Imagen artística de un agujero negro comiéndose la materia de su estrella compañera en un sistema binario. Fuente: ESA/ATG medialab.
Por primera vez se está observando con gran precisión el momento en que un agujero negro engulle y expulsa masa procedente de su estrella vecina.
Este fenómeno único se ha convertido en uno de los temas centrales de la Semana Europea de la Astronomía y las Ciencias de Espacio EWASS 2015, que se está celebrando en La Laguna (Tenerife), y en la que se han presentado varias ponencias sobre estas observaciones que aún siguen en marcha.
El Gran Telescopio CANARIAS (GTC) está liderando las observaciones ópticas gracias a su gran espejo, que permite obtener nuevas observaciones espectroscópicas cada pocos segundos.
Desde la noche del 15 de junio, cuando saltaron las primeras alarmas de la presencia de un brillo extraordinario, telescopios de todo el mundo apuntan hacia V404 Cygni, un sistema binario compuesto por un agujero negro y una estrella que orbitan uno alrededor de la otra. Se encuentra en la Vía Láctea, en la constelación del Cisne, a casi 8.000 años luz.
Según explica Teo Muñoz-Darias, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y uno de los responsables de las observaciones de este fenómeno, en un sistema binario de estas características “las capas externas de la estrella se sienten más atraídas por la gravedad del agujero negro que por la de la propia estrella, así que se empieza a transferir material en torno al agujero negro y se forma un disco de acreción. Cuando el disco es suficientemente denso, se producen inestabilidades que precipitan la caída del material acumulado sobre el agujero negro y dan lugar a las erupciones que estamos observando”, explica en la nota de prensa del IAC.
Es decir, tras una larga temporada de quietud, en la que no se emiten rayos X, cuando el agujero negro “engulle” esta materia, se generan rayos X y radiación en altas energías. “Lo que nosotros vemos inicialmente es un aumento brusco de brillo a muy altas energías”, aclara Muñoz-Darias.
“La materia se aproxima al agujero negro y parte de ella se transforma en energía por un mecanismo que está, de algún modo, íntimamente ligado a la expulsión de parte de esa materia. Estas eyecciones pueden ser estudiadas por primera vez con telescopios ópticos”.
Este fenómeno único se ha convertido en uno de los temas centrales de la Semana Europea de la Astronomía y las Ciencias de Espacio EWASS 2015, que se está celebrando en La Laguna (Tenerife), y en la que se han presentado varias ponencias sobre estas observaciones que aún siguen en marcha.
El Gran Telescopio CANARIAS (GTC) está liderando las observaciones ópticas gracias a su gran espejo, que permite obtener nuevas observaciones espectroscópicas cada pocos segundos.
Desde la noche del 15 de junio, cuando saltaron las primeras alarmas de la presencia de un brillo extraordinario, telescopios de todo el mundo apuntan hacia V404 Cygni, un sistema binario compuesto por un agujero negro y una estrella que orbitan uno alrededor de la otra. Se encuentra en la Vía Láctea, en la constelación del Cisne, a casi 8.000 años luz.
Según explica Teo Muñoz-Darias, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y uno de los responsables de las observaciones de este fenómeno, en un sistema binario de estas características “las capas externas de la estrella se sienten más atraídas por la gravedad del agujero negro que por la de la propia estrella, así que se empieza a transferir material en torno al agujero negro y se forma un disco de acreción. Cuando el disco es suficientemente denso, se producen inestabilidades que precipitan la caída del material acumulado sobre el agujero negro y dan lugar a las erupciones que estamos observando”, explica en la nota de prensa del IAC.
Es decir, tras una larga temporada de quietud, en la que no se emiten rayos X, cuando el agujero negro “engulle” esta materia, se generan rayos X y radiación en altas energías. “Lo que nosotros vemos inicialmente es un aumento brusco de brillo a muy altas energías”, aclara Muñoz-Darias.
“La materia se aproxima al agujero negro y parte de ella se transforma en energía por un mecanismo que está, de algún modo, íntimamente ligado a la expulsión de parte de esa materia. Estas eyecciones pueden ser estudiadas por primera vez con telescopios ópticos”.
Cien segundos
En cuanto se confirmó este fenómeno, el Gran Telescopio CANARIAS activó un Target of Opportunity, unas observaciones reservadas para eventos extraordinarios, y desde la noche del día 17 están trabajando en ello Muñoz-Darias, Jorge Casares y Daniel Mata Sánchez, del IAC.
“Gracias al gran tamaño del área colectora del espejo del GTC, podemos tener espectros cada muy poco tiempo: uno cada cien segundos. Estamos viendo líneas de emisión típicas de estos sistemas cuando están activos y, además, vemos que hay detalles de estas líneas que cambian rápidamente. Concretamente, detectamos variaciones que nos indican que parte del material es también expulsado del sistema a grandes velocidades. Hemos visto que el sistema no sólo está activo en rayos X, sino en todo el espectro”.
