Alcalinidad (capacidad para neutralizar ácidos) total de los océanos, vista desde el espacio. Imagen: Ifremer/ESA/CNES. Fuente: Eurekalert!
Se calcula que la llamada “acidificación oceánica” hará desaparecer al 30% de las especies marinas en 75 años. Esta acidificación de las aguas es debida a que las actividades humanas derivan actualmente 24 millones de toneladas de CO2 a los océanos cada día, lo que provoca un cambio en el pH marino.
Así, del mismo modo que el agua dulce se transforma en soda al añadir dióxido de carbono —la llamada agua carbonatada— y aumenta su acidez, el mar se va saturando de este gas progresivamente, aumentando sus niveles de acidificación, con potenciales consecuencias catastróficas.
Un avance tecnológico podría ayudar a partir de ahora a controlar mejor este proceso. Se trata del uso de técnicas pioneras basadas en satélites que orbitan a 700 kilómetros de la Tierra. El nuevo enfoque ofrecerá monitoreo remoto de grandes extensiones oceánicas, hasta ahora inaccesibles.
En este avance trabajan investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), del Plymouth Marine Laboratory (Reino Unido), del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER) y de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Así, del mismo modo que el agua dulce se transforma en soda al añadir dióxido de carbono —la llamada agua carbonatada— y aumenta su acidez, el mar se va saturando de este gas progresivamente, aumentando sus niveles de acidificación, con potenciales consecuencias catastróficas.
Un avance tecnológico podría ayudar a partir de ahora a controlar mejor este proceso. Se trata del uso de técnicas pioneras basadas en satélites que orbitan a 700 kilómetros de la Tierra. El nuevo enfoque ofrecerá monitoreo remoto de grandes extensiones oceánicas, hasta ahora inaccesibles.
En este avance trabajan investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), del Plymouth Marine Laboratory (Reino Unido), del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER) y de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Las ventajas
Los métodos actuales de medición de temperatura y salinidad para determinar la acidez del océano se limitan a instrumentos in situ y a mediciones tomadas desde buques de investigación. Pero con ellos solo pueden abarcarse pequeñas áreas del océano.
Según los científicos, los satélites, en cambio, permitirían acceder a aguas remotas y a menudo peligrosas, como las del Ártico. También hacer mediciones directas durante todo el año en estas y otras áreas. Además, harían posible monitorear grandes áreas de los océanos terrestres para identificar rápida y fácilmente las regiones con mayor riesgo de acidificación creciente.
En qué consisten
Los investigadores planean aprovechar, más concretamente, las cámaras térmicas presentes en los satélites, para medir la temperatura del océano; así como los sensores de microondas con los que cuentan dichos satélites para medir la salinidad del agua.
En conjunto, estas mediciones servirán para evaluar la acidificación del océano más rápidamente y en áreas mucho más grandes de lo que hasta ahora ha sido posible, informa la Universidad de Exeter a través de Eurekalert!
Varios satélites ya existentes podrían utilizarse para hacer las mediciones, como el ‘Satélite de Humedad terrestre y Salinidad en los Océanos’ (SMOS) de la ESA, creado para proveer, desde el espacio, datos más precisos sobre la humedad terrestre y la salinidad en los océanos.
Este satélite, lanzado en 2009, inicialmente fue ideado para ayudar a entender mejor el clima y los ciclos hidrológicos de la Tierra. También podrá aprovecharse el satélite Aquarius de la NASA, lanzado en 2011 y destinado a medir la salinidad de los mares.
Los métodos actuales de medición de temperatura y salinidad para determinar la acidez del océano se limitan a instrumentos in situ y a mediciones tomadas desde buques de investigación. Pero con ellos solo pueden abarcarse pequeñas áreas del océano.
Según los científicos, los satélites, en cambio, permitirían acceder a aguas remotas y a menudo peligrosas, como las del Ártico. También hacer mediciones directas durante todo el año en estas y otras áreas. Además, harían posible monitorear grandes áreas de los océanos terrestres para identificar rápida y fácilmente las regiones con mayor riesgo de acidificación creciente.
En qué consisten
Los investigadores planean aprovechar, más concretamente, las cámaras térmicas presentes en los satélites, para medir la temperatura del océano; así como los sensores de microondas con los que cuentan dichos satélites para medir la salinidad del agua.
En conjunto, estas mediciones servirán para evaluar la acidificación del océano más rápidamente y en áreas mucho más grandes de lo que hasta ahora ha sido posible, informa la Universidad de Exeter a través de Eurekalert!
Varios satélites ya existentes podrían utilizarse para hacer las mediciones, como el ‘Satélite de Humedad terrestre y Salinidad en los Océanos’ (SMOS) de la ESA, creado para proveer, desde el espacio, datos más precisos sobre la humedad terrestre y la salinidad en los océanos.
Este satélite, lanzado en 2009, inicialmente fue ideado para ayudar a entender mejor el clima y los ciclos hidrológicos de la Tierra. También podrá aprovecharse el satélite Aquarius de la NASA, lanzado en 2011 y destinado a medir la salinidad de los mares.
Referencia bibliográfica:
Peter E. Land, et al. Salinity from Space Unlocks Satellite-Based Assessment of Ocean Acidification. Environmental Science and Technology (2015). DOI: 10.1021/es504849s.
Peter E. Land, et al. Salinity from Space Unlocks Satellite-Based Assessment of Ocean Acidification. Environmental Science and Technology (2015). DOI: 10.1021/es504849s.