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Detectan la primera molécula radiactiva fuera del sistema solar

Está en las entrañas de una estrella destrozada por una colisión que tuvo lugar a 2.000 años luz de la Tierra


Los astrónomos han detectado la primera molécula radioactiva inestable detectada fuera del Sistema Solar. Se trata de aluminio-26, con una masa equivalente a la cuarta parte de la de Plutón, situada en las entrañas de una estrella destrozada por una colisión que tuvo lugar a 2.000 años luz de la Tierra.


ESO/T21
31/07/2018

Composición de imágenes de CK Vulpeculae, los restos de una colisión de dos estrellas. Este impacto lanzó moléculas radioactivas al espacio, como se ve en la estructura de doble lóbulo del centro, en colores anaranjados. Crédito: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), T. Kamiński; Gemini, NOAO/AURA/NSF; NRAO/AUI/NSF, B. Saxton
Composición de imágenes de CK Vulpeculae, los restos de una colisión de dos estrellas. Este impacto lanzó moléculas radioactivas al espacio, como se ve en la estructura de doble lóbulo del centro, en colores anaranjados. Crédito: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), T. Kamiński; Gemini, NOAO/AURA/NSF; NRAO/AUI/NSF, B. Saxton
Un equipo de astrónomos ha hecho la primera detección definitiva de una molécula radioactiva en el espacio interestelar. La parte radioactiva de la molécula es un isótopo de aluminio. Las observaciones revelan que el isótopo se dispersó en el espacio después de la colisión de dos estrellas, que dejó un remanente conocido como CK Vulpeculae.

Es la primera vez que se hace una observación directa de este elemento en una fuente conocida. Anteriormente ya se había identificado este isótopo, pero procedía de la detección de rayos gamma y su origen exacto era desconocido.

El equipo, liderado por Tomasz Kamiński (Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, Cambridge, Estados Unidos), utilizó ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) y el conjunto NOEMA (NOrthern Extended Millimeter Array) para detectar una fuente del isótopo radioactivo aluminio-26.

Hace 348 años

La fuente, conocida como CK Vulpeculae, fue vista por primera vez en 1670 y en aquel momento lo que vieron los observadores parecía una “nueva estrella”, brillante y roja. Aunque inicialmente era visible a simple vista, se desvaneció rápidamente y ahora son necesarios potentes telescopios para ver los restos de esta fusión, una tenue estrella central rodeada por un halo de materia incandescente que fluye de ella.

348 años después de que el evento inicial se observara, los restos de esta explosiva fusión estelar han llevado a la firma clara y convincente de una versión radioactiva del aluminio, conocido como aluminio-26. Se trata de la primera molécula radioactiva inestable detectada definitivamente fuera del Sistema Solar. Los isótopos inestables tienen un exceso de energía nuclear y, finalmente, decaen en una forma estable.

“La primera observación de este isótopo en un objeto de tipo estelar también es importante en un contexto más amplio: el de la evolución química de la galaxia”, señala Kamiński. “Es la primera vez que se identifica de forma directa el origen en el que se produce el núclido radioactivo aluminio-26”.

Kamiński y su equipo detectaron la única firma espectral de moléculas compuestas por aluminio-26 y flúor (26AlF) en los restos que rodean a CK Vulpeculae, que se encuentra a unos 2.000 años luz de la Tierra. A medida que estas moléculas giran y caen a través del espacio, emiten una distintiva huella de luz en longitudes de onda milimétricas, un proceso conocido como transición rotacional. Los astrónomos consideran que es la mejor forma de detectar moléculas.

Más información

La observación de este particular isótopo proporciona nuevas información sobre el proceso de fusión que creó a CK Vulpeculae. También demuestra que las capas profundas, densas, e interiores de una estrella, donde se forjan los elementos pesados y los isótopos radioactivos, pueden ser agitadas y lanzadas al espacio por colisiones estelares.

“Estamos observando las entrañas de una estrella destrozada hace tres siglos por una colisión”, subrayó Kamiński.
Los astrónomos también han determinado que las dos estrellas que se fusionaron tenían masas relativamente bajas, siendo una de ellas una estrella gigante roja con una masa de entre 0,8 y 2,5 veces la de nuestro Sol.

Al ser radioactivo, el aluminio-26 decaerá hasta ser más estable y, en este proceso, uno de los protones del núcleo decaerá en neutrón. Durante este proceso, el núcleo excitado emite un fotón de muy alta energía, que se observa como un rayo gamma.

Seguramente habrá más

Anteriormente, las detecciones de emisión de rayos gamma han demostrado que en la Vía Láctea hay alrededor de dos masas solares de aluminio-26, pero se desconocía el proceso que creó los átomos radioactivos.

Además, debido a la manera en que se detectan los rayos gamma, su origen preciso era también, en gran parte, desconocido. Con estas nuevas medidas, los astrónomos han detectado por primera vez, de forma confirmada, un radioisótopo inestable en una molécula fuera de nuestro Sistema Solar.

Al mismo tiempo, sin embargo, el equipo ha concluido es poco probable que la producción de aluminio-26 por objetos similares a CK Vulpeculae sea la principal fuente de aluminio-26 en la Vía Láctea.

La masa de aluminio-26 en CK Vulpeculae es aproximadamente una cuarta parte de la masa de Plutón y, dado que estos eventos son tan poco comunes, es muy poco probable que sean los únicos productores del isótopo en la galaxia Vía Láctea. Esto deja la puerta abierta para continuar estudiando estas moléculas radioactivas.

Referencia

Astronomical detection of radioactive molecule 26AlF in the remnant of an ancient explosion. Tomasz Kamiński et al. Nature Astronomy (2018). DOI:https://doi.org/10.1038/s41550-018-0541-x



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