Cuanto más compleja es una labor más esencial se convierte quien la desempeña dentro de una empresa. Sin embargo, tener la sensación de ser imprescindible es uno de los peores errores que puede cometer un empleado. Siempre habrá quien esté dispuesto a asumir el reto y desempeñar la “difícil tarea”.
Pero a esta situación se enfrentan muchos trabajadores, que a diario deben desempeñar tareas de alto riesgo y que, ante la convicción de ser fundamentales para el cumplimiento de un determinado quehacer, se muestran indolentes a la hora de faltar al trabajo. También se suman a este grupo los empleados que, por su antigüedad en la empresa, pierden el temor a faltar a su jornada laboral, dejando una plaza vacía a menudo y perjudicando de manera directa a la empresa contratante.
Un nuevo estudio, del que hace eco Innovations Report, concluye que el papel de un jefe persuasivo es fundamental para evitar este tipo de comportamientos. Es decir, un jefe que muestra solidaridad y apoyo constante a sus empleados, sin faltar a las directrices, obtiene el respaldo de su personal, y por tanto su lealtad.
Se lo pensarán más…
Los investigadores exploraron en su estudio los factores que pueden influir en el absentismo de los empleados, y descubrieron que el nivel de riesgo del trabajo y la presión de grupo son insignificantes a este respecto, en comparación con la influencia del supervisor del equipo.
Una vez más radica en la correcta actitud del jefe el éxito de la labor del equipo. Según los expertos, si un líder le da su confianza y apoyo al equipo que más alto riesgo corre a la hora de realizar una tarea, los empleados se lo pensarán más a la hora de verse en la tentación de faltar a su jornada. Con esta sencilla aportación se involucran factores como la lealtad y el compromiso ante más que un jefe, un compañero de trabajo.
En el estudio, los investigadores encontraron empleados que aprobaban la teoría de faltar una gran cantidad de días al trabajo, y esta situación se hacía frecuente sólo cuando los empleados sentían que sus supervisores no tenían ninguna consideración hacia ellos y no les daban su apoyo.
La percepción de un empleado sobre el peligro de su trabajo no juega un papel determinante en el absentismo, según la investigación, que ha sido publicada online por la revista APA de Psicología Aplicada. "Los resultados proporcionan una orientación útil para las empresas y organizaciones que se ocupan de una subcultura del empleado contraproducente, que condona la falta de trabajo", afirma la autora principal del informe, Michal Biron, de la Universidad israelí de Haifa y de la Universidad de los Países Bajos Tilburg. La causa que más afecta en este sentido es la actitud del jefe frente a sus trabajadores.
Pero a esta situación se enfrentan muchos trabajadores, que a diario deben desempeñar tareas de alto riesgo y que, ante la convicción de ser fundamentales para el cumplimiento de un determinado quehacer, se muestran indolentes a la hora de faltar al trabajo. También se suman a este grupo los empleados que, por su antigüedad en la empresa, pierden el temor a faltar a su jornada laboral, dejando una plaza vacía a menudo y perjudicando de manera directa a la empresa contratante.
Un nuevo estudio, del que hace eco Innovations Report, concluye que el papel de un jefe persuasivo es fundamental para evitar este tipo de comportamientos. Es decir, un jefe que muestra solidaridad y apoyo constante a sus empleados, sin faltar a las directrices, obtiene el respaldo de su personal, y por tanto su lealtad.
Se lo pensarán más…
Los investigadores exploraron en su estudio los factores que pueden influir en el absentismo de los empleados, y descubrieron que el nivel de riesgo del trabajo y la presión de grupo son insignificantes a este respecto, en comparación con la influencia del supervisor del equipo.
Una vez más radica en la correcta actitud del jefe el éxito de la labor del equipo. Según los expertos, si un líder le da su confianza y apoyo al equipo que más alto riesgo corre a la hora de realizar una tarea, los empleados se lo pensarán más a la hora de verse en la tentación de faltar a su jornada. Con esta sencilla aportación se involucran factores como la lealtad y el compromiso ante más que un jefe, un compañero de trabajo.
En el estudio, los investigadores encontraron empleados que aprobaban la teoría de faltar una gran cantidad de días al trabajo, y esta situación se hacía frecuente sólo cuando los empleados sentían que sus supervisores no tenían ninguna consideración hacia ellos y no les daban su apoyo.
La percepción de un empleado sobre el peligro de su trabajo no juega un papel determinante en el absentismo, según la investigación, que ha sido publicada online por la revista APA de Psicología Aplicada. "Los resultados proporcionan una orientación útil para las empresas y organizaciones que se ocupan de una subcultura del empleado contraproducente, que condona la falta de trabajo", afirma la autora principal del informe, Michal Biron, de la Universidad israelí de Haifa y de la Universidad de los Países Bajos Tilburg. La causa que más afecta en este sentido es la actitud del jefe frente a sus trabajadores.
La muestra
En el estudio participaron 508 trabajadores con la autoridad de transporte de un gran municipio de Estados Unidos, que supervisa de cerca la asistencia de los empleados y aplica una política estricta contra el absentismo. La muestra de personal estuvo constituida por un 69% de hombres y un 31% de mujeres, de una edad media de 46 años.
