Ciertas modificaciones en la dieta pueden resultar beneficiosas para la prevención y la cura del cáncer de próstata, sugiere un estudio realizado por científicos de la University of New South Wales de Australia.

Manteniendo una dieta baja en grasas, y con abundancia de frutas y vegetales, y evitando consumir productos altamente energéticos, carne y productos con calcio en exceso, ayudaría a prevenir esta enfermedad y también a paliar sus efectos en pacientes que ya la padecen, aseguran los investigadores.

En concreto, el consumo de tomates, coliflor, brócoli, té verde y vitaminas –incluida la vitamina E y el selenio, que son antioxidantes- disminuye el riesgo de padecer este trastorno. Por el contrario, los productos lácteos y las grasas estarían relacionados con su aparición.

Aunque los resultados de esta investigación no son concluyentes, los científicos señalan que es de suma importancia tenerlos en consideración. En el caso de las personas diagnosticadas con cáncer de próstata, la dieta como terapia ayuda además a que éstas participen activamente en su propio tratamiento.

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