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Los empleados despedidos ceden información sobre sus excompañías

Una encuesta realizada con 2.000 trabajadores reveló que un tercio de ellos lo hace, por apropiación o por venganza


Bases de datos, carteras de clientes, condiciones comerciales, acciones y estrategias de marketing, y hasta el más ínfimo detalle sobre debilidad de las empresas puede ser vendido al mejor postor por los empleados despedidos, sugiere un estudio. La razón, según los expertos, es en unos casos el sentimiento de posesión de esa información y, en otros, el deseo de venganza. Un tercio de los trabajadores admite haber compartido información confidencial de su anterior empresa en más de una ocasión. El problema de base es siempre el mismo: la dificultad para encontrar personal discreto. Por Iván Abreu Anaya.


30/07/2012

En un mercado tan competitivo como el actual, en el que la mayoría de las empresas intentan dar con la estrategia adecuada para subir o al menos mantener su productividad, es cada vez más preocupante la acción de los exempleados y las medidas que ejercen estos una vez están fuera del equipo.

Algunos podrían llamarlo traición, otros comprenden que es parte de la competencia y el mercado que deliberadamente emula las tácticas que hacen a un grupo exitoso.

La prioridad ante una vacante siempre es para quien tiene la mayor experiencia, pues bien, dentro de la veteranía de un empleado entra justamente la información que ya maneja.

Es común observar ofertas de empleo en las que incluso se requiere personal con dominio de su propia cartera de clientes, bases de datos que suelen ser tomadas de su anterior empresa.

Según una encuesta divulgada por la firma Iron Mountain este es el principal problema de las compañías cuyas tácticas de marketing son su principal secreto para el éxito y la productividad. Los empleados de confianza y todo el que maneje información confidencial terminan apropiándose de ella categóricamente.

Una acción sin premeditación

Según divulga el digital especializado Management-Issues, los empleados que renuncian no suelen tomar la información con mala intención, sino que lo hacen porque se sienten propietarios de ella o porque creen que les será útil en su próximo empleo.

Según estos datos, muchos de los que revelan información confidencial de las empresas lo hacen desde la improvisación y sin calcular el daño que hacen a sus antiguos contratantes.

Los resultados de la encuesta, en la que fueron interrogados 2.000 trabajadores de oficinas en Francia, Alemania, España y el Reino Unido, revelan que el principal blanco de los exempleados son las bases de datos de clientes. El 51% de los trabajadores en Europa toman la información simplemente para ayudarse a sí mismos en su próximo trabajo, sobre todo las bases de datos confidenciales de clientes, esto por encima de las políticas de protección de datos que prohíben hacerlo.

Además de las bases de datos, otro aspecto vulnerado por los exempleados es el material de conferencias y campañas presentadas en mesas de trabajo: el 46% de los trabajadores confesaron hacerlo.

Por otro lado, un 21% de los empleados toman las propuestas de la empresa, 18% hacen lo propio con los planes estratégicos, y un 18% se hace con las rutas de trabajo o de servicio, y de todo cuanto representa información altamente sensible, valiosa y de importancia fundamental para la reputación de una empresa.

Resulta claro, por tanto, que la información es poder y cuando se divulgan datos claves de la marca, el empleado está en una clara ventaja competitiva.

La venganza también toma partido

Asimismo, los datos obtenidos en la encuesta han revelado que que dos tercios de los trabajadores aseguraron haber tomado la información porque habían participado en la creación de determinada estrategia, y tres cuartas partes afirmaron que creían que la información sería de gran ayuda en su próximo empleo.

Pero, cuando los empleados son despedidos las historia cambia. En este contexto, puede entrar en acción el deseo de venganza, y la información puede llegar a ser robada, aunque no se vaya a utilizar.

En este sentido, el estudio reveló que un tercio de los trabajadores elimina o borra deliberadamente la información de los ordenadores o la comparte con la competencia.

Los expertos sugieren que la falta de políticas adecuadas de gestión de información o de su aplicación efectiva podría ser un poderoso factor en la pérdida de información.

Por último, más de la mitad de los encuestados, un 57%, dijo que siempre tuvo claro que la información sustraída era confidencial, y un tercio afirmó que no estaban al tanto de las directrices de la empresa con respecto a qué información se puede o no tomar de la oficina.

Aunque las políticas de privacidad son claras en todas las empresas, la recomendación de los expertos a los directivos es preocuparse menos en la protección de datos en digital de la empresa y velar más por los documentos físicos y la información suministrada a los empleados. En todo caso, dado que es una cuestión de moral, en todo juega un papel fundamental la ética del empleado.



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1.Publicado por Yo_mismo el 30/07/2012 14:44
"El problema de base es siempre el mismo: la dificultad para encontrar personal discreto. "... El problema de base son LOS DESPIDOS IMPROCEDENTES que están ocurriendo en este país...

2.Publicado por Beatriz Basenji el 04/08/2012 00:00
Se puede ser muy discreto. Pero si tienes 40 años, mas de 15 escalando posiciones en una empresa, llegas a ser el Gerente y en un plis plas te despiden, es difícil que esta situación pase desapercibida, máxime si tu desempeño ha sido óptimo. Esto sucede a diario.Por supuesto que quien lo pasa peor es la persona que pierde su trabajo. La empresa, no obstante, sus competidores no dejan de filtrarse datos acerca de estas noticias. Casi siempre se descubre que al nuevo gerente lo contratan por mucho menos.El dia que un San Bernardo aprenda a firmar y su firma sea registrada por el banco, seguro serán los perros San Bernardo los titulares de muchas empresas.

3.Publicado por valoretica el 13/08/2012 11:15
Estamos de acuerdo en que en última instancia entra en juego la ética del empleado y su grado de discreción, pero antes de todo eso, las empresas podría hacer mucho más de lo que hacen. ¿Qué buenas prácticas se llevan a cabo para reducir esta situación? Entre las que querríamos compartir destacaríamos, primeramente el informar a los trabajadores de qué documentación no es susceptible de ser copiada o transmitida fuera del entorno laboral (muchas veces hay un vacío en relación a lo que ha creado el personal de la empresa y su pertenencia). Por otra parte, vemos imprescindible realizar adecuadas entrevistas de salida al personal despedido, con la finalidad de conseguir un valioso feedback y una reducción del sentimiento de falta de escucha.

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