Fuente: FairPhone.
FairPhone (literalmente, Teléfono Justo) ha conseguido vender los 5.000 teléfonos móviles sostenibles y respetuosos con las personas y el medio ambiente que necesitaba para poder empezar la producción. De hecho, ya alcanza casi los 7.000, y ahora empezará a fabricarlos.
Se trata de una empresa social con sede en Amsterdam (Países Bajos), y apoyada por la Sociedad Waag, una fundación que tiene como objetivo fomentar la experimentación con las nuevas tecnologías, el arte y la cultura.
Su objetivo era crear un dispositivo móvil que no contuviera minerales de zonas en conflicto y con unas condiciones laborales justas para los trabajadores a lo largo de la cadena de suministro. El proyecto ha recaudado ya el dinero para el lote inicial de teléfonos a través de pre-pedidos.
FairPhone se estableció como empresa social en enero de este año. Su objetivo de fondo es hacer que la producción de la electrónica se más transparente, elevando el listón de la industria y ofreciendo a los consumidores opciones más "justas". Su equipo está formado por siete personas.
La empresa contó con la financiación de 400.000 € de la Sociedad Waaq y realiza todo el proceso, desde la fabricación hasta la comercialización. El teléfono cuesta 325 euros, y se trata técnicamente de un Android 4.2 libre, con doble cámara, pantalla multitáctil de 4,3 pulgadas en calidad HD, 162 gramos de peso, así como Wi-Fi, Bluetooth y GPS.
La mayoría se venderán a través de su página web, pero el grupo de telecomunicaciones KPN ha firmado para comprar parte de la primera remesa de 20.000 teléfonos, y otros grandes operadores han expresado interés, según declaraciones de Bas van Abel, el fundador del proyecto, al Financial Times.
El teléfono está diseñado para ser fácilmente reciclable o reparado, y puede llevar dos tarjetas SIM para que los usuarios con más de un número puedan bastarse con un solo aparato. El móvil, por supuesto, es libre.
Se trata de una empresa social con sede en Amsterdam (Países Bajos), y apoyada por la Sociedad Waag, una fundación que tiene como objetivo fomentar la experimentación con las nuevas tecnologías, el arte y la cultura.
Su objetivo era crear un dispositivo móvil que no contuviera minerales de zonas en conflicto y con unas condiciones laborales justas para los trabajadores a lo largo de la cadena de suministro. El proyecto ha recaudado ya el dinero para el lote inicial de teléfonos a través de pre-pedidos.
FairPhone se estableció como empresa social en enero de este año. Su objetivo de fondo es hacer que la producción de la electrónica se más transparente, elevando el listón de la industria y ofreciendo a los consumidores opciones más "justas". Su equipo está formado por siete personas.
La empresa contó con la financiación de 400.000 € de la Sociedad Waaq y realiza todo el proceso, desde la fabricación hasta la comercialización. El teléfono cuesta 325 euros, y se trata técnicamente de un Android 4.2 libre, con doble cámara, pantalla multitáctil de 4,3 pulgadas en calidad HD, 162 gramos de peso, así como Wi-Fi, Bluetooth y GPS.
La mayoría se venderán a través de su página web, pero el grupo de telecomunicaciones KPN ha firmado para comprar parte de la primera remesa de 20.000 teléfonos, y otros grandes operadores han expresado interés, según declaraciones de Bas van Abel, el fundador del proyecto, al Financial Times.
El teléfono está diseñado para ser fácilmente reciclable o reparado, y puede llevar dos tarjetas SIM para que los usuarios con más de un número puedan bastarse con un solo aparato. El móvil, por supuesto, es libre.
Complejidad
Según informa RTVE, FairPhone tiene acuerdos con organizaciones en Holanda y Alemania para recoger los teléfonos antiguos.
"Además el terminal se vende sin cargador ni auriculares, dando por supuesto que todo el mundo tendrá ya algunos en casa para reutilizarlo, aunque también se puede comprar un cargador aparte por 7,50 euros".
Van Abel admite que, dada la complejidad de estos aparatos, compuestos de cientos de pequeñas piezas, es imposible que la cadena de suministro de su producto sea totalmente justa. Pese a ello, han buscado compañías para materiales como el estaño y el tantalio que les aseguraran que el proceso de producción había sido socialmente justo.
Algunas compañías, como Samsung, han revelado el origen de algunos de los materiales que usan al producir sus móviles: en este caso, de zonas mineras en las que trabajan niños, en Indonesia. En este reportaje de The Guardian, se señala que incluso para compañías que se esfuerzan, como Nokia, resulta muy difícil averiguar el origen de sus materias primas.
Según informa RTVE, FairPhone tiene acuerdos con organizaciones en Holanda y Alemania para recoger los teléfonos antiguos.
"Además el terminal se vende sin cargador ni auriculares, dando por supuesto que todo el mundo tendrá ya algunos en casa para reutilizarlo, aunque también se puede comprar un cargador aparte por 7,50 euros".
Van Abel admite que, dada la complejidad de estos aparatos, compuestos de cientos de pequeñas piezas, es imposible que la cadena de suministro de su producto sea totalmente justa. Pese a ello, han buscado compañías para materiales como el estaño y el tantalio que les aseguraran que el proceso de producción había sido socialmente justo.
Algunas compañías, como Samsung, han revelado el origen de algunos de los materiales que usan al producir sus móviles: en este caso, de zonas mineras en las que trabajan niños, en Indonesia. En este reportaje de The Guardian, se señala que incluso para compañías que se esfuerzan, como Nokia, resulta muy difícil averiguar el origen de sus materias primas.