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Religiosidad y sexualidad se integran en la vida cotidiana

Una investigación realizada con setecientos voluntarios, de seis tradiciones religiosas distintas, aclara la relación entre ambos aspectos en personas jóvenes


En general, se suele pensar que sexualidad y religión no concuerdan bien. Sin embargo, un estudio realizado por investigadores de dos universidades de Inglaterra, que ha revelado algunos de los aspectos clave de la relación de estos dos ámbitos de la vida, señala que la forma de entender la religiosidad influye en la sexualidad, y que también sucede al contrario: la sexualidad puede modificar las ideas religiosas. En el estudio, de dos años de duración, participaron 700 jóvenes de seis tradiciones religiosas distintas, así como jóvenes de tradiciones religiosas combinadas. Por Yaiza Martínez.


01/03/2011

Fuente: Universidad de Nottingham.
Fuente: Universidad de Nottingham.
En general, se suele creer que sexualidad y religión no concuerdan bien. Un estudio realizado recientemente por investigadores de dos universidades de Inglaterra, en el que se han invertido dos años, ha revelado algunos de los aspectos clave de la relación de estos dos ámbitos de la vida.

En concreto, investigadores de la Universidad de Nottingham y de la Universidad Nottingham Trent analizaron a personas religiosas, de entre 18 y 25 años, que pertenecían a seis tradiciones religiosas distintas: budismo, cristianismo, hinduismo, islamismo, judaísmo y sikismo (tradición que unifica hinduismo e islamismo).

Asimismo, en el estudio también se incluyó a jóvenes adultos con creencias o tradiciones combinadas. En total, fueron analizados 700 individuos que vivían en Inglaterra.

Valores, actitudes, experiencias

Según explica la Universidad de Nottingham en un comunicado, la presente investigación pretendía aclarar los desafíos que los jóvenes afrontan en la reconciliación entre su sexualidad y su religión; así como las actitudes, los valores y las experiencias sexuales y religiosas de los adultos jóvenes.

El estudio ha estado enmarcado en el proyecto “Religion, Youth and Sexuality: a Multi-faith Exploration” (Religión, juventud y sexualidad: una exploración multi-fe), subvencionado por el Arts and Humanities Research Council y el Economic and Social Research Council del Reino Unido.

La investigación, llevada a cabo por Andrew Kam-Tuck Yip y Sarah-Jane Page, de la Universidad de Nottingham, y por Michael Keenan, de la Universidad Nottingham Trent, consistió en una serie de cuestionarios online sobre la relación entre religiosidad y sexualidad. Por otro lado, una parte de los participantes fue también entrevistada individualmente.

En general, a los voluntarios se les pidió que hablaran sobre sus valores religiosos y sexuales, sobre sus actitudes, sobre sus experiencias y sobre su identidad. Además, también se analizaron los contextos familiar, social y cultural de los voluntarios, así como el grado de implicación de cada uno de ellos en comunidades religiosas.

Sexualidad e instituciones religiosas

Algunos de los resultados obtenidos fueron los siguientes: a pesar de la diversidad de contextos de los que procedían, el estudio reveló que muchos de los jóvenes analizados habían generado una ética sexual para sus vidas, influida por su fe religiosa.

Andrew Kam-Tuck Yip. Fuente: Universidad de Nottingham.
Andrew Kam-Tuck Yip. Fuente: Universidad de Nottingham.
De manera análoga, la investigación constató que la sexualidad individual también influye en la manera de comprender la religiosidad, explican los investigadores.

Por otro lado, las encuestas realizadas revelaron que “la mayoría de la gente joven piensa que los líderes religiosos no saben suficiente sobre sexualidad, particularmente sobre la sexualidad de los jóvenes”, afirma Yip.

El investigador señala, asimismo, que otros jóvenes “consideran que la religión institucionalizada constituye un mecanismo de control que regula excesivamente el comportamiento sexual y de género”.

Otro dato extraído de la investigación es que casi un tercio de los jóvenes religiosos analizados pensaba que el celibato era una opción satisfactoria, mientras que cerca de dos tercios de ellos consideraban la heterosexualidad y la homosexualidad en términos similares.

Sin embargo, el estudio constató costes psicológicos y sociales, en el caso de los participantes homosexuales, bisexuales o transexuales. Estos costes eran sufridos en la vida cotidiana y, particularmente, dentro de las comunidades religiosas.

Integrar ambos aspectos

En cuanto a la expresión de la propia sexualidad, la mayoría de los entrevistados pensaba que ésta es deseable, pero con opiniones diversas: algunos creían que los adultos debían poder vivir su sexualidad en cualquier condición, mientras otros defendían que la sexualidad debía expresarse dentro del matrimonio o de una relación comprometida.

