Córdoba acoge la tercera Jornada sobre ‘Economía colaborativa y del bien común’

La Economía del Bien Común (EBC) pretende transformar el sistema de mercado actual, cuyo objetivo se centra principalmente en la ganancia económica, por otro que priorice no solo el beneficio sino también la contribución a la sociedad y la cooperación.

Es este un objetivo ambicioso, que busca conseguirse a través de medidas como el Balance del Bien Común 4.0 o una serie de alicientes y ventajas legales. Así se pretende cambiar la ambición del mercado por una visión más ética que introduzca dichos valores.

La EBC en municipios de España

Nuestro país es el quinto de Europa donde el modelo social alternativo de la Economía del Bien Común ha arraigado, informa la Fundación Princesa de Girona (FPdGi), una fundación creada en 2009 y con sede en el Parc Científic i Tecnològic de la Universitat de Girona, cuyo objetivo principal es trabajar por los jóvenes en todos los aspectos críticos para su futuro.

Según señala la FPdGi, España es el primer país que ensaya la integración de la EBC desde una perspectiva municipal. De hecho, “algunos municipios españoles son ya un referente en todo el mundo”, según ha afirmado por su parte Christian Felber, creador del modelo de la EBC enfocado en la empresa, y del Balance del Bien Común como herramienta estratégica (su libro La economía del bien común fue publicado en España por Ediciones Deusto en 2012).

El papel de España en la implantación de la EBC se ido logrando con promoción en redes sociales, reuniones locales, y presentaciones del sistema en ayuntamientos, empresas, universidades y resto de instituciones. Todas estas acciones se iniciaron en 2012, y ya las detalló para Tendencias21 Marc Masmiquel, coordinador de la EBC en Mallorca.

En general, los conceptos de la EBC instan a que los gobiernos municipales plasmen en leyes el aporte al bien común, y que los municipios tenga una serie de ventajas legales plausibles y vinculantes.

La EBC en Córdoba

En este contexto, hoy se celebra en Córdoba la primera reunión de municipios del Bien Común, con participación de la mencionada FPdGi y organizada por redcomercio.org, la Diputación de Córdoba, que además será la sede del evento, y la Junta de Andalucía.

Se trata de la tercera Jornada sobre ‘Economía colaborativa y del bien común’, y está destinada a jóvenes emprendedores, universitarios que estén terminando sus estudios, agentes de desarrollo local y, en general, a cualquier persona interesada en el sistema.

El evento concentrará múltiples ponencias, con el objetivo de acercar la Economía Colaborativa y del Bien Común tanto a municipios como a empresas, y comprender el cambio y beneficios que reportará a emprendedores, trabajadores y ciudadanos en general.  
 
La inauguración de las jornadas correrá a cargo del delegado territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía en Córdoba, Manuel Carmona, y de Antonio Ruiz, Presidente de la Diputación de Córdoba. Realizarán la presentación del evento la delegada de Empleo en la institución provincial, Dolores Amo, y el jefe del departamento de Escuelas Taller, Casas de Oficios y Talleres de Empleo del Servicio Andaluz de Empleo, Luis Macia Magrane.

Entre los ponentes, además de representantes de la FPdGi que hablarán de la alternativa que la EBC representa para emprendedores, estarán, entre otros, Carlos Goga (cofundador de la primera incubadora sana y colaborativa en la que gana el emprendedor, gana el ecosistema de empresa y gana la sociedad en su conjunto, startwith_US) o Blas García Ruiz, presidente de PRODE, una asociación cuyo objetivo es generar calidad de vida, bienestar y felicidad para las personas con discapacidad.

Principios de la Economía del Bien Común

La EBC se rige por valores humanos, denostados en el marco de una economía de mercado claramente deshumanizada, como son la confianza, la honestidad, la responsabilidad, la cooperación (valor que, según Christian Felber, creador de este sistema, “es el método más eficaz que conocemos”, aunque en la economía actual prime la competencia); la solidaridad, la generosidad y la compasión.

Sería, por tanto, contraria en este sentido a la economía de mercado, regida por el éxito económico con valores o indicadores monetarios como el producto interior bruto y los beneficios, que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos.

Estos indicadores no nos dicen nada sobre si hay guerra, se vive en una dictadura, si sobreexplotamos el medio o si se respetan los derechos humanos. De la misma manera, una empresa que tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni como lo produce.

En esta dirección, la EBC propone implantar otro tipo de balance económico, el del bien común, que indicaría como viven las empresas la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica, y la democracia con todos sus proveedores y clientes. Porque, tal y como indica el libro de Felber antes mencionado “la Economía del Bien Común se construye sobre una cooperación sistémica, también con la naturaleza”.

La evaluación de esos valores permitiría al consumidor escoger los productos en función del desempeño de cada compañía. Por tanto, la EBC beneficiaría a las empresas que la practiquen.

Asimismo, la EBC supondría beneficios para compañías porque el modelo pretende implantar recompensas e incentivos específicos por la práctica y consideración de aquellos “valores humanos fundamentales que han permitido que la existencia humana y social tenga éxito, también en las relaciones económicas”.