Leer de diferentes maneras una saga que consta de 297 capítulos. Ese es el objetivo de la aplicación desarrollada como parte de la tesis de un estudiante de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza. El lector puede elegir entre un anticipo de cinco minutos o la saga completa de 50 horas, pasando por una novela que puede ocupar de dos a cinco horas de lectura.
Se trata de una aplicación gratuita, disponible de momento en francés, para lectores de libros electrónicos, tabletas, teléfonos inteligentes u ordenadores. La herramienta es fruto del trabajo conjunto entre el Laboratorio de Humanidades Digitales (DH Lab) de la EPFL, dirigido por Frédéric Kaplan, y el escritor suizo Daniel de Roulet, quien ha permitido el trabajo experimental con su serie La simulación humana, donde explora a través de diez novelas los 75 años de la historia nuclear entre Japón, Ucrania y Estados Unidos.
Según explica el autor en su web, la saga completa consta de 297 capítulos que narran la vida de dos familias, una japonesa y otra europea, siempre con el marco de la aventura nuclear de Hiroshima a Fukushima como telón de fondo. Sin embargo, los diez volúmenes que lo componen están publicados de forma independiente a lo largo de más de 20 años entre 1990 y 2014, por lo que no se necesita haber leído uno para entender el siguiente.
"Cada capítulo constituye una unidad narrativa con suficientes elementos en común con el resto de capítulos de la saga, lo que permite leerlos en un orden diferente al de la publicación", explica el escritor en un comunicado de la EPFL. En consecuencia, fue capaz de “reconstruir” seis historias y tres novelas de diferente extensión (desde uno a 38 capítulos) a partir de los diez libros que componen la serie. La última reconstrucción, llamada Simulación total, incluye la obra completa.
Se trata de una aplicación gratuita, disponible de momento en francés, para lectores de libros electrónicos, tabletas, teléfonos inteligentes u ordenadores. La herramienta es fruto del trabajo conjunto entre el Laboratorio de Humanidades Digitales (DH Lab) de la EPFL, dirigido por Frédéric Kaplan, y el escritor suizo Daniel de Roulet, quien ha permitido el trabajo experimental con su serie La simulación humana, donde explora a través de diez novelas los 75 años de la historia nuclear entre Japón, Ucrania y Estados Unidos.
Según explica el autor en su web, la saga completa consta de 297 capítulos que narran la vida de dos familias, una japonesa y otra europea, siempre con el marco de la aventura nuclear de Hiroshima a Fukushima como telón de fondo. Sin embargo, los diez volúmenes que lo componen están publicados de forma independiente a lo largo de más de 20 años entre 1990 y 2014, por lo que no se necesita haber leído uno para entender el siguiente.
"Cada capítulo constituye una unidad narrativa con suficientes elementos en común con el resto de capítulos de la saga, lo que permite leerlos en un orden diferente al de la publicación", explica el escritor en un comunicado de la EPFL. En consecuencia, fue capaz de “reconstruir” seis historias y tres novelas de diferente extensión (desde uno a 38 capítulos) a partir de los diez libros que componen la serie. La última reconstrucción, llamada Simulación total, incluye la obra completa.
Nuevos tiempos
De esta forma se consigue un nuevo tipo de lectura. El autor se aseguró de que la aplicación permitiera dar coherencia a cada "nueva" historia. "Al llevar a cabo un análisis algorítmico del texto, nuestro objetivo es formalizar el proceso de escritura y, por último, sintetizar el texto”, explica Cyril Bornet, estudiante del DH Lab que ha desarrollado la herramienta. A este respecto, subraya que la saga de Daniel de Roulet es “un gran campo de experimentación narrativa".
El objetivo de la investigación en narración llevada a cabo por el DH Lab va más allá de la "reconstrucción" de obras literarias existentes. También pretende tener en cuenta el cambio de hábito de los lectores, que se inclinan más actualmente por relatos de intriga cortos que por estructuras narrativas demasiado largas. "Esta tendencia no se limita a la literatura de ficción, sino que es extensible a una amplia variedad de géneros”, matiza Bornet.
Con todo, se podría discutir si se trata de un enfoque más bien iconoclasta. De hecho, Daniel de Roulet admite estar sorprendido por la forma en que los investigadores del DH Lab veían el material literario como “una simple variable matemática, sin mucha consideración por el duro trabajo del escritor...” Sin embargo, eso no le impidió entusiasmarse con el proyecto y participar activamente en el mismo.
Como parte de su tesis, Bornet quiere analizar, mediante herramientas informáticas, cómo están influyendo las redes sociales en la forma de escribir literatura. “Los nuevos medios dan a los lectores un papel activo, ya que pueden compartir sus impresiones e ir comprendiendo así el trabajo. Por otra parte, también es posible confirmar la mayoría de pasajes leídos, el orden de lectura de las historias...", matiza el estudiante.
