El holograma de Gutter, de momento en 2D. Fuente: USC
Los supervivientes del Holocausto no han renunciado durante todos estos años a recordar y dejar testimonio oral o escrito de su experiencia en el campo de exterminio de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, su media de edad ronda los 80 años, por lo que temen que tras su marcha no habrá nadie para explicar el horror que vivieron o para impugnar los argumentos esgrimidos por notorios negadores como el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad.
Para intentar ponerle remedio ha trabajado durante los últimos 18 meses un equipo liderado por la Fundación Shoah de la Universidad del Sur de California (USC), mediante la creación de hologramas tridimensionales de casi una docena de personas que sobrevivieron al exterminio.
Esta organización, creada por Steven Spielberg un año después del rodaje de la galardonada película La Lista de Schindler, pretendía desde sus orígenes conservar testimonios de supervivientes y otros testigos del Holocausto (Shoah, en hebreo) a través de una colección de entrevistas grabadas en vídeo. Sin embargo, ahora van más allá, al tratar de crear dobles digitales de esos testimonios, capaces de mirar a los ojos mientras recuerdan su historia.
De momento han conseguido una réplica en dos dimensiones de Pinchus Gutter, quien vio como sus padres y su hermana gemela de diez años eran conducidos a la cámara de gas de un campo de exterminio nazi, tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para despedirse.
Fue precisamente el doble digital de este octogenario, vestido con camisa blanca, pantalón oscuro y chaleco a juego, quien relató su historia ante el atónito público presente en la primera demostración en vivo de esta nueva tecnología denominada New Dimensions in Testimony, durante GLIMPSE: Un escaparate de Tecnología Digital, evento celebrado la semana pasada en la USC para dar a conocer sus últimos proyectos ante la industria y los medios especializados del sector.
Para intentar ponerle remedio ha trabajado durante los últimos 18 meses un equipo liderado por la Fundación Shoah de la Universidad del Sur de California (USC), mediante la creación de hologramas tridimensionales de casi una docena de personas que sobrevivieron al exterminio.
Esta organización, creada por Steven Spielberg un año después del rodaje de la galardonada película La Lista de Schindler, pretendía desde sus orígenes conservar testimonios de supervivientes y otros testigos del Holocausto (Shoah, en hebreo) a través de una colección de entrevistas grabadas en vídeo. Sin embargo, ahora van más allá, al tratar de crear dobles digitales de esos testimonios, capaces de mirar a los ojos mientras recuerdan su historia.
De momento han conseguido una réplica en dos dimensiones de Pinchus Gutter, quien vio como sus padres y su hermana gemela de diez años eran conducidos a la cámara de gas de un campo de exterminio nazi, tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo para despedirse.
Fue precisamente el doble digital de este octogenario, vestido con camisa blanca, pantalón oscuro y chaleco a juego, quien relató su historia ante el atónito público presente en la primera demostración en vivo de esta nueva tecnología denominada New Dimensions in Testimony, durante GLIMPSE: Un escaparate de Tecnología Digital, evento celebrado la semana pasada en la USC para dar a conocer sus últimos proyectos ante la industria y los medios especializados del sector.
El testimonio fue grabado rodeado de focos y frente a una pantalla verde durante cinco días. Fuente: USC
Tecnología de cine
Según informa The Washington Post, aunque el público vio en esta ocasión a Gutter sólo en dos dimensiones, quizás el próximo año su holograma podría hablar cara a cara con los visitantes del Holocaust Memorial Museum (USHMM), el particular homenaje de Estados Unidos al Holocausto, ubicado en Washington. “Con seguridad y al completo, será dentro de cinco años”, asegura Stephen Smith, director ejecutivo de la Fundación Shoah, y Paul Debevec, director asociado del Instituto de Tecnologías Creativas de la USC, unidos para desarrollar este proyecto.
Este instituto colaboró previamente con Hollywood en películas como Avatar y El curioso caso de Benjamin Button, ganando un premio especial de la Academia por la segunda. “Esto va un paso más allá en la medida que no se proyecta sobre una pantalla, sino en el espacio”, matizó Smith sobre New Dimensions in Testimony.
En este empeño han fusionado las tecnologías más innovadoras. En primer lugar la grabación de la entrevista, para lo que Gutter tuvo que sentarse bajo unos focos calientes frente a una pantalla verde varias horas al día durante cinco intensas jornadas, mientras respondía a unas 500 preguntas sobre sí mismo y sus experiencias.
Los investigadores de la USC están todavía editándola y trabajando con el software de reconocimiento de voz para que el holograma no sólo sea capaz de contar su historia, sino también reconocer las preguntas y responderlas de forma breve y concisa. Para conseguirlo, en palabras de Smith, se requiere al menos realizar 50 preguntas de seguimiento a uno de los testimonios originales.
Aunque han calculado una relación de aproximadamente 100 preguntas que los curiosos suelen formular a supervivientes del Holocausto, si se diera el caso de que el holograma de Gutter no supiera responder a alguna, simplemente lo reconocería, remitiéndole a alguien que pudiera contestarle.
Durante la presentación se pudo ver un doble virtual grabado con siete cámaras. Sin embargo, para el holograma final se colocarán más de 20 para captar todos los ángulos posibles, de forma que pueda mostrarse ante el público de pie o sentado, igual que lo haría si estuviera realmente allí. Asimismo se permitirá que la audiencia se acerque e interactúe con él de la misma manera que lo haría con una persona real.
