Ya se sabía que los disléxicos tenían facilidad y una tendencia acusada a crear su propia empresa. Richard Branson, el dueño de Virgin, y el arquitecto Norman Foster de hecho lo son. Pero un nuevo estudio sobre los emprendedores en los Estados Unidos ha puesto de manifiesto que es más fácil encontrar a personas con un trastorno de lectura llamado dislexia al frente de sus pequeños negocios de lo que se pensaba hasta ahora.
El informe ha sido llevado a cabo por Julie Logan, que es profesora en la Cass Business School, en Londres. Los datos que ha presentado y que recoge el Herald Tribune, son muy esclarecedores, ya que ha descubierto que más de un tercio de los emprendedores a los que entrevistó (un 35%) se definían a ellos mismos como disléxicos.
El estudio también concluye que los disléxicos están más predispuestos que los no disléxicos a delegar, a sobresalir en su uso del lenguaje oral y en comunicarse, así como en resolver problemas o en tener la capacidad de dirigir dos negocios al mismo tiempo.
Para Logan, estas personas son capaces de gestionar con éxito sus negocios porque han sabido desarrollar habilidades que compensan otras deficiencias que tienen. En concreto, apunta a su extraordinaria creatividad a la hora de manejar problemas.
Más en Estados Unidos
El estudio se basa en una encuesta hecha a 139 empresarios de muy diferentes campos a lo largo de los Estados Unidos. Lo destacado de esta encuesta es que el porcentaje de disléxicos entre los entrevistados era de algo más de un tercio. Logan ya hizo un estudio parecido en el Reino Unido en 2004, y la cifra de emprendedores británicos con dislexia se quedaba en un 20%.
En aquella ocasión, Logan ya llegó a conclusiones cuando menos sorprendentes. Por ejemplo, el 87% de los disléxicos provenían de clases medias y había muy pocos funcionarios públicos, ya que la mayoría se decantaban claramente por la ingeniería o por industrias manufactureras. Eso sí, el 70% habían fracasado en la escuela.
Asimismo, el 73% de los emprendedores no disléxicos a los que hizo la encuesta se consideraban personas seguras, mientras que sólo un 7% de los disléxicos se mostraron seguros respecto a ellos mismos.
Logan atribuye el alto porcentaje encontrado en los Estados Unidos al hecho de que en las escuelas norteamericanas se detecte antes este problema y se gestione mejor su solución para que estos niños puedan aprender de manera normal. Aproximadamente un 10% de los norteamericanos creen que tienen dislexia.
Pero, ¿por qué los disléxicos tienen esta tendencia a ser emprendedores?. Al parecer, las estrategias que usan desde que son pequeños para compensar sus problemas de aprendizaje son las que después usan en los negocios, principalmente su capacidad para identificar personas en las que confiar y delegar. Esta destreza para saber delegar les confiere una importante ventaja sobre los emprendedores no disléxicos, asegura Logan.
Escribir menos, hablar más
Otra destreza que les caracteriza es la de hablar y comunicarse oralmente con su mucha brillantez. Sin duda, los disléxicos se ven obligados a recurrir al habla para compensar sus problemas con el lenguaje escrito. Si pensamos con detenimiento en qué caracteriza a un empresario emprendedor nos damos cuenta de que son personas de acción, tendentes a hablar más que a escribir, capaces de delegar. En contraste, los ejecutivos asalariados a empresas tienden justamente a lo contrario: a ponerlo todo por escrito. Según los datos presentados por Logan, sólo un 1% de los ejecutivos norteamericanos tiene dislexia.
Mucho se ha escrito sobre la relación entre este problema y los emprendedores. La revista Fortune dedicaba una de sus portadas de 2002 a glosar un buen número de hombres de negocios con dislexia. John Chambers, uno de los ejecutivos de Cisco, o Diane Swonk, analista jefe del Bank One, eran algunos de los ejemplos puestos por Fortune en aquel número.
De forma parecida, Rosalie Fink, una profesora del Lesley College, en Cambridge, Massachussets, escribió un artículo en 1998 donde daba una lista de sesenta personalidades con dislexia. En esa lista había algún premio Nóbel.
