Las probabilidades de que los ancianos sobrevivan a un infarto son mucho mayores si éstos viven en un vecindario en el que las interacciones con los vecinos son frecuentes.

Esto es lo que revela un estudio realizado por científicos de la Universidad de Minnesota y de la Universidad Rush de Chicago, que consistió en una encuesta realizada a un total de 5.789 ancianos, el 60% de ellos mujeres. Los participantes tenían una media de edad de 75 años.

Una de las razones posibles para el incremento de los niveles de supervivencia en ancianos que han padecido infarto es que si éstos viven en vecindarios sociables, existen más probabilidades de que alguien pueda socorrerlos, en caso de que se empiecen a presentar síntomas de ataque, explican los investigadores.

Pero, según ellos, en cualquier sentido el aislamiento social es insano. Por el contrario, tener vecinos cercanos o vivir en un vecindario sociable resulta positivo para la salud. Este hecho sugiere que se debe mejorar la cohesión social de los barrios, si se quiere fomentar la salud de sus habitantes.

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