El software reconoce la rapidez con que se lee un texto y adapta el desplazamiento a la velocidad adecuada. Fuente: Oliver Dietze
La mirada puede revelar mucho acerca de las intenciones, pensamientos y acciones de una persona, ya que es un buen indicador de lo que realmente interesa o capta la atención del espectador. De ahí el interés en el desarrollo y aplicación del seguimiento ocular (eye tracking en inglés), una tecnología que permite seguir los movimientos oculares de una persona para inferir qué mira y qué ve.
De esta forma es posible reunir información subconsciente y utilizarla con distintos fines, ya sea para la investigación o en el ámbito comercial. Aunque a priori pueda sonar más a sofisticada herramienta de equipos de investigación científica que a ratón de ordenador, cada vez está más cerca del segundo, un accesorio que más pronto que tarde será fundamental para interactuar con los ordenadores y otros dispositivos.
Aplicar esta tecnología a la lectura es el objetivo de un equipo de científicos de la computación de la Universidad de Saarland y el Centro Alemán de Investigación en Inteligencia Artificial (DFKI). Su solución, según explica la universidad en un comunicado, se basa en el movimiento de los ojos del lector.
El sistema analiza la velocidad de lectura y utiliza el resultado para ajustar automáticamente la velocidad a la que se muestra el texto en pantalla. "Usamos gafas de seguimiento ocular ya disponibles en el mercado", explica Christian Lander, artífice del proyecto junto al profesor Antonio Krüger. El equipo presentará su proyecto dentro de dos semanas en la mayor feria informática mundial, CeBIT, que se lleva a cabo una vez al año en la ciudad alemana de Hanover.
De esta forma es posible reunir información subconsciente y utilizarla con distintos fines, ya sea para la investigación o en el ámbito comercial. Aunque a priori pueda sonar más a sofisticada herramienta de equipos de investigación científica que a ratón de ordenador, cada vez está más cerca del segundo, un accesorio que más pronto que tarde será fundamental para interactuar con los ordenadores y otros dispositivos.
Aplicar esta tecnología a la lectura es el objetivo de un equipo de científicos de la computación de la Universidad de Saarland y el Centro Alemán de Investigación en Inteligencia Artificial (DFKI). Su solución, según explica la universidad en un comunicado, se basa en el movimiento de los ojos del lector.
El sistema analiza la velocidad de lectura y utiliza el resultado para ajustar automáticamente la velocidad a la que se muestra el texto en pantalla. "Usamos gafas de seguimiento ocular ya disponibles en el mercado", explica Christian Lander, artífice del proyecto junto al profesor Antonio Krüger. El equipo presentará su proyecto dentro de dos semanas en la mayor feria informática mundial, CeBIT, que se lleva a cabo una vez al año en la ciudad alemana de Hanover.
Tecnología combinada
Cada lector marca el ritmo o velocidad de su lectura, no hay unas pautas claramente establecidas. Como promedio, cada lector puede leer en torno a 200 palabras por minuto. Cuando llega al final de la página de un libro, pasa a la siguiente. Sin embargo, el mecanismo varía un poco al leer en una pantalla. En este caso, el lector tendría, por ejemplo, que utilizar el ratón para pasar a la siguiente sección. Esto es algo que el equipo de Saarland quiere cambiar.
Para ello se utilizan unas gafas equipadas con dos cámaras: una pequeña de infrarrojos orientada hacia el usuario, para seguir el movimiento de la pupila del ojo derecho; y otra enfocando hacia delante, para grabar lo que el usuario está viendo. Aunque invisibles para el ojo humano, la luz infrarroja utilizada genera una imagen en escala de grises en la que la pupila es fácilmente reconocible. El software combina las imágenes de las dos cámaras para determinar con precisión la dirección de la mirada.
"Hemos combinado la tecnología de captura de imagen con un método informático que desarrollamos en un seminario de investigación", argumenta Lander. El resultado permite calcular la velocidad media a la que se lee un párrafo. El método registra la rapidez con que el lector se desplaza de izquierda a derecha a lo largo de una línea de texto y después hacia la línea siguiente. Además, reconoce cualquier cambio en la velocidad de lectura, ajustando por tanto el desplazamiento del texto en consecuencia.
Cada lector marca el ritmo o velocidad de su lectura, no hay unas pautas claramente establecidas. Como promedio, cada lector puede leer en torno a 200 palabras por minuto. Cuando llega al final de la página de un libro, pasa a la siguiente. Sin embargo, el mecanismo varía un poco al leer en una pantalla. En este caso, el lector tendría, por ejemplo, que utilizar el ratón para pasar a la siguiente sección. Esto es algo que el equipo de Saarland quiere cambiar.
Para ello se utilizan unas gafas equipadas con dos cámaras: una pequeña de infrarrojos orientada hacia el usuario, para seguir el movimiento de la pupila del ojo derecho; y otra enfocando hacia delante, para grabar lo que el usuario está viendo. Aunque invisibles para el ojo humano, la luz infrarroja utilizada genera una imagen en escala de grises en la que la pupila es fácilmente reconocible. El software combina las imágenes de las dos cámaras para determinar con precisión la dirección de la mirada.
"Hemos combinado la tecnología de captura de imagen con un método informático que desarrollamos en un seminario de investigación", argumenta Lander. El resultado permite calcular la velocidad media a la que se lee un párrafo. El método registra la rapidez con que el lector se desplaza de izquierda a derecha a lo largo de una línea de texto y después hacia la línea siguiente. Además, reconoce cualquier cambio en la velocidad de lectura, ajustando por tanto el desplazamiento del texto en consecuencia.
Aplicación
Actualmente, el sistema permite realizar el seguimiento de tres lectores leyendo simultáneamente el mismo texto en una sola pantalla. “Cada lector tiene su propia pequeña ventana en la que puede leer el texto a la velocidad adecuada", matiza Lander.
Sin embargo, las previsiones apuntan al uso de esta tecnología dentro de unos años en grandes pantallas como las que se encuentran en estaciones de tren o centros comerciales. El método también se adaptará para su uso en pantallas más pequeñas como los libros electrónicos.
De momento, se necesitan gafas de seguimiento ocular para registrar la mirada del usuario, una tecnología que, aunque pueda parecerlo, no se corresponde con las gafas inteligentes, como las Google Glass. Sin embargo, no sería sorprendente ver una nueva generación de gafas inteligentes que incluya estas capacidades, mejorando así la interacción. De hecho, ya existe una actualización de seguimiento ocular para el casco de realidad virtual Oculus Rift.
Actualmente, el sistema permite realizar el seguimiento de tres lectores leyendo simultáneamente el mismo texto en una sola pantalla. “Cada lector tiene su propia pequeña ventana en la que puede leer el texto a la velocidad adecuada", matiza Lander.
Sin embargo, las previsiones apuntan al uso de esta tecnología dentro de unos años en grandes pantallas como las que se encuentran en estaciones de tren o centros comerciales. El método también se adaptará para su uso en pantallas más pequeñas como los libros electrónicos.
De momento, se necesitan gafas de seguimiento ocular para registrar la mirada del usuario, una tecnología que, aunque pueda parecerlo, no se corresponde con las gafas inteligentes, como las Google Glass. Sin embargo, no sería sorprendente ver una nueva generación de gafas inteligentes que incluya estas capacidades, mejorando así la interacción. De hecho, ya existe una actualización de seguimiento ocular para el casco de realidad virtual Oculus Rift.