Este estudio de Logan, sin embargo, es el primero que se atreve a dar un porcentaje concreto del número de disléxicos emprendedores.
El informe ha sido llevado a cabo por Julie Logan, que es profesora en la Cass Business School, en Londres. Los datos que ha presentado y que recoge el Herald Tribune, son muy esclarecedores, ya que ha descubierto que más de un tercio de los emprendedores a los que entrevistó (un 35%) se definían a ellos mismos como disléxicos.
El estudio también concluye que los disléxicos están más predispuestos que los no disléxicos a delegar, a sobresalir en su uso del lenguaje oral y en comunicarse, así como en resolver problemas o en tener la capacidad de dirigir dos negocios al mismo tiempo.
Para Logan, estas personas son capaces de gestionar con éxito sus negocios porque han sabido desarrollar habilidades que compensan otras deficiencias que tienen. En concreto, apunta a su extraordinaria creatividad a la hora de manejar problemas.
Más en Estados Unidos
El estudio se basa en una encuesta hecha a 139 empresarios de muy diferentes campos a lo largo de los Estados Unidos. Lo destacado de esta encuesta es que el porcentaje de disléxicos entre los entrevistados era de algo más de un tercio. Logan ya hizo un estudio parecido en el Reino Unido en 2004, y la cifra de emprendedores británicos con dislexia se quedaba en un 20%.
En aquella ocasión, Logan ya llegó a conclusiones cuando menos sorprendentes. Por ejemplo, el 87% de los disléxicos provenían de clases medias y había muy pocos funcionarios públicos, ya que la mayoría se decantaban claramente por la ingeniería o por industrias manufactureras. Eso sí, el 70% habían fracasado en la escuela.
Asimismo, el 73% de los emprendedores no disléxicos a los que hizo la encuesta se consideraban personas seguras, mientras que sólo un 7% de los disléxicos se mostraron seguros respecto a ellos mismos.
Logan atribuye el alto porcentaje encontrado en los Estados Unidos al hecho de que en las escuelas norteamericanas se detecte antes este problema y se gestione mejor su solución para que estos niños puedan aprender de manera normal. Aproximadamente un 10% de los norteamericanos creen que tienen dislexia.
Pero, ¿por qué los disléxicos tienen esta tendencia a ser emprendedores?. Al parecer, las estrategias que usan desde que son pequeños para compensar sus problemas de aprendizaje son las que después usan en los negocios, principalmente su capacidad para identificar personas en las que confiar y delegar. Esta destreza para saber delegar les confiere una importante ventaja sobre los emprendedores no disléxicos, asegura Logan.
Escribir menos, hablar más
Otra destreza que les caracteriza es la de hablar y comunicarse oralmente con su mucha brillantez. Sin duda, los disléxicos se ven obligados a recurrir al habla para compensar sus problemas con el lenguaje escrito. Si pensamos con detenimiento en qué caracteriza a un empresario emprendedor nos damos cuenta de que son personas de acción, tendentes a hablar más que a escribir, capaces de delegar. En contraste, los ejecutivos asalariados a empresas tienden justamente a lo contrario: a ponerlo todo por escrito. Según los datos presentados por Logan, sólo un 1% de los ejecutivos norteamericanos tiene dislexia.
Mucho se ha escrito sobre la relación entre este problema y los emprendedores. La revista Fortune dedicaba una de sus portadas de 2002 a glosar un buen número de hombres de negocios con dislexia. John Chambers, uno de los ejecutivos de Cisco, o Diane Swonk, analista jefe del Bank One, eran algunos de los ejemplos puestos por Fortune en aquel número.
De forma parecida, Rosalie Fink, una profesora del Lesley College, en Cambridge, Massachussets, escribió un artículo en 1998 donde daba una lista de sesenta personalidades con dislexia. En esa lista había algún premio Nóbel.
Este estudio de Logan, sin embargo, es el primero que se atreve a dar un porcentaje concreto del número de disléxicos emprendedores.