Las horas dedicadas a la consola de videojuegos no sólo entrenan las manos de un jugador para manejar los botones del mando, sino que probablemente también entrenan al cerebro para hacer un uso mejor y más rápido de la información visual, según investigadores de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EE UU).

"Los jugadores ven el mundo de manera diferente", explica Greg Appelbaum, profesor asistente de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Duke. "Son capaces de extraer más información de una escena."

Puede ser difícil encontrar a gente que no juegue a la consola entre los estudiantes universitarios, pero los investigadores lo consiguieron. Así reunieron a 125 participantes que o bien no eran jugadores o bien eran jugadores muy intensivos.

A cada participante se le hizo pasar una prueba de memoria sensorial visual en la cual se les presentaban ocho letras en disposición circular durante sólo una décima de segundo.

Después de un lapso de tiempo que duraba entre 13 milisegundos y 2,5 segundos, aparecía una flecha, señalando un punto en el círculo en el que había habido una letra. Se pidió a los participantes que identificaran qué carta había estado en ese lugar.

Ambos grupos experimentaron un rápido deterioro en el recuerdo a medida que los lapsos aumentaban pero, para todos los lapsos de tiempo, los jugadores intensivos de videojuegos de acción superaron a los no jugadores en recordar la letra.

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