El gran volumen de información que puede recogerse de forma sistemática a través de los medios digitales podría contribuir a una reinvención de la profesión.
De esta forma se consigue un nuevo tipo de lectura. El autor se aseguró de que la aplicación permitiera dar coherencia a cada "nueva" historia. "Al llevar a cabo un análisis algorítmico del texto, nuestro objetivo es formalizar el proceso de escritura y, por último, sintetizar el texto”, explica Cyril Bornet, estudiante del DH Lab que ha desarrollado la herramienta. A este respecto, subraya que la saga de Daniel de Roulet es “un gran campo de experimentación narrativa".
El objetivo de la investigación en narración llevada a cabo por el DH Lab va más allá de la "reconstrucción" de obras literarias existentes. También pretende tener en cuenta el cambio de hábito de los lectores, que se inclinan más actualmente por relatos de intriga cortos que por estructuras narrativas demasiado largas. "Esta tendencia no se limita a la literatura de ficción, sino que es extensible a una amplia variedad de géneros”, matiza Bornet.
Con todo, se podría discutir si se trata de un enfoque más bien iconoclasta. De hecho, Daniel de Roulet admite estar sorprendido por la forma en que los investigadores del DH Lab veían el material literario como “una simple variable matemática, sin mucha consideración por el duro trabajo del escritor...” Sin embargo, eso no le impidió entusiasmarse con el proyecto y participar activamente en el mismo.
Como parte de su tesis, Bornet quiere analizar, mediante herramientas informáticas, cómo están influyendo las redes sociales en la forma de escribir literatura. “Los nuevos medios dan a los lectores un papel activo, ya que pueden compartir sus impresiones e ir comprendiendo así el trabajo. Por otra parte, también es posible confirmar la mayoría de pasajes leídos, el orden de lectura de las historias...", matiza el estudiante.
El gran volumen de información que puede recogerse de forma sistemática a través de los medios digitales podría contribuir a una reinvención de la profesión.
Antecedentes
Un antecedente de este tipo de reconstrucción literaria se encuentra en el grupo literario Oulipo (siglas de Ouvroir de Littérature Potentielle, o Taller de Literatura Potencial), fundado en 1960 en Francia por Raymond Queneau y François Le Lionnais. Su objetivo era explorar lo que llamaron “literatura potencial”, es decir, producir formas y estructuras a partir de conceptos e ideas relacionados con el lenguaje y sobre todo con las matemáticas, para ofrecer a los escritores como matrices para posibles obras literarias.
En concreto, Cien mil millones de poemas de Raymond Queneau es uno de esos textos oulipianos. Se trata de una obra que consta de 14 estrofas de 10 versos cada una, pero su particularidad es que las estrofas están ordenadas y los versos escritos de tal forma que se puede seleccionar uno de la primera estrofa, otro de la segunda, y así sucesivamente hasta seleccionar 14.
Leídos en el orden de selección compondrán un soneto pero, puesto que hay 10 opciones para cada una de las 14 elecciones, se deduce que se pueden extraer 1.014 sonetos diferentes usando este método. Sin embargo, resulta obvio que incluso en una vida entera de lectura diligente, sólo se podría leer una pequeña porción de los sonetos teóricamente engendrados por las diferentes combinaciones.
A partir de ahora se suma un nuevo método que utiliza un algoritmo informático, lo que facilitará el trabajo sin restar coherencia en cada creación.
Un antecedente de este tipo de reconstrucción literaria se encuentra en el grupo literario Oulipo (siglas de Ouvroir de Littérature Potentielle, o Taller de Literatura Potencial), fundado en 1960 en Francia por Raymond Queneau y François Le Lionnais. Su objetivo era explorar lo que llamaron “literatura potencial”, es decir, producir formas y estructuras a partir de conceptos e ideas relacionados con el lenguaje y sobre todo con las matemáticas, para ofrecer a los escritores como matrices para posibles obras literarias.
En concreto, Cien mil millones de poemas de Raymond Queneau es uno de esos textos oulipianos. Se trata de una obra que consta de 14 estrofas de 10 versos cada una, pero su particularidad es que las estrofas están ordenadas y los versos escritos de tal forma que se puede seleccionar uno de la primera estrofa, otro de la segunda, y así sucesivamente hasta seleccionar 14.
Leídos en el orden de selección compondrán un soneto pero, puesto que hay 10 opciones para cada una de las 14 elecciones, se deduce que se pueden extraer 1.014 sonetos diferentes usando este método. Sin embargo, resulta obvio que incluso en una vida entera de lectura diligente, sólo se podría leer una pequeña porción de los sonetos teóricamente engendrados por las diferentes combinaciones.
A partir de ahora se suma un nuevo método que utiliza un algoritmo informático, lo que facilitará el trabajo sin restar coherencia en cada creación.