Especialistas del Instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia, han implantado la primera tráquea “sintética” del mundo, a un paciente de 36 años de edad. Esta tráquea artificial está formada por un nanocompuesto polimérico y podría ser el primero de otros muchos órganos artificiales destinados a transplantes.

La ventaja principal de la tráquea sintética es que no se precisa de un donante para contar con ella. Además, su creación constata la posibilidad de “fabricar órganos para pacientes”, en lugar de tomar de otras personas los órganos necesarios, explican los protagonistas del avance.

Los investigadores añaden que el mismo concepto que se ha aplicado al desarrollo de la tráquea sintética permitirá fabricar otros órganos simples, como uréteres o vasos sanguíneos. Para órganos más complejos, aún sigue siendo mejor utilizar los órganos de donantes.

El material nanocompuesto polimérico empleado para la fabricación de la tráquea fue desarrollado en la University College London y contiene millones de agujeros finísimos, que permiten que las células vivas puedan desarrollarse en él. Además, ciertos cambios en la constitución del nanocompuesto pueden proporcionarle a éste una amplia variedad de propiedades, en función del órgano que se pretenda desarrollar.

Por ejemplo, la tráquea sintética presenta una serie de aros duraderos que imitan los aros de cartílago de las tráqueas biológicas. Estos aros artificiales se encuentran separados por materiales flexibles y suaves, que permiten a la tráquea artificial doblarse, de la misma forma que se doblan las tráqueas verdaderas.

Más información