El próximo 6 de agosto, tras un viaje de diez años por el espacio interplanetario, la nave Rosetta se convertirá en la primera de la historia en encontrarse con un cometa, orbitar a su alrededor y desplegar un módulo de aterrizaje en él.
Hace una década, en marzo de 2004 despegó de la Tierra la sonda Rosetta, la primera misión de la historia para encontrarse con un cometa –67P/Churyumov-Gerasimenko–, escoltarlo en su órbita alrededor del Sol, y analizarlo colocando un módulo de aterrizaje sobre su superficie.
El principal objetivo de Rosetta es ayudar a entender el origen y la evolución del Sistema Solar. En particular, investigará el papel que pueden haber jugado los cometas a la hora de traer el agua a la Tierra, y quizás incluso la vida.
De momento, esta nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha recorrido casi 6.400 millones de kilómetros, dando cinco vueltas alrededor del Sol, y está a punto de alcanzar su destino el 6 de agosto. A partir de las 10 de la mañana (hora peninsular española) se podrá seguir el evento desde la web de la ESA.
Durante las últimas semanas, después de una serie de maniobras, los controladores de la misión han reducido su velocidad. De hecho han logrado casi alcanzar los 775 m/s que necesita antes de su cita de este miércoles, cuando llegue a un punto situado a apenas 100 kilómetros de su pareja espacial.
El objetivo es que Rosetta equipare su velocidad a la del cometa –que actualmente es de unos 55.000 km/h– y viaje a su lado manteniendo una diferencia de menos de 1 m/s, más o menos la velocidad relativa que llevan dos personas al caminar juntas.
Para conseguirlo, los expertos de la ESA han planificado diez maniobras de corrección de la órbita en las que se utilizan los motores de Rosetta para igualar las velocidades y trayectorias.
Las primeras operaciones de este tipo se realizaron cada dos semanas en mayo y en junio. Tras una breve evaluación, se llevaron a cabo tres encendidos más, que resultaron ser los más largos jamás realizados por un satélite de la ESA, con una duración de más de siete horas.
En julio los motores de la nave se encendieron cada semana. Las maniobras culminan con dos encendidos de inserción, uno efectuado el pasado 3 de agosto y otro programado para el día de la cita este miércoles.
Hace una década, en marzo de 2004 despegó de la Tierra la sonda Rosetta, la primera misión de la historia para encontrarse con un cometa –67P/Churyumov-Gerasimenko–, escoltarlo en su órbita alrededor del Sol, y analizarlo colocando un módulo de aterrizaje sobre su superficie.
El principal objetivo de Rosetta es ayudar a entender el origen y la evolución del Sistema Solar. En particular, investigará el papel que pueden haber jugado los cometas a la hora de traer el agua a la Tierra, y quizás incluso la vida.
De momento, esta nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha recorrido casi 6.400 millones de kilómetros, dando cinco vueltas alrededor del Sol, y está a punto de alcanzar su destino el 6 de agosto. A partir de las 10 de la mañana (hora peninsular española) se podrá seguir el evento desde la web de la ESA.
Durante las últimas semanas, después de una serie de maniobras, los controladores de la misión han reducido su velocidad. De hecho han logrado casi alcanzar los 775 m/s que necesita antes de su cita de este miércoles, cuando llegue a un punto situado a apenas 100 kilómetros de su pareja espacial.
El objetivo es que Rosetta equipare su velocidad a la del cometa –que actualmente es de unos 55.000 km/h– y viaje a su lado manteniendo una diferencia de menos de 1 m/s, más o menos la velocidad relativa que llevan dos personas al caminar juntas.
Para conseguirlo, los expertos de la ESA han planificado diez maniobras de corrección de la órbita en las que se utilizan los motores de Rosetta para igualar las velocidades y trayectorias.
