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Un sistema conserva archivos digitales como si fueran alimentos

PrestoPrime aplica mecanismos de seguimiento y control de datos, para asegurar el acceso a los contenidos a muy largo plazo


Conservar y mejorar el acceso a largo plazo a cualquier tipo de contenido audiovisual digital es el objetivo del proyecto PrestoPrime, que ha unido a catorce organizaciones de seis países europeos relacionadas con la archivística y la investigación. Juntos han creado una serie de herramientas innovadoras y de código libre que permiten gestionar el contenido de archivos de cualquier tamaño, analizar los riesgos para su conservación y garantizar su integridad. Por Patricia Pérez


Patricia Pérez
03/07/2013

Fuente: PhotoXpress.
Fuente: PhotoXpress.
En la era analógica la labor de archivado se consideraba prácticamente un proceso pasivo, consistente en depositar los objetos que se querían conservar en un lugar freso y seco y olvidarse de ellos hasta que se necesitaban.

La era digital, sin embargo, ha revolucionado este campo, facilitando el acceso pero también la alteración, degradación o incluso pérdida de la información almacenada.

Así, aunque en muchos sentidos se cree que los contenidos digitales son más seguros y duraderos que los materiales analógicos, la mano del hombre también influyen sobre ellos.

“Conocemos bien los procesos químicos involucrados en la degradación de materiales analógicos, pero los archivos digitales presentan retos de índole muy distinta”, señala Daniel Teruggi, jefe científico de Ina Expert del Instituto Nacional Audiovisual de Francia, en un reportaje publicado en CORDIS, el Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo.

Conscientes de esa problemática, representantes de catorce organizaciones de seis países europeos han dado forma al proyecto PrestoPrime, una plataforma común desde la que investigar y desarrollar soluciones prácticas para la conservación a largo plazo de objetos, programas y colecciones de digitales, buscando fórmulas al mismo tiempo para mejorar el acceso.

Se trata de una iniciativa enmarcada en el Séptimo Programa Marco (7PM) de Investigación de la Unión Europea, que ha contado con una financiación de ocho millones de euros durante cuatro años para crear un conjunto de herramientas que garanticen esos objetivos.

De ello se ha encargado un consorcio que abarca todo el espectro de usuarios de archivos e investigadores sobre contenidos multimedia, desde museos y bibliotecas hasta empresas tecnológicas, institutos de I+D o universidades.

Vigilancia alimentaria como modelo

Como explican en la ficha técnica del proyecto, PrestoPrime parte de la base de que los archivos digitales pueden editarse, reutilizarse y volverse a formatear en un entorno en constante evolución, por lo que el concepto de original único pierde su significado, así como los procesos que se requieren para preservar indefinidamente no sólo el contenido, sino también las asociaciones, el contexto y los derechos que lo envuelven.

Y es que, cualquier archivo digital en esencia no es más que una mera secuencia de números, por lo que el más mínimo cambio en un dígito puede ocasionar efectos muy perjudiciales en el conjunto, bien sean de calidad, de accesibilidad o de otra índole.

Los motivos pueden ir desde la degradación de datos en un disco duro, por la que éste empieza a perder sus propiedades magnéticas; a cambios del hardware o del software; o una modificación provocada involuntaria o inconscientemente por alguien que accedió al archivo.

Otro factor muy destacado es la compresión. “Un archivo de 20 megabytes se puede comprimir hasta quedar en dos, pero si algo falla durante la compresión o al acceder al archivo, al moverlo o al almacenarlo, las consecuencias pueden ser profundas”, indica el doctor Teruggi, quien afirma que los procesos actuales de archivado digital distan de ser perfectos.

Es por ello que han querido darle un enfoque activo, de forma que los contenidos almacenados se analicen, supervisen y comprueben con regularidad para verificar su integridad y conservación a largo plazo. Para ello, el método propuesto por el equipo de PrestoPrime es similar a los mecanismos de seguimiento y control empleados actualmente para vigilar los alimentos durante la cadena de almacenamiento y transporte.