El descubrimiento de este tipo de sistemas binarios de estrella y agujero negro se produce precisamente en momentos de erupción como el que se está observando estos días. De hecho, V404 Cygni se pudo caracterizar y medir su masa gracias a su última gran erupción de rayos X, que data de 1989 (hasta entonces se pensaba que era una estrella variable tipo nova, es decir un sistema binario con una enana blanca en vez de un agujero negro). Precisamente, uno de los autores del descubrimiento de este agujero negro, que se publicó en 1992 en Nature, fue también Jorge Casares.
Unos pocos sistemas binarios de este tipo (estrella y agujero negro) muestran erupciones cada pocos años, mientras que la inmensa mayoría permanecen “hibernados” durante muchas décadas o incluso siglos. V404 Cygni ha estado “dormido” desde 1989. Su periodo de actividad parece tener una frecuencia de entre 20 y 30 años, porque también se registraron erupciones precedentes (en placas fotográficas) en los años 30 y a finales de los años 50 del siglo pasado.
Satélite de la ESA
El satélite de la ESA Integral también está observando el fenómeno. "El comportamiento de esta fuente es extraordinario en este momento, con repetidos destellos brillantes de luz en escalas de tiempo más cortas que una hora, algo pocas veces visto en otros sistemas de agujero negro", comenta Erik Kuulkers, científico del proyecto Integral de la ESA (Agencia Espacial Europea).
"En estos momentos, se convierte en el objeto más brillante en el cielo de los rayos X: hasta cincuenta veces más brillante que la Nebulosa del Cangrejo, normalmente una de las fuentes más brillantes del cielo de alta energía."
"La comunidad no podía estar más emocionada: muchos de nosotros aún no éramos astrónomos profesionales en 1989, y los instrumentos y las instalaciones disponibles en el momento no se puede comparar con la flota de telescopios espaciales y la vasta red de observatorios terrestres que podemos usar hoy. En definitiva, es una "oportunidad de una vez en la vida", agrega Kuulkers en una nota de prensa de la ESA.
En cuanto se confirmó este fenómeno, el Gran Telescopio CANARIAS activó un Target of Opportunity, unas observaciones reservadas para eventos extraordinarios, y desde la noche del día 17 están trabajando en ello Muñoz-Darias, Jorge Casares y Daniel Mata Sánchez, del IAC.
“Gracias al gran tamaño del área colectora del espejo del GTC, podemos tener espectros cada muy poco tiempo: uno cada cien segundos. Estamos viendo líneas de emisión típicas de estos sistemas cuando están activos y, además, vemos que hay detalles de estas líneas que cambian rápidamente. Concretamente, detectamos variaciones que nos indican que parte del material es también expulsado del sistema a grandes velocidades. Hemos visto que el sistema no sólo está activo en rayos X, sino en todo el espectro”.
El descubrimiento de este tipo de sistemas binarios de estrella y agujero negro se produce precisamente en momentos de erupción como el que se está observando estos días. De hecho, V404 Cygni se pudo caracterizar y medir su masa gracias a su última gran erupción de rayos X, que data de 1989 (hasta entonces se pensaba que era una estrella variable tipo nova, es decir un sistema binario con una enana blanca en vez de un agujero negro). Precisamente, uno de los autores del descubrimiento de este agujero negro, que se publicó en 1992 en Nature, fue también Jorge Casares.
Unos pocos sistemas binarios de este tipo (estrella y agujero negro) muestran erupciones cada pocos años, mientras que la inmensa mayoría permanecen “hibernados” durante muchas décadas o incluso siglos. V404 Cygni ha estado “dormido” desde 1989. Su periodo de actividad parece tener una frecuencia de entre 20 y 30 años, porque también se registraron erupciones precedentes (en placas fotográficas) en los años 30 y a finales de los años 50 del siglo pasado.
Satélite de la ESA
El satélite de la ESA Integral también está observando el fenómeno. "El comportamiento de esta fuente es extraordinario en este momento, con repetidos destellos brillantes de luz en escalas de tiempo más cortas que una hora, algo pocas veces visto en otros sistemas de agujero negro", comenta Erik Kuulkers, científico del proyecto Integral de la ESA (Agencia Espacial Europea).
"En estos momentos, se convierte en el objeto más brillante en el cielo de los rayos X: hasta cincuenta veces más brillante que la Nebulosa del Cangrejo, normalmente una de las fuentes más brillantes del cielo de alta energía."
"La comunidad no podía estar más emocionada: muchos de nosotros aún no éramos astrónomos profesionales en 1989, y los instrumentos y las instalaciones disponibles en el momento no se puede comparar con la flota de telescopios espaciales y la vasta red de observatorios terrestres que podemos usar hoy. En definitiva, es una "oportunidad de una vez en la vida", agrega Kuulkers en una nota de prensa de la ESA.