La teología pluralista no es sólo un fenómeno cristiano, es también un movimiento que va arraigando en el discurso religioso de los pensadores de las grandes religiones y hasta en algunos movimientos religiosos, entre los cuales no se puede menospreciar el tan temido pero, a la vez, desgraciadamente, tan ignorado, New Age.
La teología pluralista de las religiones se muestra muy sensible a dos signos del nuevo paradigma religioso, como son la laicización de las religiones y la consolidación de una religión sin creencias estáticas. Todavía no sabemos hacia dónde conducen las tendencias pluralistas en las teologías de las religiones.
Pero todo apunta a que este esfuerzo dialógico cooperará al crecimiento de las relaciones entre culturas y tradiciones que unen sus esfuerzos en la construcción de una sociedad reconciliada y pacificadora.
En un artículo anterior en Tendencias21 de las Religiones sobre el pluralismo religioso, se describe en una amplia panorámica las ramas del gran árbol de las teologías para el encuentro entre las diversas tradiciones religiosas. Por otra parte, en otro artículo posterior, el profesor Javier Monserrat ha abierto nuevas vías de diálogo a partir de una nueva hermenéutica del kerigma cristiano desde la aceptación de la incertidumbre de un universo enigmático. Tal vez aquí podamos justificar teológicamente las tendencias convergentes, digamos irreversibles, de las religiones hacia un proyecto polimórfico común y solidario.
Uno de los signos de identidad de las culturas del siglo XXI consiste en la aceptación real de la pluralidad epistemológica que hace posible la aceptación de la diversidad de tradiciones sin caer en el cómodo sincretismo ni en el falso irenismo ni el engañoso solipsismo.
Dentro de esta dinámica, las teologías del pluralismo religioso están pasando a primer plano. Como apuntaba el jesuita y teólogo experto en hinduismo Jacques Dupuis (El cristianismo y las religiones. Del desencuentro al diálogo. Sal Terrae, Santander, 2002), cuando hablamos de “teología de las religiones” o del “pluralismo religioso”, no se debe entender el genitivo sólo en sentido objetivo, como si se tratase de un objeto nuevo sobre el que investigar. Más que un nuevo tema para la reflexión teológica, la teología de las religiones debe ser considerada como un nuevo modo de hacer teología en un contexto interreligioso. Es reflexión teológica sobre el diálogo y en el diálogo. Es teología dialógica interreligiosa.
Como ya apuntamos en el artículo anterior publicado en Tendencias21 de las Religiones, en todo el mundo y en todas las tradiciones culturales y religiosas crece la necesidad de aceptar el pluralismo para reforzar la identidad propia y afirmar más la presencia religiosa en una sociedad secular. Síntesis como “Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso” (Sal Terrae, 2000) y “El cristianismo y las religiones. Del desencuentro al diálogo” (Sal Terrae, 2002) de Jacques Dupuis; o Juan José Tamayo. Otra teología es posible. Interculturalidad, pluralismo religioso y feminismos, Herder 2011; 2012, 2ª edición; Juan José Tamayo. El diálogo interreligioso ante los desafíos de nuestro tiempo, ADGN, Valencia 2010; y también “Teología del pluralismo religioso” (Quito, 2004) de José María Vigil, han llegado al público de habla hispana.
Ya hemos aludido allí a un ensayo enriquecedor del teólogo Francesc Torradeflot, “La teología pluralista de las religiones” (publicado en “Qüestions de Vida Cristiana” [nº 189. Publicacions de L'Abadia de Montserrat. Barcelona. Marzo de 1998, y traducido con Raúl González] ofrece pistas muy sugerentes para detectar las tendencias de las religiones en el siglo XXI. Este artículo resume muchas de sus formulaciones.
