Hace más de 3.000 millones de años, Marte albergó un lago antiguo con aguas superficiales ricas en oxidantes y reunía por ello las condiciones físicas, químicas y energéticas necesarias para la vida, según un estudio publicado en la revista Science.
El lago estaba en uno de sus cráteres, el Gale, según los datos recogidos por el rover Curiosity de la NASA, que desde 2012 está en ese cráter para descubrir si en algún momento del pasado Marte pudo albergar vida.
Lo que han hecho los investigadores, según un comunicado del Laboratorio Nacional de Los Alamos, es usar los datos recogidos por el Curiosity para reconstruir geológicamente el entorno del cráter Gale, que tiene unos 150 metros de diámetro.
El análisis de estos datos ha podido determinar que, efectivamente, existió en el Gale un lago antiguo que se cree ocupó todo el ancho del cráter, menos un montículo central que quedó en forma de isla. La profundidad del lago podría ser de varios cientos de metros, según estimaciones.
Lago estratificado
Aunque la existencia del lago ya se suponía, el nuevo estudio confirma no sólo su existencia, sino también que era un lago estratificado que mostraba una discontinuidad química entre las aguas profundas y las superficiales, más ricas en oxidantes.
Los lagos estratificados son ecosistemas favorables para la vida, explica por su parte el Centro de Astrobiología CAB, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, asociado al Instituto de Astrobiología de la NASA).
Es la primera vez que se documenta la existencia de un lago estratificado en otro mundo, destaca uno de los investigadores, el español Alberto González Fairén. Añade que este tipo de ecosistemas ofrecen una enorme diversidad de entornos favorables para el crecimiento de microorganismos, sobre todo para aquellos que son capaces de obtener energía en la interfase entre las capas con más oxidantes y menos.
El estudio abre una "ventana de habitabilidad" marciana para organismos mesófilos, aquellos cuya temperatura de crecimiento óptima está entre los 15 y los 35 grados. "Los resultados obtenidos permiten establecer que la 'ventana de habitabilidad' para estos organismos existió en Gale hace entre 3.800 y 3.100 millones de años", explica Fairén.
El lago estaba en uno de sus cráteres, el Gale, según los datos recogidos por el rover Curiosity de la NASA, que desde 2012 está en ese cráter para descubrir si en algún momento del pasado Marte pudo albergar vida.
Lo que han hecho los investigadores, según un comunicado del Laboratorio Nacional de Los Alamos, es usar los datos recogidos por el Curiosity para reconstruir geológicamente el entorno del cráter Gale, que tiene unos 150 metros de diámetro.
El análisis de estos datos ha podido determinar que, efectivamente, existió en el Gale un lago antiguo que se cree ocupó todo el ancho del cráter, menos un montículo central que quedó en forma de isla. La profundidad del lago podría ser de varios cientos de metros, según estimaciones.
Lago estratificado
Aunque la existencia del lago ya se suponía, el nuevo estudio confirma no sólo su existencia, sino también que era un lago estratificado que mostraba una discontinuidad química entre las aguas profundas y las superficiales, más ricas en oxidantes.
Los lagos estratificados son ecosistemas favorables para la vida, explica por su parte el Centro de Astrobiología CAB, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, asociado al Instituto de Astrobiología de la NASA).
Es la primera vez que se documenta la existencia de un lago estratificado en otro mundo, destaca uno de los investigadores, el español Alberto González Fairén. Añade que este tipo de ecosistemas ofrecen una enorme diversidad de entornos favorables para el crecimiento de microorganismos, sobre todo para aquellos que son capaces de obtener energía en la interfase entre las capas con más oxidantes y menos.
El estudio abre una "ventana de habitabilidad" marciana para organismos mesófilos, aquellos cuya temperatura de crecimiento óptima está entre los 15 y los 35 grados. "Los resultados obtenidos permiten establecer que la 'ventana de habitabilidad' para estos organismos existió en Gale hace entre 3.800 y 3.100 millones de años", explica Fairén.
También en otros sitios
El cráter Gale se formó hace unos 3.800 millones de años y, por tanto, no disponemos de datos en ese entorno de épocas anteriores –aclara–, pero es muy posible que otros lugares en Marte fueran habitables para este tipo de organismos desde antes de esos 3.800 millones de años, tal y como lo era la Tierra en ese mismo periodo”, añade.
Los análisis del otro rover de NASA, que está actualmente en funcionamiento en Marte, el Opportunity, han confirmado que la zona de Meridiani reunía las condiciones necesarias para organismos mesófilos hace 4.000 millones de años.
Pero también ha demostrado que Meridiani fue un ambiente ácido algún tiempo después, contemporáneo al periodo del lago de Gale; muy similar, por ejemplo, a Río Tinto, un entorno análogo terrestre de Marte situado en Huelva en el que habitan organismos extremófilos adaptados a este ambiente ácido.
"Es decir, que Marte tuvo entornos habitables para organismos acidófilos en Meridiani contemporáneos a los mesófilos de Gale, y posiblemente también tuviera ecosistemas aptos para organismos halófilos (de ambientes salinos) y psicrófilos (adaptados a bajas temperaturas) algún tiempo más tarde", señala González Fairén, que subraya: "Es necesario enmarcar bien los estudios de Curiosity en el ámbito espacial y temporal que preserva la geología del cráter Gale, y no extrapolar demasiado al resto de Marte".
Conforme el rover siga ascendiendo por el cráter hacia las capas más altas y jóvenes del monte central Aeolis Mons se podrá analizar cómo el entorno del antiguo lago evolucionó hacia el ambiente actual, señalan los investigadores.
El cráter Gale se formó hace unos 3.800 millones de años y, por tanto, no disponemos de datos en ese entorno de épocas anteriores –aclara–, pero es muy posible que otros lugares en Marte fueran habitables para este tipo de organismos desde antes de esos 3.800 millones de años, tal y como lo era la Tierra en ese mismo periodo”, añade.
Los análisis del otro rover de NASA, que está actualmente en funcionamiento en Marte, el Opportunity, han confirmado que la zona de Meridiani reunía las condiciones necesarias para organismos mesófilos hace 4.000 millones de años.
Pero también ha demostrado que Meridiani fue un ambiente ácido algún tiempo después, contemporáneo al periodo del lago de Gale; muy similar, por ejemplo, a Río Tinto, un entorno análogo terrestre de Marte situado en Huelva en el que habitan organismos extremófilos adaptados a este ambiente ácido.
"Es decir, que Marte tuvo entornos habitables para organismos acidófilos en Meridiani contemporáneos a los mesófilos de Gale, y posiblemente también tuviera ecosistemas aptos para organismos halófilos (de ambientes salinos) y psicrófilos (adaptados a bajas temperaturas) algún tiempo más tarde", señala González Fairén, que subraya: "Es necesario enmarcar bien los estudios de Curiosity en el ámbito espacial y temporal que preserva la geología del cráter Gale, y no extrapolar demasiado al resto de Marte".
Conforme el rover siga ascendiendo por el cráter hacia las capas más altas y jóvenes del monte central Aeolis Mons se podrá analizar cómo el entorno del antiguo lago evolucionó hacia el ambiente actual, señalan los investigadores.
Referencia
“Redox stratification of an ancient lake in Gale Crater, Mars”. Science 02 Jun 2017:Vol. 356, Issue 6341, eaah6849. DOI: 10.1126/science.aah6849
“Redox stratification of an ancient lake in Gale Crater, Mars”. Science 02 Jun 2017:Vol. 356, Issue 6341, eaah6849. DOI: 10.1126/science.aah6849