La vida en zonas marginadas incrementa significativamente el peligro de que las adolescentes padezcan la violencia, revela un estudio de la Universidad de Cardiff sobre antiguas áreas industriales de Gales del Sur.

Los científicos estudiaron a casi 700 jóvenes de edades comprendidas entre los 11 y los 17 años, que habían acudido a centros de atención de Gales del Sur con heridas ocasionadas por ataques violentos. Los investigadores establecieron una relación entre cada paciente tratado y los niveles de marginación de los vecindarios en los que éstos vivían.

Así, se constató que las tasas de lesiones por ataque eran uniformemente más altas en las áreas más marginadas, y que el riesgo de ser lesionado aumentaba más rápidamente para las chicas que para los chicos, a medida que la pobreza también aumentaba.

En un área marginal, las chicas se enfrentan a un riesgo de padecer violencia seis veces mayor que en las zonas pudientes, mientras que en los chicos este riesgo es dos veces mayor.

Según los investigadores, estos resultados demuestran claramente que la pobreza aumenta de manera drástica el riesgo de violencia para las chicas. Por esa razón, sugieren que las estrategias de prevención de la violencia en áreas marginales deberían centrarse en garantizar la protección de este grupo de población.

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