"Se Solicita:..” es el encabezado de ensueño en un anuncio de la sección de ofertas de empleo para cualquier parado en estos tiempos, con estimaciones tan desalentadoras que nos obligan a no imaginar una situación mejor hasta 2013. La desesperanza es la protagonista en estos tiempos. Ante esta situación, las solicitudes virtuales han hecho más sencillo y menos abochornante el proceso de búsqueda de empleo.
Sin embargo, el panorama está difícil. Según una investigación difundida por Wharton@Knowledge, por una parte, están los buscadores de trabajo que presentan cientos de solicitudes por Internet con poco esfuerzo, pero también con pocas esperanzas de recibir una llamada. Por otra parte, están las empresas, atiborradas de curriculum, y que ahora cuentan con la opción de los sistemas de seguimiento informáticos para eliminar rápidamente a los candidatos, incluso a los potencialmente calificados, que no se ajusten a los criterios establecidos.
Según Peter Capelli, profesor de la Universidad de Wharton en Pensilvania: "El software de seguimiento de candidatos hace que sea casi imposible que uno en concreto pueda destacar". Los gerentes de recursos humanos se basan en la búsqueda de palabras clave asociadas con las credenciales y la experiencia solicitada. “Pareciera una cuestión de azar”, afirma Capelli.
Poco fiables
La situación está clara: cada vez hay más aspirantes por plaza de trabajo y con la crisis se agudiza aún más este fenómeno. Pero como en todo escenario de dificultad, hay una parte en clara ventaja y otra en desventaja. Según el profesor de Gestión de la Universidad de Wharton, Matthew Bidwell: "Si usted tiene miles de candidatos para cada puesto, puede encontrar a alguien mediante el uso de herramientas muy contundentes, porque siente que obtendrá un gran candidato, sin importar lo que pase y a quién vulnere”. El enfoque utilizado entonces es el de descartar, y el aspirante al puesto que se conforma con la solicitud vía Internet comete un grave error.
Gerry Crispin, co-fundador de CareerXroads, una firma internacional de consultoría centrada en la tecnología de reclutamiento y la estrategia de dotación de personal, tiene su opinión muy concreta al respecto: este sistema en sí tiene un fallo. Ya en los años 70 y 80, muchas empresas creían que el proceso debía incluir el informar a los solicitantes que las plazas a las que aspiraban ya habían sido completadas y también que se les notificara cuando la plaza se había ocupado, señala Crispin.
En un esfuerzo por determinar si esto seguía haciéndose de igual forma Crispin y su socio aspiran todos los años y bajo nombres falsos a los puestos mencionados por los empresarios de las "100 Mejores Compañías para Trabajar", según la revista especializada Fortune. En 2011, 27 de esas empresas informó cuando el puesto había sido ocupado, lo que significa que 73 de las empresas no lo hicieron. Resulta poco fiable, por tanto, aspirar a estos puestos.
Sin embargo, el panorama está difícil. Según una investigación difundida por Wharton@Knowledge, por una parte, están los buscadores de trabajo que presentan cientos de solicitudes por Internet con poco esfuerzo, pero también con pocas esperanzas de recibir una llamada. Por otra parte, están las empresas, atiborradas de curriculum, y que ahora cuentan con la opción de los sistemas de seguimiento informáticos para eliminar rápidamente a los candidatos, incluso a los potencialmente calificados, que no se ajusten a los criterios establecidos.
Según Peter Capelli, profesor de la Universidad de Wharton en Pensilvania: "El software de seguimiento de candidatos hace que sea casi imposible que uno en concreto pueda destacar". Los gerentes de recursos humanos se basan en la búsqueda de palabras clave asociadas con las credenciales y la experiencia solicitada. “Pareciera una cuestión de azar”, afirma Capelli.
Poco fiables
La situación está clara: cada vez hay más aspirantes por plaza de trabajo y con la crisis se agudiza aún más este fenómeno. Pero como en todo escenario de dificultad, hay una parte en clara ventaja y otra en desventaja. Según el profesor de Gestión de la Universidad de Wharton, Matthew Bidwell: "Si usted tiene miles de candidatos para cada puesto, puede encontrar a alguien mediante el uso de herramientas muy contundentes, porque siente que obtendrá un gran candidato, sin importar lo que pase y a quién vulnere”. El enfoque utilizado entonces es el de descartar, y el aspirante al puesto que se conforma con la solicitud vía Internet comete un grave error.