Los investigadores determinaron la tasa de faltas de los participantes a partir de registros de personal de más de 24 meses de duración. Para determinar la percepción de riesgos de trabajo, se seleccionaron al azar 34 de los participantes para responder a una serie de cuestionarios acerca de los peligros en el trabajo, como la electrocución, los productos químicos peligrosos o contaminantes, el ruido fuerte continuo, las temperaturas extremas o la humedad, y las agresiones verbales o físicas por parte de los clientes o compañeros de trabajo.
A la totalidad de la muestra se le pidió que respondiera a preguntas sobre cómo era su relación con sus compañeros de trabajo y el grado de confianza entre ellos, determinando 20 posibles razones de ausencias "justificables". Las razones de absentismo contempladas iban desde la forma de ser de cada trabajador, las enfermedades y las situaciones personales, tales como enfermedad de los padres o eventos importantes en la escuela de sus hijos.
A los participantes también se les pidió que calificaran el apoyo de su supervisor. Los investigadores preguntaron a los empleados: "¿Ha discutido con usted su jefe problemas relacionados al trabajo, ayudándole a encontrar soluciones?", y "¿muestra su jefe reconocimiento ante su trabajo?” Los participantes respondieron utilizando una escala de cinco puntos, desde cero para "nunca" a cuatro, para "varias veces al día."
"La cultura del empleado de aprobación del absentismo laboral puede dar lugar a un mayor absentismo laboral cuando dicha cultura se combina con cierto rechazo hacía el supervisor que no muestra apoyo, pero parece que no tienen ningún efecto cuando los empleados se sienten apoyados por sus jefes”, afirma el co-autor del estudio Peter Bamberger, de la Universidad de Tel Aviv y del Instituto Smithers de la Escuela de la Universidad de Cornell de Relaciones Industriales y Laborales, en Estados Unidos.
“Esto puede ser porque los empleados quieren corresponder a un tratamiento positivo y evitar causar problemas por absentismo, lo que podría afectar negativamente a sus supervisores." Puntualizó Bamberger.
Son principios fundamentales el respeto y la comunicación, más aún cuando se trata del trabajo en equipo.Pero esto es verdad no sólo en trabajos de alto riesgo en los que un empleado pone su vida en juego ante condiciones laborales extremas, sino también en cualquier espacio de vida laboral. Un jefe debe sentirse “representante” de su equipo y responsable de sus acciones, jamás un “superior”, cuando se comete este error, el directivo pierde el respeto entre sus compañeros y su reputación le lleva al fracaso de su tarea.
En el estudio participaron 508 trabajadores con la autoridad de transporte de un gran municipio de Estados Unidos, que supervisa de cerca la asistencia de los empleados y aplica una política estricta contra el absentismo. La muestra de personal estuvo constituida por un 69% de hombres y un 31% de mujeres, de una edad media de 46 años.
Los investigadores determinaron la tasa de faltas de los participantes a partir de registros de personal de más de 24 meses de duración. Para determinar la percepción de riesgos de trabajo, se seleccionaron al azar 34 de los participantes para responder a una serie de cuestionarios acerca de los peligros en el trabajo, como la electrocución, los productos químicos peligrosos o contaminantes, el ruido fuerte continuo, las temperaturas extremas o la humedad, y las agresiones verbales o físicas por parte de los clientes o compañeros de trabajo.
A la totalidad de la muestra se le pidió que respondiera a preguntas sobre cómo era su relación con sus compañeros de trabajo y el grado de confianza entre ellos, determinando 20 posibles razones de ausencias "justificables". Las razones de absentismo contempladas iban desde la forma de ser de cada trabajador, las enfermedades y las situaciones personales, tales como enfermedad de los padres o eventos importantes en la escuela de sus hijos.
A los participantes también se les pidió que calificaran el apoyo de su supervisor. Los investigadores preguntaron a los empleados: "¿Ha discutido con usted su jefe problemas relacionados al trabajo, ayudándole a encontrar soluciones?", y "¿muestra su jefe reconocimiento ante su trabajo?” Los participantes respondieron utilizando una escala de cinco puntos, desde cero para "nunca" a cuatro, para "varias veces al día."
"La cultura del empleado de aprobación del absentismo laboral puede dar lugar a un mayor absentismo laboral cuando dicha cultura se combina con cierto rechazo hacía el supervisor que no muestra apoyo, pero parece que no tienen ningún efecto cuando los empleados se sienten apoyados por sus jefes”, afirma el co-autor del estudio Peter Bamberger, de la Universidad de Tel Aviv y del Instituto Smithers de la Escuela de la Universidad de Cornell de Relaciones Industriales y Laborales, en Estados Unidos.
“Esto puede ser porque los empleados quieren corresponder a un tratamiento positivo y evitar causar problemas por absentismo, lo que podría afectar negativamente a sus supervisores." Puntualizó Bamberger.
Son principios fundamentales el respeto y la comunicación, más aún cuando se trata del trabajo en equipo.Pero esto es verdad no sólo en trabajos de alto riesgo en los que un empleado pone su vida en juego ante condiciones laborales extremas, sino también en cualquier espacio de vida laboral. Un jefe debe sentirse “representante” de su equipo y responsable de sus acciones, jamás un “superior”, cuando se comete este error, el directivo pierde el respeto entre sus compañeros y su reputación le lleva al fracaso de su tarea.