Las primeras operaciones de este tipo se realizaron cada dos semanas en mayo y en junio. Tras una breve evaluación, se llevaron a cabo tres encendidos más, que resultaron ser los más largos jamás realizados por un satélite de la ESA, con una duración de más de siete horas.
En julio los motores de la nave se encendieron cada semana. Las maniobras culminan con dos encendidos de inserción, uno efectuado el pasado 3 de agosto y otro programado para el día de la cita este miércoles.
Descubierto en 1969
El helado cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, cuya temperatura en superficie ya ha medido Rosetta en unos -70 ºC, tarda 6,5 años en recorrer una órbita elíptica alrededor del Sol, que lo lleva desde más allá de la órbita de Júpiter hasta un punto entre las órbitas de Marte y de la Tierra.
Este cometa fue descubierto por Klim Ivánovich Churiumov examinando placas fotográficas del cometa periódico 32P/Comas Solá obtenidas por Svetlana Ivanovna Guerasimenko el 11 de septiembre de 1969 en el Instituto Astrofísico de Alma-Atá.
K.I. Churiumov encontró un objeto cometario cerca del borde de la placa suponiendo que se trataba del cometa descubierto por Comas Solá.3 Cuando regresó a su institución de investigación en Kiev se procedió a un examen más detallado de las placas fotográficas.
Un mes más tarde se anunció que el cometa descubierto en dicha placa era un objeto nuevo, dado que se encontraba a 1.8 grados de la posición esperada para el cometa de Comas Solá. Este cometa podía verse también en la placa fotográfica en la posición esperada aunque con un brillo muy reducido.
El cometa Churiumov-Guerasimenko ha tenido un desarrollo orbital bastante inusual. Los cometas ven alteradas sus órbitas debido a encuentros cercanos con los planetas exteriores Júpiter o Saturno. En el caso de este cometa, se ha podido calcular que anteriormente a 1840 era completamente inobservable debido a la distancia de su perihelio de 4.0 UA. En aquel momento Júpiter se encontraba a una distancia del cometa de 3.0 UA. Más tarde en el año 1959 un segundo encuentro con Júpiter les aproximó a una órbita más cercana, de tan solo 1.28 UA, donde se encuentra en la actualidad.
El helado cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, cuya temperatura en superficie ya ha medido Rosetta en unos -70 ºC, tarda 6,5 años en recorrer una órbita elíptica alrededor del Sol, que lo lleva desde más allá de la órbita de Júpiter hasta un punto entre las órbitas de Marte y de la Tierra.
Este cometa fue descubierto por Klim Ivánovich Churiumov examinando placas fotográficas del cometa periódico 32P/Comas Solá obtenidas por Svetlana Ivanovna Guerasimenko el 11 de septiembre de 1969 en el Instituto Astrofísico de Alma-Atá.
K.I. Churiumov encontró un objeto cometario cerca del borde de la placa suponiendo que se trataba del cometa descubierto por Comas Solá.3 Cuando regresó a su institución de investigación en Kiev se procedió a un examen más detallado de las placas fotográficas.
Un mes más tarde se anunció que el cometa descubierto en dicha placa era un objeto nuevo, dado que se encontraba a 1.8 grados de la posición esperada para el cometa de Comas Solá. Este cometa podía verse también en la placa fotográfica en la posición esperada aunque con un brillo muy reducido.
El cometa Churiumov-Guerasimenko ha tenido un desarrollo orbital bastante inusual. Los cometas ven alteradas sus órbitas debido a encuentros cercanos con los planetas exteriores Júpiter o Saturno. En el caso de este cometa, se ha podido calcular que anteriormente a 1840 era completamente inobservable debido a la distancia de su perihelio de 4.0 UA. En aquel momento Júpiter se encontraba a una distancia del cometa de 3.0 UA. Más tarde en el año 1959 un segundo encuentro con Júpiter les aproximó a una órbita más cercana, de tan solo 1.28 UA, donde se encuentra en la actualidad.