Como se ha apuntado en otros artículos en Tendencias21 de la Religiones, es frecuente que los sociólogos del pluralismo religioso establezcan una tipología de la teología de las religiones organizada en torno a tres modelos: el exclusivismo más tradicionalista de Barth, de Danielou y del "extra ecclesiamm nulla salus"; el inclusivismo inspirado básicamente en la cristología rahneriana y en Raimon Panikkar; y el tercer modelo, el más controvertido, el modelo de las teologías del pluralismo religioso en sus diversas formas (Knitter, P. F., One Earth, Many Religions – Multifaith Dialogue & Global Responsability (=On Earth), p., XV-XVI. Race, A., Christian and Religious Pluralism: Patterns in the Christian Theology of Religions, Orbis Books, New York, 1983). En este ensayo nos referimos a este tercer modelo.
Tres teólogos del pluralismo religioso
En este artículo pasamos revista a tres teólogos del pluralismo religioso que, en opinión de Francesc Torradeflot, más han contribuido a la construcción de un paradigma que parece marcar las tendencias de las teologías del pluralismo religioso en el siglo XXI. Este autor selecciona tres autores de entre el magma de teólogos pluralistas, por su relieve y lo representativo de sus publicaciones, dentro de esta corriente de la teología de las religiones.
Comenzaremos con Wilfred Cantwell Smith, que es un autor que relaciona muy íntimamente teología e historia de las religiones; seguiremos con el autor más emblemático y polémico, John Hick (fallecido en 2012); y terminaremos con la "traducción libre" de éste, en el terreno católico, el americano Paul F. Knitter.
1. La teología universal de Wilfred Cantwell Smith
La mayoría de los teólogos protestantes de las religiones de hoy se mueven en el marco neoliberal y consideran que la fuente más importante de la teología es la experiencia más que una verdad transcendente. Esta teología es teocéntrica y propone una noción común de Dios. Autores como John B. Cobb, Jürgen Moltmann y el recientemente fallecido (5 septiembre 2014), Wolfharth Pannenberg son una excepción, ya que consideran que el Cristo es un medio crítico para saber quién es Dios, y proponen un "cristocentrismo no exclusivista y no relativista" (ver para ello el artículo de Rouner, L., "La teología de las religiones en la teología protestante", en Concilium 203 (1986) 142, 145-146).
La teología universal
No cabe duda de que en el marco de la teología de las religiones protestantes existe interés por lo que se denomina "teología universal". Esta es una aspiración y una tarea nacida del diálogo interreligioso y que consiste en elaborar una teología global de la religión en la que se tiene en cuenta la comprensión propia de cada fe por las otras y de las otras por la fe propia.
Esta teología ha de ser el resultado de todas las comunidades religiosas, aunque haya sido la cristiana la iniciadora, especialmente en el Departamento de Religión de la Temple University y por la prestigiosa revista de diálogo interreligioso The Journal of Ecumenical Studies (Una panorámica de estos esfuerzos teológicos universalistas puede encontrarse en Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987).
Esta aspiración de la teología de las religiones protestantes ha estado inspirada, entre otros factores, por la obra de Wilfred Cantwell Smith, quien cree que la experiencia religiosa del mundo ha entrado en una nueva fase: la pluralista. Wilfred Cantwell Smith, fallecido en 2000, fue un historiador presbiteriano, doctor en lenguas orientales por la Princenton University, que trabajó y enseñó una decena de años en Lahore, Pakistán. Fue también un islamólogo mundialmente acreditado que ha dado muchas conferencias y que ha dirigido durante nueve años el Harvard Center for the Study of World Religions, un centro que se ha propuesto dialogar con la Harvard Divinity School y con las teologías cristianas en general. Los escritos de W. Cantwell Smith más conocidos en el campo de la teología de las religiones, son The Meaning and End of Religion (1963) y Towards a World Theology (1981).
Llegado a la reflexión teológica a partir de su búsqueda histórica y por una cierta opción humanista, su conocimiento de los pueblos y de su historia, le ha llevado a reconocimiento de la presencia de la gracia de Dios en las comunidades religiosas no cristianas (Puede verse su colaboración: Smith, W. C., "Theology and the World’s Religious History", en Swidler, L. (ed.), Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987, p. 63).
