El Grupo de Mejora Genética de Solanáceas I del Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (Comav), de la Universidad Politécnica de Valencia, trabaja principalmente en el desarrollo de herramientas y material vegetal, así como en la conservación y utilización de recursos genéticos de varios cultivos de la familia Solanáceas, es decir, las berenjenas.
Los objetivos principales del grupo son el aprovechamiento de la variabilidad presente en las especies silvestres relacionadas con la berenjena para la adaptación a los nuevos retos del cambio climático y la mejora de la calidad del fruto, en particular de compuestos bioactivos de interés para la salud humana.
Ahora lidera el proyecto internacional EggPrebreed, en el que participan expertos de las universidades de Peradeniya (Sri Lanka) y Félix Houphouët-Boigny (Costa de Marfil), y que forma parte de la iniciativa global Adaptando la agricultura al cambio climático: coleccionando, protegiendo y preparando los parientes silvestres, dirigida por la Global Crop Diversity Trust y el Millennium Seed Bank of the Royal Botanic Gardens (Gran Bretaña), y financiada por el Gobierno de Noruega.
El cultivo de berenjena, informa la UPV en su web, posee gran relevancia a nivel mundial, fundamentalmente, en las zonas tropicales y subtropicales del planeta. No en vano, está catalogado como uno de los 35 más importantes para la seguridad alimentaria, según el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura.
El proyecto está centrado, principalmente, en la adaptación al cambio climático de este cultivo en países del sudeste de Asia y África Occidental, zonas especialmente vulnerables al mismo y en las que la berenjena es un cultivo habitual. Para tal fin, el Comav está trabajando el cruce de especies silvestres con propias de cada zona, como estrategia previa al desarrollo de nuevas variedades.
Híbridos
Los investigadores de la UPV han obtenido decenas de híbridos distintos a partir del citado cruce entre variedades autóctonas de berenjena y diferentes especies silvestres procedentes de África, Oriente Medio, el sudeste asiático y América.
Todas ellas poseen la capacidad de crecer en condiciones extremas, en lugares con temperaturas diurnas superiores a 35 grados, con nocturnas por debajo de cero, en zonas desérticas, etc.
Jaime Prohens, director del Comav, explica que "gracias precisamente a su tolerancia a estreses abióticos y bióticos, las especies silvestres se utilizan como base fundamental para los cruzamientos y la obtención de nuevas berenjenas injerto; se combinan con las variedades de Sri Lanka y Costa de Marfil y, una vez se obtienen los híbridos, éstos se vuelven a cruzar con las variedades autóctonas de la zona para introducir solo los genes y caracteres que nos interesan".
Los objetivos principales del grupo son el aprovechamiento de la variabilidad presente en las especies silvestres relacionadas con la berenjena para la adaptación a los nuevos retos del cambio climático y la mejora de la calidad del fruto, en particular de compuestos bioactivos de interés para la salud humana.
Ahora lidera el proyecto internacional EggPrebreed, en el que participan expertos de las universidades de Peradeniya (Sri Lanka) y Félix Houphouët-Boigny (Costa de Marfil), y que forma parte de la iniciativa global Adaptando la agricultura al cambio climático: coleccionando, protegiendo y preparando los parientes silvestres, dirigida por la Global Crop Diversity Trust y el Millennium Seed Bank of the Royal Botanic Gardens (Gran Bretaña), y financiada por el Gobierno de Noruega.
El cultivo de berenjena, informa la UPV en su web, posee gran relevancia a nivel mundial, fundamentalmente, en las zonas tropicales y subtropicales del planeta. No en vano, está catalogado como uno de los 35 más importantes para la seguridad alimentaria, según el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura.
El proyecto está centrado, principalmente, en la adaptación al cambio climático de este cultivo en países del sudeste de Asia y África Occidental, zonas especialmente vulnerables al mismo y en las que la berenjena es un cultivo habitual. Para tal fin, el Comav está trabajando el cruce de especies silvestres con propias de cada zona, como estrategia previa al desarrollo de nuevas variedades.
Híbridos
Los investigadores de la UPV han obtenido decenas de híbridos distintos a partir del citado cruce entre variedades autóctonas de berenjena y diferentes especies silvestres procedentes de África, Oriente Medio, el sudeste asiático y América.
Todas ellas poseen la capacidad de crecer en condiciones extremas, en lugares con temperaturas diurnas superiores a 35 grados, con nocturnas por debajo de cero, en zonas desérticas, etc.
Jaime Prohens, director del Comav, explica que "gracias precisamente a su tolerancia a estreses abióticos y bióticos, las especies silvestres se utilizan como base fundamental para los cruzamientos y la obtención de nuevas berenjenas injerto; se combinan con las variedades de Sri Lanka y Costa de Marfil y, una vez se obtienen los híbridos, éstos se vuelven a cruzar con las variedades autóctonas de la zona para introducir solo los genes y caracteres que nos interesan".
Introgresión
El proyecto, que concluirá a finales de 2017, desarrolla también líneas de introgresión, una efectiva herramienta de pre-mejora que permite disponer del genoma completo de un pariente silvestre y acorta el tiempo necesario para el desarrollo de variedades.
Un aspecto importante para el éxito de EggPrebreed es el intercambio de conocimiento y especializaciones entre los distintos grupos participantes. A este respecto, se han llevado a cabo diversas estancias de investigadores de Sri Lanka y Costa de Marfil en la UPV que han facilitado y beneficiado la colaboración entre expertos en distintos campos.
El Grupo
Los trabajos principales del Grupo de Mejora Genética de Solanáceas I se realizan en la berenjena común (Solanum melongena), pero también otros cultivos menos conocidos, como la berenjena escarlata (S. aethiopicum), berenjena gboma (S. macrocarpon), el pepino dulce (S. muricatum), o el tomate de árbol (S. betaceum).
El grupo utiliza herramientas de mejora convencionales, así como herramientas moleculares para la caracterización, selección, valorización y utilización de recursos genéticos, en particular de variedades locales y especies silvestres.
Asímismo, una de las líneas principales de investigación es la mejora genética de la calidad del fruto, en particular de compuestos bioactivos, como vitaminas o polifenoles.
El proyecto, que concluirá a finales de 2017, desarrolla también líneas de introgresión, una efectiva herramienta de pre-mejora que permite disponer del genoma completo de un pariente silvestre y acorta el tiempo necesario para el desarrollo de variedades.
Un aspecto importante para el éxito de EggPrebreed es el intercambio de conocimiento y especializaciones entre los distintos grupos participantes. A este respecto, se han llevado a cabo diversas estancias de investigadores de Sri Lanka y Costa de Marfil en la UPV que han facilitado y beneficiado la colaboración entre expertos en distintos campos.
El Grupo
Los trabajos principales del Grupo de Mejora Genética de Solanáceas I se realizan en la berenjena común (Solanum melongena), pero también otros cultivos menos conocidos, como la berenjena escarlata (S. aethiopicum), berenjena gboma (S. macrocarpon), el pepino dulce (S. muricatum), o el tomate de árbol (S. betaceum).
El grupo utiliza herramientas de mejora convencionales, así como herramientas moleculares para la caracterización, selección, valorización y utilización de recursos genéticos, en particular de variedades locales y especies silvestres.
Asímismo, una de las líneas principales de investigación es la mejora genética de la calidad del fruto, en particular de compuestos bioactivos, como vitaminas o polifenoles.