El oeste de México y el sur de los Estados Unidos son alguna de las áreas donde se localiza esa sobreexplotación de las reservas de agua subterráneas. Imagen: Xandert.
La sobrexplotación de aguas subterráneas, sobre todo de los acuíferos destinados a la agricultura, están agotando las reservas de aguas del planeta, revela una investigación publicada por Nature a mediados de agosto.
En ella, se ha constatado que el equilibrio de estos recursos está entrando en déficit, ya que se vacían antes de que puedan reponerse de manera natural.
El estudio, realizado por investigadores de la McGill University de Montreal (Canadá) y de la Utrecht University en Holanda, ha combinado los datos existentes sobre el uso de napas subterráneas de todo el mundo, con modelos desarrollados por ordenador sobre los recursos hídricos.
De este modo, se han establecido los parámetros para medir el uso del agua respecto del suministro, que han arrojado tan pesimista resultado.
1.700 millones de personas en peligro
La investigación muestra que el área del suelo de la Tierra que depende de estas fuentes de abastecimiento de agua para la agricultura -denominada huella de agua terrestre- supera en una proporción de tres a uno a la capacidad de los pozos de agua subterránea.
En términos de población, estos datos significan que en torno a 1.700 millones de personas viven en áreas de terreno donde las reservas de agua, y por tanto los ecosistemas que dependen de ellos, corren un serio riesgo de amenaza.
Geográficamente, este mayor déficit se localiza en el continente asiático y en zonas de América del Norte. Concretamente, las zonas en alerta por una sobrexplotación corresponden al oeste de México y a High Plains y Central Valley de California, en Estados Unidos, por lo que se refiere al continente americano; y a Arabia Saudí, Irán, el norte de India y partes del norte de China en Asia.
No obstante, a pesar de estos preocupantes datos, el estudio concluye que la mayoría de los acuíferos en el mundo, el 80%, están siendo explotados de manera sostenible y no existe un riesgo de que el actual modelo de su uso entre en colapso.
En ella, se ha constatado que el equilibrio de estos recursos está entrando en déficit, ya que se vacían antes de que puedan reponerse de manera natural.
El estudio, realizado por investigadores de la McGill University de Montreal (Canadá) y de la Utrecht University en Holanda, ha combinado los datos existentes sobre el uso de napas subterráneas de todo el mundo, con modelos desarrollados por ordenador sobre los recursos hídricos.
De este modo, se han establecido los parámetros para medir el uso del agua respecto del suministro, que han arrojado tan pesimista resultado.
1.700 millones de personas en peligro
La investigación muestra que el área del suelo de la Tierra que depende de estas fuentes de abastecimiento de agua para la agricultura -denominada huella de agua terrestre- supera en una proporción de tres a uno a la capacidad de los pozos de agua subterránea.
En términos de población, estos datos significan que en torno a 1.700 millones de personas viven en áreas de terreno donde las reservas de agua, y por tanto los ecosistemas que dependen de ellos, corren un serio riesgo de amenaza.
Geográficamente, este mayor déficit se localiza en el continente asiático y en zonas de América del Norte. Concretamente, las zonas en alerta por una sobrexplotación corresponden al oeste de México y a High Plains y Central Valley de California, en Estados Unidos, por lo que se refiere al continente americano; y a Arabia Saudí, Irán, el norte de India y partes del norte de China en Asia.
No obstante, a pesar de estos preocupantes datos, el estudio concluye que la mayoría de los acuíferos en el mundo, el 80%, están siendo explotados de manera sostenible y no existe un riesgo de que el actual modelo de su uso entre en colapso.
Cambio de modelo
Tom Gleeson, de la universidad canadiense y coordinador de este trabajo, afirmó a Reuters que los resultados de este trabajo son “alentadores” y sugieren que con una administración adecuada, las reservas existentes podrían seguir abasteciendo sin problemas las necesidades de la población mundial.
Esta administración del agua, asegura el investigador, precisa en aquellas zonas con déficits, requiere de un cambio de modelo en la explotación agrícola, que pasaría por poner límites a la extracción de agua, introducción de técnicas de irrigación más eficientes y la promoción de dietas diferentes, con más o menos carne, con el objetivo de adecuar las reservas a las necesidades.
Teniendo en cuenta que más del 90% del agua dulce que se consume en el planeta, ya sea para uso humano o dedicado a la agricultura, se encuentra bajo Tierra, esta investigación supone un instrumento para ajustar la introducción de nuevos métodos para la gestión del agua en el mundo.
"Los relativamente pocos acuíferos que son explotados con intensidad lamentablemente son cruciales para la agricultura en una serie de diferentes países", dijo Gleeson. "Por lo que aunque el número es relativamente pequeño, estos son recursos críticos que necesitan un mejor manejo", agregó.
Con el desarrollo de este mapa de recursos y necesidades, los científicos están convencidos de que "el efecto de este uso de aguas sobre el suministro de agua disponible será muy diferente. Hasta ahora, no ha habido forma de cuantificar el impacto de ese tipo de uso de aguas subterráneas agrícolas en ninguna forma global consistente" y ahora, ese instrumento ya existe para la planificación de los recursos y su explotación.
Tom Gleeson, de la universidad canadiense y coordinador de este trabajo, afirmó a Reuters que los resultados de este trabajo son “alentadores” y sugieren que con una administración adecuada, las reservas existentes podrían seguir abasteciendo sin problemas las necesidades de la población mundial.
Esta administración del agua, asegura el investigador, precisa en aquellas zonas con déficits, requiere de un cambio de modelo en la explotación agrícola, que pasaría por poner límites a la extracción de agua, introducción de técnicas de irrigación más eficientes y la promoción de dietas diferentes, con más o menos carne, con el objetivo de adecuar las reservas a las necesidades.
Teniendo en cuenta que más del 90% del agua dulce que se consume en el planeta, ya sea para uso humano o dedicado a la agricultura, se encuentra bajo Tierra, esta investigación supone un instrumento para ajustar la introducción de nuevos métodos para la gestión del agua en el mundo.
"Los relativamente pocos acuíferos que son explotados con intensidad lamentablemente son cruciales para la agricultura en una serie de diferentes países", dijo Gleeson. "Por lo que aunque el número es relativamente pequeño, estos son recursos críticos que necesitan un mejor manejo", agregó.
Con el desarrollo de este mapa de recursos y necesidades, los científicos están convencidos de que "el efecto de este uso de aguas sobre el suministro de agua disponible será muy diferente. Hasta ahora, no ha habido forma de cuantificar el impacto de ese tipo de uso de aguas subterráneas agrícolas en ninguna forma global consistente" y ahora, ese instrumento ya existe para la planificación de los recursos y su explotación.