Gerry Crispin, co-fundador de CareerXroads, una firma internacional de consultoría centrada en la tecnología de reclutamiento y la estrategia de dotación de personal, tiene su opinión muy concreta al respecto: este sistema en sí tiene un fallo. Ya en los años 70 y 80, muchas empresas creían que el proceso debía incluir el informar a los solicitantes que las plazas a las que aspiraban ya habían sido completadas y también que se les notificara cuando la plaza se había ocupado, señala Crispin.
En un esfuerzo por determinar si esto seguía haciéndose de igual forma Crispin y su socio aspiran todos los años y bajo nombres falsos a los puestos mencionados por los empresarios de las "100 Mejores Compañías para Trabajar", según la revista especializada Fortune. En 2011, 27 de esas empresas informó cuando el puesto había sido ocupado, lo que significa que 73 de las empresas no lo hicieron. Resulta poco fiable, por tanto, aspirar a estos puestos.
La estrategia ha cambiado
Unas décadas atrás, eran las empresas las encargadas de crear mensajes que atrajeran aspirantes a un empleo, según los expertos, en el pasado, las empresas podrían haberse descrito como "el mejor lugar para trabajar", con "la mayoría de las oportunidades de crecimiento", pero ahora están encontrando maneras de diferenciar sus empresas de las demás, y centrarse en los hechos que son más relevantes para una determinada búsqueda del candidato perfecto.
Por ejemplo, actualmente los filtros son más agresivos: si una empresa dice que por lo general contrata a candidatos con estudios de posgrado, o sólo a aquellos cuya experiencia incluye la escritura de artículos publicados en medios de comunicación, la respuesta seguramente será que muchos aspirantes se abstengan de presentarse.
Pero, de acuerdo con Bersin & Associates una empresa líder en investigación y servicios de asesoramiento en gestión y adquisición de talento, incluso en una economía en recesión, las empresas siguen contratando."La tasa de rotación es alrededor del 15 al 20%, y no varía, no es que no haya ofertas de trabajo, es que las empresas están contratando más lenta y cautelosamente."
Lo ideal es tener un contacto
Los expertos abogan por la credibilidad y el camino andado que le facilita a un aspirante una buena recomendación. Crispin está de acuerdo: el año pasado, dice, al menos el 28% de todos los empleados lo fueron gracias a referencias proporcionadas por los mismos trabajadores de las compañías, a pesar de que sugiere que el número puede ser aún mayor. Si un solicitante de empleo tiene a alguien en la compañía que le está recomendando, las probabilidades de ser contratado se incrementan considerablemente.
Un gerente de recursos humanos no tiene un tiempo ilimitado para dedicar a cada solicitud de empleo, agrega el experto. "Yo, siendo el reclutador, estoy mirando en una pantalla cientos de curriculum, y en uno de ellos hallo una pestaña que indica: ‘recomendado por un empleado’ y seguramente preferiré revisar esa hoja de vida antes que las del resto, con lo cual será inevitable no establecer prioridades.”
Monica McGrath, profesora adjunta en la Universidad de Wharton, aboga por el método clásico. Una persona joven que busca un trabajo en una tienda al por menor, por ejemplo, debe ir a la tienda, hablar con los vendedores, preguntar a quién debe contactar para ofrecerse para el puesto y así sucesivamente. "La gente por la misma crisis que atraviesa está demasiado avergonzada como para hacer eso o creen que este sistema no les proporcionará un trabajo." Pero, en el cara a cara, los esfuerzos pueden ser eficaces", afirma McGrath.
Por último, Crispín lamenta que quien peor lo pasa es la juventud preparada en la actualidad, aunque confía en que cada vez más aprenden a adaptarse a los nuevos tiempos.