La teología pluralista de las religiones se muestra muy sensible a dos signos del nuevo paradigma religioso, como son la laicización de las religiones y la consolidación de una religión sin creencias estáticas. Todavía no sabemos hacia dónde conducen las tendencias pluralistas en las teologías de las religiones.
Pero todo apunta a que este esfuerzo dialógico cooperará al crecimiento de las relaciones entre culturas y tradiciones que unen sus esfuerzos en la construcción de una sociedad reconciliada y pacificadora.
En un artículo anterior en Tendencias21 de las Religiones sobre el pluralismo religioso, se describe en una amplia panorámica las ramas del gran árbol de las teologías para el encuentro entre las diversas tradiciones religiosas. Por otra parte, en otro artículo posterior, el profesor Javier Monserrat ha abierto nuevas vías de diálogo a partir de una nueva hermenéutica del kerigma cristiano desde la aceptación de la incertidumbre de un universo enigmático. Tal vez aquí podamos justificar teológicamente las tendencias convergentes, digamos irreversibles, de las religiones hacia un proyecto polimórfico común y solidario.
Uno de los signos de identidad de las culturas del siglo XXI consiste en la aceptación real de la pluralidad epistemológica que hace posible la aceptación de la diversidad de tradiciones sin caer en el cómodo sincretismo ni en el falso irenismo ni el engañoso solipsismo.
Dentro de esta dinámica, las teologías del pluralismo religioso están pasando a primer plano. Como apuntaba el jesuita y teólogo experto en hinduismo Jacques Dupuis (El cristianismo y las religiones. Del desencuentro al diálogo. Sal Terrae, Santander, 2002), cuando hablamos de “teología de las religiones” o del “pluralismo religioso”, no se debe entender el genitivo sólo en sentido objetivo, como si se tratase de un objeto nuevo sobre el que investigar. Más que un nuevo tema para la reflexión teológica, la teología de las religiones debe ser considerada como un nuevo modo de hacer teología en un contexto interreligioso. Es reflexión teológica sobre el diálogo y en el diálogo. Es teología dialógica interreligiosa.
Como ya apuntamos en el artículo anterior publicado en Tendencias21 de las Religiones, en todo el mundo y en todas las tradiciones culturales y religiosas crece la necesidad de aceptar el pluralismo para reforzar la identidad propia y afirmar más la presencia religiosa en una sociedad secular. Síntesis como “Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso” (Sal Terrae, 2000) y “El cristianismo y las religiones. Del desencuentro al diálogo” (Sal Terrae, 2002) de Jacques Dupuis; o Juan José Tamayo. Otra teología es posible. Interculturalidad, pluralismo religioso y feminismos, Herder 2011; 2012, 2ª edición; Juan José Tamayo. El diálogo interreligioso ante los desafíos de nuestro tiempo, ADGN, Valencia 2010; y también “Teología del pluralismo religioso” (Quito, 2004) de José María Vigil, han llegado al público de habla hispana.
Ya hemos aludido allí a un ensayo enriquecedor del teólogo Francesc Torradeflot, “La teología pluralista de las religiones” (publicado en “Qüestions de Vida Cristiana” [nº 189. Publicacions de L'Abadia de Montserrat. Barcelona. Marzo de 1998, y traducido con Raúl González] ofrece pistas muy sugerentes para detectar las tendencias de las religiones en el siglo XXI. Este artículo resume muchas de sus formulaciones.
