Un informe elaborado por PwC advierte que hacer despidos a la primera de cambio cuando una empresa tiene dificultades es, en muchas ocasiones, un error. De hecho, dice el informe, mostrar menos dureza o una gestión más flexible de los trabajadores cuando las condiciones de mercado son adversas son soluciones mucho más efectivas.
Las encuestas llevadas a cabo hace pocas semanas ya muestran que la pérdida de puestos de trabajo se está acelerando a ambos lados del Atlántico y, con mucha probabilidad, la situación irá empeorando en los próximos meses.
Ni si quiera los directivos senior se libran de esta situación. En mayo de este año, el Chartered Management Institute sigería que el porcentaje de despidos de directivos senior se había duplicado en apenas un año.
La visión dada por PwC aboga por medir mucho los despidos. Según la consultora, las empresas que son más flexibles en sus métodos para dirigir a los empleados tienden a funcionar mejor cuando, en momentos difíciles, tienen que mantener a toda costa su estrategia de negocio.
“Reducir el personal puede ser un acto reflejo como reacción a las presiones del mercado, pero las organizaciones tienen que recordar que despedir puede salir caro, tanto en términos de pagos como en reclutar nuevos empelados cuando la situación vuelve a mejorar”, comenta Debra De`Ath, directora de PwC, en un comunicado.
Otras opciones
En este sentido, las empresas de cualquier sector, dice el informe, se pueden beneficiar de pensar creativamente respecto a cómo recompensar y sacar más partido a sus empleados como alternativa a los despidos.
“Si se vuelve la vista atrás y se piensa, se pueden encontrar un importante número de alternativas potenciales al despido”, sugiere PwC.
Las empresas pueden barajar opciones como aumentar la flexibilidad o reducir las horas de trabajo. También se puede derivar a parte del staff para que haga su labor en algunos de los clientes o animarles para que se tomen un año sabático o un punto y aparte en su carrera profesional.
“En un mercado de trabajo poco propicio, algunas personas prefieren mantener su puesto aunque tenga que hacer algunos cambios, como reducir sus horas de trabajo. Este tipo de estrategias son muy útiles cuando el mercado vuelve a repuntar, ya que de esta manera para las empresas es más barato y más sencillo reaccionar” comenta De'Ath.
El hecho de que el coste de mano de obra suponga dos terceras partes del coste total del negocio hace, sobre todo en tiempo de crisis, que los consejeros delegados de las empresas ejerzan presión sobre su departamento financiero y de Recursos Humanos para reducir ese gasto al máximo.
Controlar el gasto
El informe de PwC advierte, sin embargo, que hay otras maneras más “inteligentes” de reducir o controlar el gasto que empezar a despedir a la gente de manera indiscriminada. Por ejemplo, gestionando los gastos de representación, evaluando los bonos y las comisiones o revisando las políticas y los procesos de contratación. “Los empleados y los empresarios se pueden beneficiar de una planificación de remuneración que sea eficiente desde el punto de vista de los costes”, comenta De`Ath.
“En la práctica, esto significaría introducir remuneraciones flexibles y ofrecer opciones para sacrificar parte del salario. Algunos cambios sencillos pueden significar un ahorro financiero significativo para las empresas y beneficios para los empleados”, añade.
Sólo después de probar algunas de estas alternativas, dice PwC, se puede empezar a barajar soluciones más traumáticas, como son los despidos.
El trabajo de esta consultora no es el único que hace referencia a la necesidad de manejar con cuidado los recortes de empleo, incluso en momentos complicados como los que estamos viviendo.
El mes pasado, una encuesta de la empresa de Recursos Humanos Reed de la que se hace eco el Institute of Leadership and Management'+, decía que el 65% de los directores de recursos humanos británicos consideraba que, si ayudaban a encontrar un puesto de trabajo a aquellos trabajadores que previamente habían despedido, animaba a otros empleados a permanecer y ser fieles a la empresa. El 78% consideraba que este tipo de acciones aumentaba su reputación.