De este modo consiguen ayudar a los archivistas a identificar al instante qué hay guardado en cada lugar y en qué estado se encuentra. Sin embargo, aunque existen similitudes con ciertas tecnologías de vigilancia alimenticia, la gran diferencia es que “si los alimentos se corrompen, desprenden olor, pero en el caso de los contenidos digitales no existe ningún modo directo de saber si se han estropeado, pudiendo pasar largo tiempo, incluso tanto que ya no haya remedio posible”, subraya el coordinador del proyecto.

Por eso, uno de los objetivos principales consistía en desarrollar métodos que garantizaran el acceso a los contenidos a largo plazo, teniendo en cuenta un contexto de cambios constantes. Y es que en la era digital nada es estático. “Los sistemas y los dispositivos de almacenamiento cambian cada pocos años; cada modificación plantea un riesgo para la integridad de los contenidos archivados”, matiza Teruggi.

Para tratar de paliarlo, estas herramientas ayudan a calcular los riesgos que implica trasladar o modificar de algún modo los contenidos archivados, por ejemplo como parte de una actualización del sistema informático o de almacenamiento.

Metadatos

Otro elemento a tener en cuenta son los metadatos asociados a los contenidos, es decir, toda la información complementaria como quién tomó la foto, cuándo y dónde.

El equipo de PrestoPrime no sólo los recoge, sino que además desarrollaron herramientas para simplificar su inclusión en aquellos archivos donde faltan tales detalles y para integrar distintos conjuntos de metadatos relevantes para los mismos contenidos, proceso denominado mapeo de datos.

Teruggi subraya la importancia de los metadatos para los contenidos archivados, comparándolos con una caja de fotografías guardada. “Uno sabe quién sale en las fotos, dónde y cuándo se hicieron, pero si muchos años después las encuentran sus nietos, es probable que desconozcan todo eso. Los metadatos que acompañan a los contenidos digitales sirven para conservar esa información y también simplificar en gran medida la gestión y la organización de los propios contenidos”, añade.

Todas estas soluciones se integran dentro de dos marcos de actuación: P4, la plataforma de preservación PrestoPrime de código abierto, donde se pueden descargar para su uso libremente, y Rosetta, un sistema de preservación comercial. Sus resultados se demostraron en una serie de eventos públicos y talleres de prueba.

A las herramientas se suma además un centro de competencia en red denominado PrestoCentre, el cual reúne tanto a los socios del proyecto como a otras organizaciones a nivel mundial interesadas en la digitalización y la conservación de contenidos audiovisuales para compartir, trabajar y aprender.

Para ello organiza congresos y talleres dirigidos desde a pequeños museos locales a grandes grupos mediáticos internacionales, con el objetivo de mejorar sus procesos de archivado digital y, con ello, facilitar el acceso a largo plazo al patrimonio cultural.

Por todo ello, no es de extrañar que los miembros de PrestoCentre hayan valorado las herramientas de un modo extremadamente positivo. Ex Libris, uno de los socios del proyecto que trabaja a nivel mundial desde Israel en el aprovisionamiento de soluciones para la automatización de bibliotecas, ha sido el primero en utilizarlas de forma comercial.

Posteriormente, los demás socios del proyecto han puesto en marcha otra iniciativa en la misma línea, European Technology for Digital Audiovisual Media Preservation (PRESTO4U), también apoyada por la Comisión Europea, pero dirigida tanto a los proveedores de tecnología y servicios, como a los propietarios de medios de comunicación.

El siguiente paso será abrir el proyecto a usuarios particulares, que al fin y al cabo son también archivistas de un modo u otro. “Querríamos desarrollar herramientas para que la gente pueda organizar y conservar mejor sus fotos, vídeos y demás contenidos desde casa”, adelanta Teruggi.




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