Un equipo internacional de científicos afirma haber descubierto que, en los animales que sufren la enfermedad de las vacas locas, se producen algunas mutaciones genéticas que no presentan los animales sanos. Este hallazgo posibilitará en el futuro el desarrollo de un diagnóstico rápido, precoz y económico de esta enfermedad.

Los investigadores inocularon la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) a diferentes especies de bovinos haciéndoles comer algunos gramos de harina animal contaminada. Después, a estos animales se les tomaron muestras de sangre todos los meses, con el fin de analizar la circulación en ella de los ácidos nucleicos (que comprenden parte del ADN).

Así, algunos meses antes de que se manifestaran los primeros síntomas de la enfermedad, los científicos pudieron detectar que el código genético de los animales infectados poseía dos elementos que no se encuentran en el ADN de animales sanos.

Ahora, los científicos intentan establecer cuáles son exactamente los genes que mutan, y en qué momento se produce la mutación. Si lo descubren, en el futuro un análisis de sangre permitirá eliminar de la cadena alimenticia humana a animales infectados, antes de que éstos muestren los primeros síntomas de EEB.

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