A las mujeres, hablar negativamente sobre la forma y la talla de sus propios cuerpos, no las ayuda a sentirse mejor con su aspecto físico, sino al contrario.

Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Wisconsin, en el que se analizó a un grupo de estudiantes universitarias.

De entre ellas, aquéllas que más frecuentemente tenían conversaciones negativas sobre sus propios cuerpos fueron las más insatisfechas con éstos.

Asimismo, estas mismas participantes también demostraron ser más propicias a interiorizar un ideal de extremada delgadez, en comparación con las mujeres que no hablaban tan frecuentemente de su propio aspecto.

Los científicos advierten que hablar del aspecto físico en términos negativos puede aumentar el disgusto con la imagen física de la persona que habla.

El estudio demostró, por otro lado, que la tendencia a hablar mal del propio cuerpo no es mayor en mujeres con sobrepeso, sino en aquéllas que se sienten gordas, lo estén o no lo estén.

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