Imagen de Neptuno, con el vórtice oscuro señalado por una flecha. A la derecha, visto con luz azul. Imagen: M.H. Wong/J. Tollefson. Fuente: NASA/ESA/UC Berkeley.
Nuevas imágenes obtenidas el 16 de mayo pasado por el telescopio espacial Hubble de la NASA (agencia espacial estadounidense) confirman la presencia de un vórtice oscuro en la atmósfera de Neptuno. A pesar de que se observaron características similares durante el vuelo del Voyager 2 sobre Neptuno en 1989 y por el telescopio espacial Hubble en 1994, este vórtice es el primero que se observa en Neptuno en el siglo XXI.
El descubrimiento fue anunciado el 17 de mayo, en un telegrama electrónico de la Oficina Central de Telegramas Astronómicos, por el astrónomo de la Universidad de California en Berkeley Mike Wong, que dirigió el equipo que analizó los datos del Hubble.
Los vórtices oscuros de Neptuno son sistemas de alta presión y por lo general están acompañados de brillantes nubes "compañeras", que también son visibles en el lejano planeta. Las nubes brillantes se forman cuando el flujo de aire ambiental es perturbado y desviado hacia arriba sobre el vórtice oscuro, haciendo que los gases probablemente se congelen en forma de cristales de metano de hielo.
"Los vórtices oscuros pasan sin esfuerzo través de la atmósfera como enormes montañas gaseosas en forma de lente", dice Wong en la nota de prensa de Hubble. "Y las nubes de compañía son similares a las denominadas nubes orográficas en forma de tortitas que aparecen sobre las montañas de la Tierra."
A partir de julio de 2015, varios aficionados observaron nubes brillantes de nuevo en Neptuno, desde el Observatorio W. M. Keck de Hawai. Los astrónomos sospecharon que estas nubes podrían ser nubes brillantes de compañía que seguían a un vórtice oscuro invisible. Los vórtices oscuros de Neptuno se ven normalmente sólo en longitudes de onda azules, y sólo Hubble tiene la alta resolución requerida para verlos en el lejano Neptuno.
En septiembre de 2015, el programa Legado de Atmósferas de los Planetas Exteriores (OPAL), un proyecto del telescopio espacial Hubble a largo plazo que anualmente captura mapas globales de los planetas exteriores, reveló una mancha oscura cerca de la ubicación de las nubes brillantes, que había sido rastreada desde el terreno.
Al ver el vórtice por segunda vez, las nuevas imágenes del Hubble confirman que OPAL realmente detectó un elemento de larga duración. Los nuevos datos permitieron al equipo crear un mapa de mayor calidad del vórtice y su entorno.
El descubrimiento fue anunciado el 17 de mayo, en un telegrama electrónico de la Oficina Central de Telegramas Astronómicos, por el astrónomo de la Universidad de California en Berkeley Mike Wong, que dirigió el equipo que analizó los datos del Hubble.
Los vórtices oscuros de Neptuno son sistemas de alta presión y por lo general están acompañados de brillantes nubes "compañeras", que también son visibles en el lejano planeta. Las nubes brillantes se forman cuando el flujo de aire ambiental es perturbado y desviado hacia arriba sobre el vórtice oscuro, haciendo que los gases probablemente se congelen en forma de cristales de metano de hielo.
"Los vórtices oscuros pasan sin esfuerzo través de la atmósfera como enormes montañas gaseosas en forma de lente", dice Wong en la nota de prensa de Hubble. "Y las nubes de compañía son similares a las denominadas nubes orográficas en forma de tortitas que aparecen sobre las montañas de la Tierra."
A partir de julio de 2015, varios aficionados observaron nubes brillantes de nuevo en Neptuno, desde el Observatorio W. M. Keck de Hawai. Los astrónomos sospecharon que estas nubes podrían ser nubes brillantes de compañía que seguían a un vórtice oscuro invisible. Los vórtices oscuros de Neptuno se ven normalmente sólo en longitudes de onda azules, y sólo Hubble tiene la alta resolución requerida para verlos en el lejano Neptuno.
En septiembre de 2015, el programa Legado de Atmósferas de los Planetas Exteriores (OPAL), un proyecto del telescopio espacial Hubble a largo plazo que anualmente captura mapas globales de los planetas exteriores, reveló una mancha oscura cerca de la ubicación de las nubes brillantes, que había sido rastreada desde el terreno.
Al ver el vórtice por segunda vez, las nuevas imágenes del Hubble confirman que OPAL realmente detectó un elemento de larga duración. Los nuevos datos permitieron al equipo crear un mapa de mayor calidad del vórtice y su entorno.
Diversidad
Los vórtices oscuros de Neptuno han exhibido una diversidad sorprendente en los últimos años, en términos de tamaño, forma y estabilidad (serpentean, y a veces aceleran o frenan). También vienen y van en escalas de tiempo mucho más cortas en comparación con anticiclones similares observados en Júpiter; las grandes tormentas de Júpiter evolucionan a lo largo de décadas.
Los astrónomos planetarios esperan entender mejor cómo se originan los vórtices oscuros, qué controla sus derivas y oscilaciones, cómo interactúan con el medio ambiente, y la forma en que finalmente se disipan, según explica el estudiante de doctorado de Berkeley Joshua Tollefson. La medición de la evolución del nuevo vórtice oscuro extenderá el conocimiento tanto de los propios vórtices oscuros, como de la estructura y la dinámica de la atmósfera circundante.
El equipo, dirigido por Wong, también incluye a Ricardo Hueso y Agustín Sánchez-Lavega, de la Universidad del País Vasco-EHU, así como científicos de la Société Astronomique de France y de varias universidades estadounidenses.
Los vórtices oscuros de Neptuno han exhibido una diversidad sorprendente en los últimos años, en términos de tamaño, forma y estabilidad (serpentean, y a veces aceleran o frenan). También vienen y van en escalas de tiempo mucho más cortas en comparación con anticiclones similares observados en Júpiter; las grandes tormentas de Júpiter evolucionan a lo largo de décadas.
Los astrónomos planetarios esperan entender mejor cómo se originan los vórtices oscuros, qué controla sus derivas y oscilaciones, cómo interactúan con el medio ambiente, y la forma en que finalmente se disipan, según explica el estudiante de doctorado de Berkeley Joshua Tollefson. La medición de la evolución del nuevo vórtice oscuro extenderá el conocimiento tanto de los propios vórtices oscuros, como de la estructura y la dinámica de la atmósfera circundante.
El equipo, dirigido por Wong, también incluye a Ricardo Hueso y Agustín Sánchez-Lavega, de la Universidad del País Vasco-EHU, así como científicos de la Société Astronomique de France y de varias universidades estadounidenses.