Como se ha apuntado en otros artículos en Tendencias21 de la Religiones, es frecuente que los sociólogos del pluralismo religioso establezcan una tipología de la teología de las religiones organizada en torno a tres modelos: el exclusivismo más tradicionalista de Barth, de Danielou y del "extra ecclesiamm nulla salus"; el inclusivismo inspirado básicamente en la cristología rahneriana y en Raimon Panikkar; y el tercer modelo, el más controvertido, el modelo de las teologías del pluralismo religioso en sus diversas formas (Knitter, P. F., One Earth, Many Religions – Multifaith Dialogue & Global Responsability (=On Earth), p., XV-XVI. Race, A., Christian and Religious Pluralism: Patterns in the Christian Theology of Religions, Orbis Books, New York, 1983). En este ensayo nos referimos a este tercer modelo.
Tres teólogos del pluralismo religioso
En este artículo pasamos revista a tres teólogos del pluralismo religioso que, en opinión de Francesc Torradeflot, más han contribuido a la construcción de un paradigma que parece marcar las tendencias de las teologías del pluralismo religioso en el siglo XXI. Este autor selecciona tres autores de entre el magma de teólogos pluralistas, por su relieve y lo representativo de sus publicaciones, dentro de esta corriente de la teología de las religiones.
Comenzaremos con Wilfred Cantwell Smith, que es un autor que relaciona muy íntimamente teología e historia de las religiones; seguiremos con el autor más emblemático y polémico, John Hick (fallecido en 2012); y terminaremos con la "traducción libre" de éste, en el terreno católico, el americano Paul F. Knitter.
1. La teología universal de Wilfred Cantwell Smith
La mayoría de los teólogos protestantes de las religiones de hoy se mueven en el marco neoliberal y consideran que la fuente más importante de la teología es la experiencia más que una verdad transcendente. Esta teología es teocéntrica y propone una noción común de Dios. Autores como John B. Cobb, Jürgen Moltmann y el recientemente fallecido (5 septiembre 2014), Wolfharth Pannenberg son una excepción, ya que consideran que el Cristo es un medio crítico para saber quién es Dios, y proponen un "cristocentrismo no exclusivista y no relativista" (ver para ello el artículo de Rouner, L., "La teología de las religiones en la teología protestante", en Concilium 203 (1986) 142, 145-146).
La teología universal
No cabe duda de que en el marco de la teología de las religiones protestantes existe interés por lo que se denomina "teología universal". Esta es una aspiración y una tarea nacida del diálogo interreligioso y que consiste en elaborar una teología global de la religión en la que se tiene en cuenta la comprensión propia de cada fe por las otras y de las otras por la fe propia.
Esta teología ha de ser el resultado de todas las comunidades religiosas, aunque haya sido la cristiana la iniciadora, especialmente en el Departamento de Religión de la Temple University y por la prestigiosa revista de diálogo interreligioso The Journal of Ecumenical Studies (Una panorámica de estos esfuerzos teológicos universalistas puede encontrarse en Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987).
Esta aspiración de la teología de las religiones protestantes ha estado inspirada, entre otros factores, por la obra de Wilfred Cantwell Smith, quien cree que la experiencia religiosa del mundo ha entrado en una nueva fase: la pluralista. Wilfred Cantwell Smith, fallecido en 2000, fue un historiador presbiteriano, doctor en lenguas orientales por la Princenton University, que trabajó y enseñó una decena de años en Lahore, Pakistán. Fue también un islamólogo mundialmente acreditado que ha dado muchas conferencias y que ha dirigido durante nueve años el Harvard Center for the Study of World Religions, un centro que se ha propuesto dialogar con la Harvard Divinity School y con las teologías cristianas en general. Los escritos de W. Cantwell Smith más conocidos en el campo de la teología de las religiones, son The Meaning and End of Religion (1963) y Towards a World Theology (1981).
Llegado a la reflexión teológica a partir de su búsqueda histórica y por una cierta opción humanista, su conocimiento de los pueblos y de su historia, le ha llevado a reconocimiento de la presencia de la gracia de Dios en las comunidades religiosas no cristianas (Puede verse su colaboración: Smith, W. C., "Theology and the World’s Religious History", en Swidler, L. (ed.), Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987, p. 63).
