mientras gira alrededor de su propio eje. La instalación plantea la triste situación actual del planeta Tierra, convertido en un laboratorio experimental y contaminado, cuyo porvenir es imprevisible.
Solo una cosa está clara: los recursos, al igual que en un acuario, son limitados. En Madrid. el dúo HeHe presenta una obra consistente en una toma de corriente que exhala humo, de manera que devuelve a los consumidores la contaminación creada por su gasto energético. Contundente.
También HeHe (Inglaterra / Alemania) están igualmente presentes en las dos muestras. HeHe es una asociación de arte y diseño con sede en París creada en 1999 por Helen Evans y Heiko Hansen.
Las obras de HeHe evidencian las grandes paradojas de una sociedad que aborrece la contaminación medioambiental, la desaparición de especies o la explotación de las personas y territorios más vulnerables de la Tierra. Pero al mismo tiempo contribuye a su degradación con un estilo de vida y unos hábitos de consumo insostenibles.
En Gijón presentan una instalación de un globo terráqueo que se sitúa en un acuario inundado de colorante fluorescente, mientras gira alrededor de su propio eje. La instalación plantea la triste situación actual del planeta Tierra, convertido en un laboratorio experimental y contaminado, cuyo porvenir es imprevisible.
Solo una cosa está clara: los recursos, al igual que en un acuario, son limitados. En Madrid. el dúo HeHe presenta una obra consistente en una toma de corriente que exhala humo, de manera que devuelve a los consumidores la contaminación creada por su gasto energético. Contundente.
Steeensen
Jakob Kudsk Steensen (Dinamarca), nos trae una obra de realidad virtual inmersiva, bella y compleja, que da pie a la reflexión sobre el futuro de la extinción de las especies. Steensen presenta la resurrección virtual del último ejemplar del pájaro Oo de Kauai, cuya muerte en 1987 supuso el fin de la especie.
Valiéndose de una versión digitalizada de la grabación del canto de esta ave, registrado en 1975, el artista construye en realidad virtual el hábitat original en la isla hawaiana de Kauai. La fidelidad es muy sobresaliente, hasta que la narrativa entra en la parte fantástica y misteriosa que precede y sigue en la resurrección virtual del pájaro Oo, un entorno virtual completamente reinterpretado.
Como un rito de deconstrucción, de muerte, de desaparición en medio de la belleza natural, hasta la resurrección. La experiencia tiene momentos maravillosos y otros desalentadores. El escenario de un crimen que se repite día tras día. Un millón de especies ya están amenazadas, a día de hoy, por la extinción.
Jakob Kudsk Steensen (Dinamarca), nos trae una obra de realidad virtual inmersiva, bella y compleja, que da pie a la reflexión sobre el futuro de la extinción de las especies. Steensen presenta la resurrección virtual del último ejemplar del pájaro Oo de Kauai, cuya muerte en 1987 supuso el fin de la especie.
Valiéndose de una versión digitalizada de la grabación del canto de esta ave, registrado en 1975, el artista construye en realidad virtual el hábitat original en la isla hawaiana de Kauai. La fidelidad es muy sobresaliente, hasta que la narrativa entra en la parte fantástica y misteriosa que precede y sigue en la resurrección virtual del pájaro Oo, un entorno virtual completamente reinterpretado.
Como un rito de deconstrucción, de muerte, de desaparición en medio de la belleza natural, hasta la resurrección. La experiencia tiene momentos maravillosos y otros desalentadores. El escenario de un crimen que se repite día tras día. Un millón de especies ya están amenazadas, a día de hoy, por la extinción.
Rachel Armstrong
La maravillosa Rachel Armstrong, profesora de arquitectura experimental de la Universidad de Newcastle, plantea una comprensión de las nuevas realidades ecológicas a través de formas experimentales de conocimiento. Rachel Armstrong propone la producción de “entornos de arquitectura viva” que tienen su base en la cooperación entre humanos y otros organismos.
Para Rachel, la idea de un Jardín Cyborg nos remite en sus paradojas a un Jardín de las Delicias de El Bosco de nuestro tiempo, que nos advierte de que nuestra conducta hedonista en relación a la tecnología y a otras especies, una conducta desbocada, puede darle la vuelta al orden natural del mundo.
Armstrong reflexiona, en el contexto de un ser humano que se ha pretendido separar y desconectar de la naturaleza, sobre el “orden” que se le ha atribuido a los seres vivos y urge a considerar nuestro papel en el mismo.
Es el centro del debate dice Armstrong: “en tiempos de ecocidios de escala planetaria en los que las evidencias apuntan a nuestra responsabilidad en los eventos de extinción, somos incapaces de formular una acción efectiva colectiva y cambiar el rumbo de la catástrofe que está desplegándose ante nosotros”.
Rachel Armstrong cita a Bruno Latour que escribe: “Tendríamos que haber modificado las bases de nuestra existencia de arriba abajo. Deberíamos haber empezado a cambiar nuestra alimentación, nuestros hábitats, nuestros medios de transporte, nuestras tecnologías culturales, en resumen, nuestro modo de producción”.
