El Financial Times informa que Microsft y Google están a punto de anunciar dos avances importantes en sus respectivas investigaciones sobre la informática cuántica. Mientras que IBM ya ha confirmado la creación de un sistema cuántico de 50 cúbits, Microsoft puede dar la campanada con la creación de un cúbit revolucionario, según el diario británico.
Todd Holmdahl, que dirige la investigación cuántica de Microsoft, explica que su grupo está a punto de resolver uno de los mayores problemas de esta tecnología: la fragilidad intrínseca del cúbit, que provoca numerosos errores de lectura que interfieren en el sistema.
Un cúbit o bit cuántico es un sistema cuántico con dos estados propios que puede ser manipulado arbitrariamente.También se entiende por cúbit la información que contiene ese sistema cuántico de dos estados posibles. En esta acepción, el cúbit es la unidad mínima y por lo tanto constitutiva de la teoría de la información cuántica.
Microsoft habría desarrollado un tipo de cúbit que fracciona electrones y de esta forma consigue almacenar información en diferentes lugares al mismo tiempo. Incluso en caso de decoherencia cuántica, la información almacenada en el cúbit nunca se pierde.
La decoherencia cuántica es el término aceptado y utilizado en mecánica cuántica para explicar cómo un sistema físico, bajo ciertas condiciones específicas, deja de exhibir efectos cuánticos y pasa a exhibir un comportamiento típicamente clásico, sin los efectos insólitos típicos de la mecánica cuántica.
Hito científico
Holmdahl destaca la importancia de este hallazgo señalando que si otros ordenadores cuánticos necesitan 1.000 o 10.000 cúbits, al ordenador cuántico de Microsoft le bastará con un cúbit, ya que su corrección de errores es mucho mayor.
Los ordenadores cuánticos requieren una extensa corrección de errores para compensar el hecho de que los cúbits son intrinínsecamente frágiles debido a la decoahrencia cuántica. Sólo permanecen en un estado cuántico durante muy poco tiempo y son difíciles de leer sin interferir con los resultados.
El diario británico destaca no obstante que Microsoft lleva 12 años en investigación cuántica y que hasta ahora no ha conseguido ningún cúbit operativo. Pero si realmente ha conseguido ese cúbit maravilloso, estaríamos a las puertas de una importante revolución tecnológica.
Aunque se dice que este anuncio es inminente, hay que tener en cuenta que al tener que pasar previamente por el filtro de revistas científicas revisadas por pares, esa inminencia es relativa, si bien Holmdahl destaca que en su día el cúbit de Microsoft será un momento importante para la ciencia.
Todd Holmdahl, que dirige la investigación cuántica de Microsoft, explica que su grupo está a punto de resolver uno de los mayores problemas de esta tecnología: la fragilidad intrínseca del cúbit, que provoca numerosos errores de lectura que interfieren en el sistema.
Un cúbit o bit cuántico es un sistema cuántico con dos estados propios que puede ser manipulado arbitrariamente.También se entiende por cúbit la información que contiene ese sistema cuántico de dos estados posibles. En esta acepción, el cúbit es la unidad mínima y por lo tanto constitutiva de la teoría de la información cuántica.
Microsoft habría desarrollado un tipo de cúbit que fracciona electrones y de esta forma consigue almacenar información en diferentes lugares al mismo tiempo. Incluso en caso de decoherencia cuántica, la información almacenada en el cúbit nunca se pierde.
La decoherencia cuántica es el término aceptado y utilizado en mecánica cuántica para explicar cómo un sistema físico, bajo ciertas condiciones específicas, deja de exhibir efectos cuánticos y pasa a exhibir un comportamiento típicamente clásico, sin los efectos insólitos típicos de la mecánica cuántica.
Hito científico
Holmdahl destaca la importancia de este hallazgo señalando que si otros ordenadores cuánticos necesitan 1.000 o 10.000 cúbits, al ordenador cuántico de Microsoft le bastará con un cúbit, ya que su corrección de errores es mucho mayor.
Los ordenadores cuánticos requieren una extensa corrección de errores para compensar el hecho de que los cúbits son intrinínsecamente frágiles debido a la decoahrencia cuántica. Sólo permanecen en un estado cuántico durante muy poco tiempo y son difíciles de leer sin interferir con los resultados.
El diario británico destaca no obstante que Microsoft lleva 12 años en investigación cuántica y que hasta ahora no ha conseguido ningún cúbit operativo. Pero si realmente ha conseguido ese cúbit maravilloso, estaríamos a las puertas de una importante revolución tecnológica.
Aunque se dice que este anuncio es inminente, hay que tener en cuenta que al tener que pasar previamente por el filtro de revistas científicas revisadas por pares, esa inminencia es relativa, si bien Holmdahl destaca que en su día el cúbit de Microsoft será un momento importante para la ciencia.
Supremacía cuántica
Respecto a Google, que había prometido alcanzar la supremacía cuántica a finales de 2017, es evidente que va con retraso. Se entiende por supremacía cuántica la capacidad de un ordenador cuántico de resolver el primer problema que esté fuera del alcance de los superordenadores clásicos más potentes.
El experimento previsto por Google para finales del año pasado fue diseñado para mostrar que su sistema de 49 cúbits podría resolver un problema imposible para un ordenador clásico, por muy potente que sea. Aunque el resultado de esta prueba no se conoce, deberá pasar previamente por una revista científica antes de ver la luz.
IBM, que también está en la carrera cuántica, lanzó hace año y medio un prototipo de ordenador cuántico llamado IBM Q Experience que tenía 5 cúbits o bits cuánticos. Hace sólo unos meses, presentó un segundo dispositivo con 16 cúbits de información. Más recientemente anunció la construcción y prueba de dos ordenadores cuánticos para el mercado comercial de negocios e investigación, con 20 y 50 cúbits, respectivamente.
La nueva máquina de 20 cúbits de IBM tiene el doble de tiempo de coherencia, un promedio de 90 microsegundos, en comparación con generaciones anteriores de procesadores cuánticos con un promedio de 50 microsegundos. También está diseñado para la producción escalar. El prototipo mayor, de 50 cúbits, tiene un rendimiento similar.
Entre Microsoft, Google e IBM se dirime el futuro de la computación cuántica.
Respecto a Google, que había prometido alcanzar la supremacía cuántica a finales de 2017, es evidente que va con retraso. Se entiende por supremacía cuántica la capacidad de un ordenador cuántico de resolver el primer problema que esté fuera del alcance de los superordenadores clásicos más potentes.
El experimento previsto por Google para finales del año pasado fue diseñado para mostrar que su sistema de 49 cúbits podría resolver un problema imposible para un ordenador clásico, por muy potente que sea. Aunque el resultado de esta prueba no se conoce, deberá pasar previamente por una revista científica antes de ver la luz.
IBM, que también está en la carrera cuántica, lanzó hace año y medio un prototipo de ordenador cuántico llamado IBM Q Experience que tenía 5 cúbits o bits cuánticos. Hace sólo unos meses, presentó un segundo dispositivo con 16 cúbits de información. Más recientemente anunció la construcción y prueba de dos ordenadores cuánticos para el mercado comercial de negocios e investigación, con 20 y 50 cúbits, respectivamente.
La nueva máquina de 20 cúbits de IBM tiene el doble de tiempo de coherencia, un promedio de 90 microsegundos, en comparación con generaciones anteriores de procesadores cuánticos con un promedio de 50 microsegundos. También está diseñado para la producción escalar. El prototipo mayor, de 50 cúbits, tiene un rendimiento similar.
Entre Microsoft, Google e IBM se dirime el futuro de la computación cuántica.