El encuentro con la divinidad según W.C. Smith
Para este teólogo e historiador, - según Francesc Torradeflot - toda tradición religiosa ha de ser entendida como un encuentro divino-humano vital y transformador, lo cual ha de llevar a la renovación de la praxis de las llamadas “misiones” que, desde su punto de vista, no deben buscar la “conversión” de los llamados paganos a la fe verdadera, sino la participación y el desarrollo de esta experiencia liberadora y humanizadora. W. Cantwell Smith recuerda el ejemplo de los cristianos con el judío Martín Buber (Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984, p. 32-33).
W. C. Smith buscó durante toda su vida un nuevo punto de partida para el discurso teológico que fuera capaz de fundamentar una "teología universal de la religión", en la línea de lo que proponía el congreso del 17 al 19 de Octubre de 1984 en la Temple University de Filadelfia (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984 p., 51-52). En esto, en que toda teología ha de ser global, coincide con Paul F. Knitter (No Other Name?, p. 46 y 223-229).
W. C. Smith era consciente de este hecho: la construcción de una teología universal sería una tarea de minorías y fuertemente contestada; pero creía firmemente que ya no se puede hacer teología desde el aislamiento de una sola tradición cultural y religiosa.
La historia de las religiones como el fundamento de la teología
Smith se consideraba – según Francesc Torradeflot - más como un "historiador de la religión" y creía que esta disciplina es y ha de ser el fundamento de la teología. La relación entre historia y teología es tan íntima que Smith llegaba a identificar la historia de la religión verdadera y la teología auténtica, afirmando que "decir la verdad sobre Dios significa interpretar fielmente –accurately- la historia de la vida religiosa del hombre" (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984 pág. 55-71). Para Smith la historia de la religión no es arqueología sino una realidad viva y dinámica, resultado de la interacción de la tradición heredada, la propia personalidad, el medio vital y la realidad transcendente (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984, p. 61-63).
Sin embargo, nuestro autor era consciente de las limitaciones culturales de un discurso teísta; por ello, lo asume no sin proponer a aquellos a quienes no agrada o no lo entienden, la alternativa de hablar de "realidad transcendente" en lugar de "Dios". Puesto que Dios, en todas las tradiciones religiosas, está más allá de la comprensión, Smith, como la mayor parte de los teólogos pluralistas, movido por la nostalgia del deseo de conocer a Dios, quería integrar todo aquello que pueda tener alguna relación con Él. Dios es la finalidad de toda religión. Es una tarea más teocéntrica que la de otros teólogos de las religiones.
Se debe aprovechar todo aquello que Dios nos ofrece sin rechazar nada. Para este autor no existe dicotomía alguna entre historia y transcendencia. El homo religiosus es el pilar de la nueva teología mundial, el lugar de intersección entre el tiempo y la eternidad (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions , Orbis Books, New York, 1984, p. 52-53 y 57-60. Smith, W. C., Towards a World Theology, Westminster, Philadelphie, 1981, p. 175-176).
La reconciliación de las religiones
Smith estaba persuadido – según Francesc Torradeflot - de que la revelación cristiana demanda una actitud moral de reconciliación con las otras religiones y una actitud de servicio (Smith, W. C., The Faith of Other Men, Harper Torchbooks, New York, 1972, p. 129 s.).
Smith, en sus escritos y conferencias, reinterpreta también el tema de la revelación, uno de los temas más controvertidos en teología de las religiones. En su opinión, Dios habla de formas diferentes y cada tradición es sensible a una dimensión de la Verdad que el teólogo ha de intentar explicar. Solamente existe una fe, pero posee múltiples formas [Smith, W. C., "Theology and the World’s Religious History", en Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987 p. 66-67. 71; Smith, W. C. The Meaning and End of Religion, New American Library, 1964, p. 141, 342, 170-173]. Pero el Dios que habla es el de Cristo, que es el que nos dice cómo se realiza él mismo en el amor a todos los hombres. Un discípulo de Jesucristo no puede aceptar la arrogancia de los exclusivismos intolerantes.
