Un estudio realizado por científicos de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, ha revelado que los niños con uno de sus progenitores depresivos asumen una gran carga de responsabilidad, corriendo así un grave peligro.

En la investigación fueron examinadas nueve familias, con un total de 10 niños y jóvenes, de edades comprendidas entre los 25 y los 26 años. Los resultados demostraron cómo la vida cotidiana de una familia se vuelve especialmente complicada cuando el padre o la madre sufren depresión.

La incertidumbre sobre lo que está pasando afecta a todos, y también el hecho bastante común de que los padres o madres depresivos se distancien de su familia, haciendo que los niños se sientan abandonados.

Los pequeños acaban responsabilizándose de sus padres enfermos, de sus hermanos y de sí mismos cuando se dan cuenta de que sus progenitores no pueden hacerlo. Esta responsabilidad es demasiado pesada para ellos, y les genera un estado de ansiedad constante. El peligro radica en que esta ansiedad puede conducirles también a ellos a la depresión.

Según los investigadores, por esta razón, los servicios de atención a los enfermos con depresión deben ocuparse de la familia como un todo, y no sólo del enfermo, para evitar futuros casos.

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