Más allá de esta diferencia de opiniones, la mayoría de los voluntarios (el 83,2%) se decantó a favor de las relaciones monógamas.

Las formas de integrar religiosidad y sexualidad también resultaron ser variadas, explican los investigadores: algunos jóvenes afirmaron experimentar tensión y conflicto entre su fe y su sexualidad.

Otros, en cambio, afirmaron ser capaces de compartimentar sin problema alguno ambos aspectos de sus vidas. Por último, otros participantes señalaron haber encontrado la manera de integrar la religión y la sexualidad en sus vidas.

De las 700 personas entrevistadas, más de la mitad (65,1%) pertenecía a una comunidad religiosa, y el 56,7% asistía a servicios religiosos al menos una vez a la semana. En general, los científicos afirman que “la mayoría de los jóvenes adultos religiosos sienten su religión como una fuerza positiva en sus vidas, y muchos creen que su fe es la influencia más importante en sus valores y prácticas sexuales”.

Los investigadores esperan que los resultados de este estudio sirvan para estimular el diálogo acerca de la relación entre sexualidad y religiosidad, y que ayuden a comprender la mentalidad de los jóvenes, tanto a líderes y personas religiosas cercanos a la gente joven, como a profesionales que trabajan con jóvenes en contextos seculares.



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1.Publicado por Mari Pino SG el 02/03/2011 13:19
De ahí la frase... "Hacer el Amor puede Ser una Experiencia Religiosa"...
Desde mi vivencia, puedo decir que ambos aspectos se pueden integrar Totalmente..
Eso Sí, de distintas maneras...según se mire.
En una etapa lo viví desde el Temor de Dios con el que crecí, perseguida por una idea castigadora,
y por supuesto de manera nada nutritiva.....Y otro momento de mi vida, esta situación da un giro de 360º
Donde comprendo...que puede Cultivarse la Sexualidad hasta el Punto de Sentirte Conectada potencialmente con el Concepto de DIOS, que cada uno tenga... Y además como resultado,
la plenitud en el Gozo.
Esta sería para mi, la Sexualidad Sagrada...donde Ofrecer y Fusionar el Ser es sinonimo de DIVINIDAD.
NAMASTÉ

2.Publicado por M.P el 03/03/2011 03:16
De acuerdo con Mari Pino

3.Publicado por Cachi Quaglia el 06/03/2011 21:40
"En ciertos pueblos primitivos, así como en otros considerados de 'ciilización avanzada', existe aún la represión del sexo. Es evidente que en unos y otros, el signo destrutivo es grande, aunque en los dos casos el origen de tal situación sea distinto."
"Si me pides más explicaciones, te diré que en realidad el sexo es en sí santo, ya que gracias a su ejercicio, la caída de la luz en escalas inferiores (al desintegrarse los cuerpos), es compensada por la reproducción, que permite el surgimiento de nuevas posibilidades evolutivas."
"Jamás creas las mentiras de los envenenadores de la vida cuando se refieren al sexo como algo despreciable. Por el contrario, hay en él belleza y no en vano está relacionado con los mejores sentimientos del amor".
"Sé cuidadoso entonces y considéralo como una gran maravilla, que debe tratarse con delicadeza, sin convertirlo en fuente de contradicción o en desintegrador de la energía vital."

Extraido del libro "La Mirada Interna" de Silo, inspirador de la Religión Interior.

4.Publicado por Xavier el 03/04/2011 19:26
Soy uno de esos jóvenes que en ocasiones hemos encontrado conflictos entre la religiosidad y la sexualidad, ahora me encuentro trabajando en ello y espero encontrar el equilibrio entre ello. Pero si considero importante que la sexualidad para que sea desde una perspectiva divina debe ser en un plano de monogamia desde su principio.

5.Publicado por espejo el 04/04/2011 09:32
Los resquicios de la moral religiosa queda en los estereotipos y roles de género de nuestra sociedad actual. El hecho de vincular religiosidad con sexualidad es un atraso y una barrera para su disfrute.

Por ejemplo, el onanismo se traduce a veces por masturbación, pero es el coito interrumpido lo que se corresponde más exactamente con este término. Coito interrumpido y masturbación son prácticas no procreativas:

“ Yahveh castigó a Onán por desperdiciar el semen tirándolo por tierra”

* ( Onán , su hermano se murió y él se casó con su mujer, pero se negó a proporcionar descendencia).

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