Otros, como Bersin, abogan porque la búsqueda de empleo en sí convierte a los seres humanos en personas más inteligentes y audaces, “ajustan sus expectativas y averiguan en que pueden trabajar”, dice. Sobre los currículum, Bersin añade que "no hay manera correcta o incorrecta de crearlos. Es una oportunidad de presentarse en la forma en que los trabajadores quieren ser vistos."
Optar por la tecnología o acudir a los métodos tradicionales puede ser el debate en momentos como estos, en los que la búsqueda de oportunidades de trabajo es una actividad que es practicada casi al unísono por cientos de personas a diario. No despreciar ninguna posibilidad y atender cualquier opción es otra posibilidad que, sin duda, puede conllevar a conseguir el propósito: volver a trabajar.
Unas décadas atrás, eran las empresas las encargadas de crear mensajes que atrajeran aspirantes a un empleo, según los expertos, en el pasado, las empresas podrían haberse descrito como "el mejor lugar para trabajar", con "la mayoría de las oportunidades de crecimiento", pero ahora están encontrando maneras de diferenciar sus empresas de las demás, y centrarse en los hechos que son más relevantes para una determinada búsqueda del candidato perfecto.
Por ejemplo, actualmente los filtros son más agresivos: si una empresa dice que por lo general contrata a candidatos con estudios de posgrado, o sólo a aquellos cuya experiencia incluye la escritura de artículos publicados en medios de comunicación, la respuesta seguramente será que muchos aspirantes se abstengan de presentarse.
Pero, de acuerdo con Bersin & Associates una empresa líder en investigación y servicios de asesoramiento en gestión y adquisición de talento, incluso en una economía en recesión, las empresas siguen contratando."La tasa de rotación es alrededor del 15 al 20%, y no varía, no es que no haya ofertas de trabajo, es que las empresas están contratando más lenta y cautelosamente."
Lo ideal es tener un contacto
Los expertos abogan por la credibilidad y el camino andado que le facilita a un aspirante una buena recomendación. Crispin está de acuerdo: el año pasado, dice, al menos el 28% de todos los empleados lo fueron gracias a referencias proporcionadas por los mismos trabajadores de las compañías, a pesar de que sugiere que el número puede ser aún mayor. Si un solicitante de empleo tiene a alguien en la compañía que le está recomendando, las probabilidades de ser contratado se incrementan considerablemente.
Un gerente de recursos humanos no tiene un tiempo ilimitado para dedicar a cada solicitud de empleo, agrega el experto. "Yo, siendo el reclutador, estoy mirando en una pantalla cientos de curriculum, y en uno de ellos hallo una pestaña que indica: ‘recomendado por un empleado’ y seguramente preferiré revisar esa hoja de vida antes que las del resto, con lo cual será inevitable no establecer prioridades.”
Monica McGrath, profesora adjunta en la Universidad de Wharton, aboga por el método clásico. Una persona joven que busca un trabajo en una tienda al por menor, por ejemplo, debe ir a la tienda, hablar con los vendedores, preguntar a quién debe contactar para ofrecerse para el puesto y así sucesivamente. "La gente por la misma crisis que atraviesa está demasiado avergonzada como para hacer eso o creen que este sistema no les proporcionará un trabajo." Pero, en el cara a cara, los esfuerzos pueden ser eficaces", afirma McGrath.
Por último, Crispín lamenta que quien peor lo pasa es la juventud preparada en la actualidad, aunque confía en que cada vez más aprenden a adaptarse a los nuevos tiempos.
Otros, como Bersin, abogan porque la búsqueda de empleo en sí convierte a los seres humanos en personas más inteligentes y audaces, “ajustan sus expectativas y averiguan en que pueden trabajar”, dice. Sobre los currículum, Bersin añade que "no hay manera correcta o incorrecta de crearlos. Es una oportunidad de presentarse en la forma en que los trabajadores quieren ser vistos."
Optar por la tecnología o acudir a los métodos tradicionales puede ser el debate en momentos como estos, en los que la búsqueda de oportunidades de trabajo es una actividad que es practicada casi al unísono por cientos de personas a diario. No despreciar ninguna posibilidad y atender cualquier opción es otra posibilidad que, sin duda, puede conllevar a conseguir el propósito: volver a trabajar.