Pero esta voluntad universalista no siempre fue bien recibida en el ambiente pluralista. Así –según Francesc Torradeflot- el teólogo metodista John B. Cobb (Cobb, J. B. "Toward a Christocentric Catholic Theology" en Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987), por ejemplo, rechaza la expresión "teología universal de la religión" porque acentúa las semejanzas metafísicas entre las religiones relativizando la historia y la teología.
El carácter no contradictorio de las diversas experiencias religiosas, exige, para algunos teólogos pluralistas, una única última realidad, pero es posible que haya más de una única Realidad y que se deba hablar de "pluralismo metafísico" lo que supone que Jesús sea interpretado y vivido también por otras tradiciones religiosas. Pero esta cuestión será tratada con más profundidad por John Hick.
2. John Hick: el pluralismo como lenguaje simbólico de los indicios de Dios
John Harwood Hick (1922-2012) ha sido un filósofo de la religión y teólogo nacido en Inglaterra pero que ha trabajado en Estado Unidos durante muchos años. Se suele considerar "el más radical, mejor conocido y, por ello, el más discutido" de los teólogos pluralistas (Knitter, P. F., One Earth, Many Religions – Multifaith Dialogue & Global Responsability (=On Earth), 19 p. 147). Ha hecho importantes contribuciones a la teología de las religiones, - tal como hemos apuntado en otro artículo en Tendencias21 de las Religiones - a la teodicea, a la cristología y a la escatología. Y como filósofo, ha destacado en el campo de la epistemología de las religiones y al pluralismo religioso. El teólogo católico Paul F. Knitter – del que tratamos más adelante- considera a Monika Hellwig, John A. T. Robinson y Alan Race como teólogos inspirados en la cristología no normativa de Hick.
El peregrinaje intelectual y espiritual
John Harwood Hick, doctor en literatura por la Universidad de Edimburgo, en filología por la de Oxford y en filosofía por la de Cambridge, ha enseñado, entre otras, en las Universidades de Cornell, en Cambridge, - donde impartió cursos de teología-, y de Birmingham, - donde fue profesor de teología- , así como en el Princenton Theological Seminary, donde dio clases de filosofía cristiana. Antes de jubilarse, fue profesor de filosofía de la religión en la Claremont Graduate School de California, donde enseñaba también J. Cobb.
Para este teólogo e historiador, - según Francesc Torradeflot - toda tradición religiosa ha de ser entendida como un encuentro divino-humano vital y transformador, lo cual ha de llevar a la renovación de la praxis de las llamadas “misiones” que, desde su punto de vista, no deben buscar la “conversión” de los llamados paganos a la fe verdadera, sino la participación y el desarrollo de esta experiencia liberadora y humanizadora. W. Cantwell Smith recuerda el ejemplo de los cristianos con el judío Martín Buber (Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984, p. 32-33).
W. C. Smith buscó durante toda su vida un nuevo punto de partida para el discurso teológico que fuera capaz de fundamentar una "teología universal de la religión", en la línea de lo que proponía el congreso del 17 al 19 de Octubre de 1984 en la Temple University de Filadelfia (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984 p., 51-52). En esto, en que toda teología ha de ser global, coincide con Paul F. Knitter (No Other Name?, p. 46 y 223-229).
W. C. Smith era consciente de este hecho: la construcción de una teología universal sería una tarea de minorías y fuertemente contestada; pero creía firmemente que ya no se puede hacer teología desde el aislamiento de una sola tradición cultural y religiosa.
