El frío intenso y las condiciones climáticas extremas han provocado la formación de un pequeño agujero de ozono en el Polo Norte en las últimas semanas.
Las observaciones señalan que la disminución de la capa de ozono en esa zona es de alrededor del 30 por ciento a partir del 16 de marzo.
Esta disminución está aumentando la radiación ultravioleta en la superficie terrestre, según se informa en un comunicado.
La capa de ozono actúa como un escudo que protege la vida en la Tierra de los dañinos rayos ultravioleta procedentes del Sol.
Las concentraciones de ozono se observan continuamente desde la firma en 1987 del Protocolo de Montreal, que regula la producción de halocarbonos.
Estos compuestos químicos contienen cloro y bromo y son responsables de la destrucción del ozono en la estratosfera, la parte de la atmósfera que se extiende desde los 10 km hasta los 50 km sobre el nivel del mar.
Como estos compuestos persisten en la atmósfera, son necesarias varias décadas para que sus concentraciones vuelvan a los niveles anteriores a 1980.
Fenómeno recurrente
En la Antártida, el "agujero de ozono", que corresponde a la destrucción en primavera de más de la mitad del contenido total de ozono sobre el Polo Sur, es un fenómeno recurrente debido a las extremadamente bajas temperaturas invernales de la estratosfera.
La destrucción del ozono estratosférico se produce en las regiones polares cuando las temperaturas caen por debajo de los 80°C bajo cero.
A estas temperaturas, se forman nubes en la estratosfera inferior y las reacciones químicas transforman los compuestos halogenados de carbono inocuos en compuestos activos.
Estos procesos conducen a la destrucción rápida del ozono cuando la luz solar regresa sobre el polo.
Variación polar
Sin embargo, en el Polo Norte las condiciones climáticas generalmente no conducen a una reducción significativa del ozono en la primavera, una tendencia que se está rompiendo en la actualidad.
Por lo general, las altas temperaturas en el Ártico no implican la destrucción de la capa de ozono, sino más bien una reestructuración de sus concentraciones.
Cuando ocurre en el Polo Norte, estos episodios (que se producen a finales del invierno y principios de la primavera del hemisferio norte) son más cortos y menos extensos, algo que no es lo que ocurre en la actualidad.
La última vez que se detectó un agujero en el ozono del Polo Norte fue en el año 2010/2011, registrando una pérdida de ozono del 80% a 20 kilómetros de altura.
Las observaciones señalan que la disminución de la capa de ozono en esa zona es de alrededor del 30 por ciento a partir del 16 de marzo.
Esta disminución está aumentando la radiación ultravioleta en la superficie terrestre, según se informa en un comunicado.
La capa de ozono actúa como un escudo que protege la vida en la Tierra de los dañinos rayos ultravioleta procedentes del Sol.
Las concentraciones de ozono se observan continuamente desde la firma en 1987 del Protocolo de Montreal, que regula la producción de halocarbonos.
Estos compuestos químicos contienen cloro y bromo y son responsables de la destrucción del ozono en la estratosfera, la parte de la atmósfera que se extiende desde los 10 km hasta los 50 km sobre el nivel del mar.
Como estos compuestos persisten en la atmósfera, son necesarias varias décadas para que sus concentraciones vuelvan a los niveles anteriores a 1980.
Fenómeno recurrente
En la Antártida, el "agujero de ozono", que corresponde a la destrucción en primavera de más de la mitad del contenido total de ozono sobre el Polo Sur, es un fenómeno recurrente debido a las extremadamente bajas temperaturas invernales de la estratosfera.
La destrucción del ozono estratosférico se produce en las regiones polares cuando las temperaturas caen por debajo de los 80°C bajo cero.
A estas temperaturas, se forman nubes en la estratosfera inferior y las reacciones químicas transforman los compuestos halogenados de carbono inocuos en compuestos activos.
Estos procesos conducen a la destrucción rápida del ozono cuando la luz solar regresa sobre el polo.
Variación polar
Sin embargo, en el Polo Norte las condiciones climáticas generalmente no conducen a una reducción significativa del ozono en la primavera, una tendencia que se está rompiendo en la actualidad.
Por lo general, las altas temperaturas en el Ártico no implican la destrucción de la capa de ozono, sino más bien una reestructuración de sus concentraciones.
Cuando ocurre en el Polo Norte, estos episodios (que se producen a finales del invierno y principios de la primavera del hemisferio norte) son más cortos y menos extensos, algo que no es lo que ocurre en la actualidad.
La última vez que se detectó un agujero en el ozono del Polo Norte fue en el año 2010/2011, registrando una pérdida de ozono del 80% a 20 kilómetros de altura.
Disminución por años de la capa de ozono desde el 2008 a la actualidad. En el año 2011 se observa más notable su incremento. Foto: © Anne Boynard (LATMOS / IPSL)
Vórtice polar
El origen del agujero de ozono es el llamado vórtice polar que está circulando por la zona de Ártico con aire más frío y menos estable que lo habitual.
Este fenómeno es una corriente que mantiene al aire frío “encerrado” en el Polo y en ocasiones desciende provocando brutales olas de frío.
Los investigadores del Laboratorio de Observaciones Atmosféricas y Espaciales (LATMOS / IPSL) explican que la capa de ozono se rompe cuando se mezclan los gases CFC provocados por la actividad humana con el frío, las nubes estratosféricas y la llegada del sol a las zonas polares.
Para la observación de este fenómeno en el Polo Norte, los científicos utilizaron, por un lado, una red terrestre llamada SAOZ y, por otro lado, una red de satélites dispuestos entre sí llamados IASI.
El origen del agujero de ozono es el llamado vórtice polar que está circulando por la zona de Ártico con aire más frío y menos estable que lo habitual.
Este fenómeno es una corriente que mantiene al aire frío “encerrado” en el Polo y en ocasiones desciende provocando brutales olas de frío.
Los investigadores del Laboratorio de Observaciones Atmosféricas y Espaciales (LATMOS / IPSL) explican que la capa de ozono se rompe cuando se mezclan los gases CFC provocados por la actividad humana con el frío, las nubes estratosféricas y la llegada del sol a las zonas polares.
Para la observación de este fenómeno en el Polo Norte, los científicos utilizaron, por un lado, una red terrestre llamada SAOZ y, por otro lado, una red de satélites dispuestos entre sí llamados IASI.