Mirarás hacia atrás
un dedo te señala
pero no podrás verlo
Mirarás
buscando a un hombre
el monstruo afila
sus garras
Extenderás las manos
a tientas buscarás
aire
y darás...
I
Garganta abajo
se precipitaban
la gente y la sangre
en los helechos
inalcanzable
aullaba un perro
una cabeza entre labios
abrió
la boca del mundo
sus pechos...
No canto
a mis victorias
pues no tengo ninguna,
sino a la simple luz del sol,
a la brisa;
a la generosidad de la primavera.
No canto a mis victorias
sino al trabajo realizado
lo mejor posible;
no aspiro a ningún...
¿Qué nos pregunta el vago
horizonte que se viene
a nuestra melancolía
lleno de gestos mojados
-rendido fantasma que
absorbe las arboledas
y nos invierte el lirio
húmedo y solo del alma?
Juan L. Ortiz...
... Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,
a la que se levanta de noche para ver a su hijo que llora,
a la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,
a la que lucha enardecida en las montañas,
...
Cuando abro la cartera
para enseñar el carné
para pagar algo
o para consultar el horario de trenes
te miro.
El polen de la flor
es más viejo que las montañas
Aravis es joven
para ser una montaña.
...
La educación descaminó a la mayoría;
creen lo que creen porque así los han criado.
El cura continúa lo que empezó la nodriza,
y así el hombre por el niño es embaucado.
John Dryden
...
Diversos son los hombres y diversas las hablas,
y han convenido muchos nombres a un solo amor.
La vieja y frágil plata se convierte en tarde
detenida en la claridad sobre los campos.
La tierra, con trampas de mil finos oídos,
ha cautivado a los pájaros de las...
Hemos buscado la belleza
explorando las aceras;
los rascacielos se caían
sobre nuestras cabezas.
Hemos leído a los poetas,
juntos nos han visto llorar;
hemos quemado las carreteras
rozando la eternidad.
Tendría que soñarte
...