En este sentido, la Escuela de Negocios Pentacle argumentaba, según recoge la revista Management Issues, que hay muchos ejecutivos que no han vivido una crisis antes, por lo que pueden ser los que más fácilmente saquen la tijera para despedir a gente, precisamente porque van a vivir con más presión este momento de incertidumbre.
Las encuestas llevadas a cabo hace pocas semanas ya muestran que la pérdida de puestos de trabajo se está acelerando a ambos lados del Atlántico y, con mucha probabilidad, la situación irá empeorando en los próximos meses.
Ni si quiera los directivos senior se libran de esta situación. En mayo de este año, el Chartered Management Institute sigería que el porcentaje de despidos de directivos senior se había duplicado en apenas un año.
La visión dada por PwC aboga por medir mucho los despidos. Según la consultora, las empresas que son más flexibles en sus métodos para dirigir a los empleados tienden a funcionar mejor cuando, en momentos difíciles, tienen que mantener a toda costa su estrategia de negocio.
“Reducir el personal puede ser un acto reflejo como reacción a las presiones del mercado, pero las organizaciones tienen que recordar que despedir puede salir caro, tanto en términos de pagos como en reclutar nuevos empelados cuando la situación vuelve a mejorar”, comenta Debra De`Ath, directora de PwC, en un comunicado.
Otras opciones
En este sentido, las empresas de cualquier sector, dice el informe, se pueden beneficiar de pensar creativamente respecto a cómo recompensar y sacar más partido a sus empleados como alternativa a los despidos.
“Si se vuelve la vista atrás y se piensa, se pueden encontrar un importante número de alternativas potenciales al despido”, sugiere PwC.
Las empresas pueden barajar opciones como aumentar la flexibilidad o reducir las horas de trabajo. También se puede derivar a parte del staff para que haga su labor en algunos de los clientes o animarles para que se tomen un año sabático o un punto y aparte en su carrera profesional.
“En un mercado de trabajo poco propicio, algunas personas prefieren mantener su puesto aunque tenga que hacer algunos cambios, como reducir sus horas de trabajo. Este tipo de estrategias son muy útiles cuando el mercado vuelve a repuntar, ya que de esta manera para las empresas es más barato y más sencillo reaccionar” comenta De'Ath.
El hecho de que el coste de mano de obra suponga dos terceras partes del coste total del negocio hace, sobre todo en tiempo de crisis, que los consejeros delegados de las empresas ejerzan presión sobre su departamento financiero y de Recursos Humanos para reducir ese gasto al máximo.
Controlar el gasto
El informe de PwC advierte, sin embargo, que hay otras maneras más “inteligentes” de reducir o controlar el gasto que empezar a despedir a la gente de manera indiscriminada. Por ejemplo, gestionando los gastos de representación, evaluando los bonos y las comisiones o revisando las políticas y los procesos de contratación. “Los empleados y los empresarios se pueden beneficiar de una planificación de remuneración que sea eficiente desde el punto de vista de los costes”, comenta De`Ath.
“En la práctica, esto significaría introducir remuneraciones flexibles y ofrecer opciones para sacrificar parte del salario. Algunos cambios sencillos pueden significar un ahorro financiero significativo para las empresas y beneficios para los empleados”, añade.
Sólo después de probar algunas de estas alternativas, dice PwC, se puede empezar a barajar soluciones más traumáticas, como son los despidos.
El trabajo de esta consultora no es el único que hace referencia a la necesidad de manejar con cuidado los recortes de empleo, incluso en momentos complicados como los que estamos viviendo.
El mes pasado, una encuesta de la empresa de Recursos Humanos Reed de la que se hace eco el Institute of Leadership and Management'+, decía que el 65% de los directores de recursos humanos británicos consideraba que, si ayudaban a encontrar un puesto de trabajo a aquellos trabajadores que previamente habían despedido, animaba a otros empleados a permanecer y ser fieles a la empresa. El 78% consideraba que este tipo de acciones aumentaba su reputación.
En este sentido, la Escuela de Negocios Pentacle argumentaba, según recoge la revista Management Issues, que hay muchos ejecutivos que no han vivido una crisis antes, por lo que pueden ser los que más fácilmente saquen la tijera para despedir a gente, precisamente porque van a vivir con más presión este momento de incertidumbre.