Quizás por eso, Rachel Armstrong, en su conferencia de Matadero ha mencionado a Extinction Rebellion como ejemplo de lucha disruptiva no violenta que saca a la gente de su zona de confort, digamos, frente a la emergencia climática y la extinción, que conciencia y activa.
La maravillosa Rachel Armstrong, profesora de arquitectura experimental de la Universidad de Newcastle, plantea una comprensión de las nuevas realidades ecológicas a través de formas experimentales de conocimiento. Rachel Armstrong propone la producción de “entornos de arquitectura viva” que tienen su base en la cooperación entre humanos y otros organismos.
Para Rachel, la idea de un Jardín Cyborg nos remite en sus paradojas a un Jardín de las Delicias de El Bosco de nuestro tiempo, que nos advierte de que nuestra conducta hedonista en relación a la tecnología y a otras especies, una conducta desbocada, puede darle la vuelta al orden natural del mundo.
Armstrong reflexiona, en el contexto de un ser humano que se ha pretendido separar y desconectar de la naturaleza, sobre el “orden” que se le ha atribuido a los seres vivos y urge a considerar nuestro papel en el mismo.
Es el centro del debate dice Armstrong: “en tiempos de ecocidios de escala planetaria en los que las evidencias apuntan a nuestra responsabilidad en los eventos de extinción, somos incapaces de formular una acción efectiva colectiva y cambiar el rumbo de la catástrofe que está desplegándose ante nosotros”.
Rachel Armstrong cita a Bruno Latour que escribe: “Tendríamos que haber modificado las bases de nuestra existencia de arriba abajo. Deberíamos haber empezado a cambiar nuestra alimentación, nuestros hábitats, nuestros medios de transporte, nuestras tecnologías culturales, en resumen, nuestro modo de producción”.
Quizás por eso, Rachel Armstrong, en su conferencia de Matadero ha mencionado a Extinction Rebellion como ejemplo de lucha disruptiva no violenta que saca a la gente de su zona de confort, digamos, frente a la emergencia climática y la extinción, que conciencia y activa.
Ursula Biemann
En su instalación Acoustic Ocean, de vídeo y sonido en la LABoral, la artista suiza Ursula Biemann sondea la ecología acústica de la vida marina, entendiéndola como una forma de comunicarse y aprendiendo a usarla. La artista crea un personaje ficticio que, utilizando sus órganos sensoriales y diversas tecnologías submarinas, es capaz de percibir las criaturas del mar.
Como si fuera una DJ, mezcla el sonido submarino y lo hace resonar en el éter. El mundo entero debería escuchar lo que las mariposas acuáticas y los peces que sufren el exceso de acidez de los océanos tienen que decir.
En su instalación Acoustic Ocean, de vídeo y sonido en la LABoral, la artista suiza Ursula Biemann sondea la ecología acústica de la vida marina, entendiéndola como una forma de comunicarse y aprendiendo a usarla. La artista crea un personaje ficticio que, utilizando sus órganos sensoriales y diversas tecnologías submarinas, es capaz de percibir las criaturas del mar.
Como si fuera una DJ, mezcla el sonido submarino y lo hace resonar en el éter. El mundo entero debería escuchar lo que las mariposas acuáticas y los peces que sufren el exceso de acidez de los océanos tienen que decir.
Marta Moreno
La artista, investigadora y activista española Marta Moreno Muñoz ha creado 'Colapso', una propuesta artística arriesgada en la que Marta, activista medioambiental en Extinction Rebellion Granada, interioriza la grave crisis climática y de civilización en la que se encuentra inmerso el planeta y los seres vivos que lo habitan. Su primera acción fue en Granada en junio.
El proyecto se mostrará también en Helsinki el próximo 15 de agosto durante la Noche en Blanco de la capital finlandesa. Marta Moreno Muñoz ha presentado en el pasado propuestas de comunicación interespecies, por ejemplo una convivencia con búfalos en Filipinas y de esa experiencia surgió este video instalación Lost Paradise.
Todo ello le hace pensar a Marta Moreno que ‘Colapso’ sería una obra que podría dialogar con otras instalaciones en el Jardín Cyborg de Matadero o en La LABoral de Gijón en el marco de colaboración que proponen estas instituciones.
La artista, investigadora y activista española Marta Moreno Muñoz ha creado 'Colapso', una propuesta artística arriesgada en la que Marta, activista medioambiental en Extinction Rebellion Granada, interioriza la grave crisis climática y de civilización en la que se encuentra inmerso el planeta y los seres vivos que lo habitan. Su primera acción fue en Granada en junio.
El proyecto se mostrará también en Helsinki el próximo 15 de agosto durante la Noche en Blanco de la capital finlandesa. Marta Moreno Muñoz ha presentado en el pasado propuestas de comunicación interespecies, por ejemplo una convivencia con búfalos en Filipinas y de esa experiencia surgió este video instalación Lost Paradise.
Todo ello le hace pensar a Marta Moreno que ‘Colapso’ sería una obra que podría dialogar con otras instalaciones en el Jardín Cyborg de Matadero o en La LABoral de Gijón en el marco de colaboración que proponen estas instituciones.
Fotos: Alejandro Sacristán y cortesía de Matadero Madrid.