“El Holocausto está bien documentado, y tenemos confesiones de los criminales de guerra más importantes”, afirmó el rabino Marvin Hier, director del Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles, que se dedica a mantener viva la historia del Holocausto. “Pero no hay nada como un testimonio humano que pueda mirarte a los ojos y decir: Mira, esto es lo que le pasó a mi marido. Esto es lo que pasó a mis hijos. Esto es lo que pasó a mis abuelos”, continuó.
Según informa The Washington Post, aunque el público vio en esta ocasión a Gutter sólo en dos dimensiones, quizás el próximo año su holograma podría hablar cara a cara con los visitantes del Holocaust Memorial Museum (USHMM), el particular homenaje de Estados Unidos al Holocausto, ubicado en Washington. “Con seguridad y al completo, será dentro de cinco años”, asegura Stephen Smith, director ejecutivo de la Fundación Shoah, y Paul Debevec, director asociado del Instituto de Tecnologías Creativas de la USC, unidos para desarrollar este proyecto.
Este instituto colaboró previamente con Hollywood en películas como Avatar y El curioso caso de Benjamin Button, ganando un premio especial de la Academia por la segunda. “Esto va un paso más allá en la medida que no se proyecta sobre una pantalla, sino en el espacio”, matizó Smith sobre New Dimensions in Testimony.
En este empeño han fusionado las tecnologías más innovadoras. En primer lugar la grabación de la entrevista, para lo que Gutter tuvo que sentarse bajo unos focos calientes frente a una pantalla verde varias horas al día durante cinco intensas jornadas, mientras respondía a unas 500 preguntas sobre sí mismo y sus experiencias.
Los investigadores de la USC están todavía editándola y trabajando con el software de reconocimiento de voz para que el holograma no sólo sea capaz de contar su historia, sino también reconocer las preguntas y responderlas de forma breve y concisa. Para conseguirlo, en palabras de Smith, se requiere al menos realizar 50 preguntas de seguimiento a uno de los testimonios originales.
Aunque han calculado una relación de aproximadamente 100 preguntas que los curiosos suelen formular a supervivientes del Holocausto, si se diera el caso de que el holograma de Gutter no supiera responder a alguna, simplemente lo reconocería, remitiéndole a alguien que pudiera contestarle.
Durante la presentación se pudo ver un doble virtual grabado con siete cámaras. Sin embargo, para el holograma final se colocarán más de 20 para captar todos los ángulos posibles, de forma que pueda mostrarse ante el público de pie o sentado, igual que lo haría si estuviera realmente allí. Asimismo se permitirá que la audiencia se acerque e interactúe con él de la misma manera que lo haría con una persona real.
“El Holocausto está bien documentado, y tenemos confesiones de los criminales de guerra más importantes”, afirmó el rabino Marvin Hier, director del Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles, que se dedica a mantener viva la historia del Holocausto. “Pero no hay nada como un testimonio humano que pueda mirarte a los ojos y decir: Mira, esto es lo que le pasó a mi marido. Esto es lo que pasó a mis hijos. Esto es lo que pasó a mis abuelos”, continuó.
Aplicaciones futuras
Los investigadores son conscientes del valor de este nuevo proyecto, que podría adaptarse a numerosos usos. Entre ellos dar clases, participar en conferencias o proporcionar una opinión de experto cuando la persona de carne y hueso no puede estar presente para hacerlo. Incluso se podría utilizar como herramienta de enseñanza para personas que se estén formando como terapeutas, y que aún no se encuentran preparados para ponerse frente a un paciente real, con verdaderos problemas emocionales.
Por ahora, sin embargo, sus creadores están trabajando estrictamente con los supervivientes del Holocausto, sumando a Gutter otras nueve personas que tendrán su réplica virtual gracias a la colaboración de Conscience Display, entidad privada dedicada a recrear ambientes para retrotraer al espectador a diferentes momentos de la historia. Fueron sus impulsores precisamente quienes sugirieron el proyecto a la Fundación Shoah y registraron los relatos de los supervivientes.
Teniendo en cuenta que todas las personas entrevistadas tenían 80 años o más, según Smith, podría haber resultado difícil encontrar gente con ánimo y energía para participar en el proyecto. Sin embargo, nadie ha rechazado la idea hasta el momento. Quizá el Gutter digital ofreció durante la presentación la mejor respuesta al respecto: “Cuento mi historia con el fin de mejorar la humanidad”.
Los investigadores son conscientes del valor de este nuevo proyecto, que podría adaptarse a numerosos usos. Entre ellos dar clases, participar en conferencias o proporcionar una opinión de experto cuando la persona de carne y hueso no puede estar presente para hacerlo. Incluso se podría utilizar como herramienta de enseñanza para personas que se estén formando como terapeutas, y que aún no se encuentran preparados para ponerse frente a un paciente real, con verdaderos problemas emocionales.
Por ahora, sin embargo, sus creadores están trabajando estrictamente con los supervivientes del Holocausto, sumando a Gutter otras nueve personas que tendrán su réplica virtual gracias a la colaboración de Conscience Display, entidad privada dedicada a recrear ambientes para retrotraer al espectador a diferentes momentos de la historia. Fueron sus impulsores precisamente quienes sugirieron el proyecto a la Fundación Shoah y registraron los relatos de los supervivientes.
Teniendo en cuenta que todas las personas entrevistadas tenían 80 años o más, según Smith, podría haber resultado difícil encontrar gente con ánimo y energía para participar en el proyecto. Sin embargo, nadie ha rechazado la idea hasta el momento. Quizá el Gutter digital ofreció durante la presentación la mejor respuesta al respecto: “Cuento mi historia con el fin de mejorar la humanidad”.