La historia de las religiones como el fundamento de la teología
Smith se consideraba – según Francesc Torradeflot - más como un "historiador de la religión" y creía que esta disciplina es y ha de ser el fundamento de la teología. La relación entre historia y teología es tan íntima que Smith llegaba a identificar la historia de la religión verdadera y la teología auténtica, afirmando que "decir la verdad sobre Dios significa interpretar fielmente –accurately- la historia de la vida religiosa del hombre" (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984 pág. 55-71). Para Smith la historia de la religión no es arqueología sino una realidad viva y dinámica, resultado de la interacción de la tradición heredada, la propia personalidad, el medio vital y la realidad transcendente (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions, Orbis Books, New York, 1984, p. 61-63).
Sin embargo, nuestro autor era consciente de las limitaciones culturales de un discurso teísta; por ello, lo asume no sin proponer a aquellos a quienes no agrada o no lo entienden, la alternativa de hablar de "realidad transcendente" en lugar de "Dios". Puesto que Dios, en todas las tradiciones religiosas, está más allá de la comprensión, Smith, como la mayor parte de los teólogos pluralistas, movido por la nostalgia del deseo de conocer a Dios, quería integrar todo aquello que pueda tener alguna relación con Él. Dios es la finalidad de toda religión. Es una tarea más teocéntrica que la de otros teólogos de las religiones.
Se debe aprovechar todo aquello que Dios nos ofrece sin rechazar nada. Para este autor no existe dicotomía alguna entre historia y transcendencia. El homo religiosus es el pilar de la nueva teología mundial, el lugar de intersección entre el tiempo y la eternidad (Smith, W. C., en: Coward, H., Pluralism – Challenge to World Religions , Orbis Books, New York, 1984, p. 52-53 y 57-60. Smith, W. C., Towards a World Theology, Westminster, Philadelphie, 1981, p. 175-176).
La reconciliación de las religiones
Smith estaba persuadido – según Francesc Torradeflot - de que la revelación cristiana demanda una actitud moral de reconciliación con las otras religiones y una actitud de servicio (Smith, W. C., The Faith of Other Men, Harper Torchbooks, New York, 1972, p. 129 s.).
Smith, en sus escritos y conferencias, reinterpreta también el tema de la revelación, uno de los temas más controvertidos en teología de las religiones. En su opinión, Dios habla de formas diferentes y cada tradición es sensible a una dimensión de la Verdad que el teólogo ha de intentar explicar. Solamente existe una fe, pero posee múltiples formas [Smith, W. C., "Theology and the World’s Religious History", en Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987 p. 66-67. 71; Smith, W. C. The Meaning and End of Religion, New American Library, 1964, p. 141, 342, 170-173]. Pero el Dios que habla es el de Cristo, que es el que nos dice cómo se realiza él mismo en el amor a todos los hombres. Un discípulo de Jesucristo no puede aceptar la arrogancia de los exclusivismos intolerantes.
Pero esta voluntad universalista no siempre fue bien recibida en el ambiente pluralista. Así –según Francesc Torradeflot- el teólogo metodista John B. Cobb (Cobb, J. B. "Toward a Christocentric Catholic Theology" en Swidler, L. (ed.), Towards a Universal Theology of Religion, Orbis Books, New York, 1987), por ejemplo, rechaza la expresión "teología universal de la religión" porque acentúa las semejanzas metafísicas entre las religiones relativizando la historia y la teología.
El carácter no contradictorio de las diversas experiencias religiosas, exige, para algunos teólogos pluralistas, una única última realidad, pero es posible que haya más de una única Realidad y que se deba hablar de "pluralismo metafísico" lo que supone que Jesús sea interpretado y vivido también por otras tradiciones religiosas. Pero esta cuestión será tratada con más profundidad por John Hick.
2. John Hick: el pluralismo como lenguaje simbólico de los indicios de Dios
John Harwood Hick (1922-2012) ha sido un filósofo de la religión y teólogo nacido en Inglaterra pero que ha trabajado en Estado Unidos durante muchos años. Se suele considerar "el más radical, mejor conocido y, por ello, el más discutido" de los teólogos pluralistas (Knitter, P. F., One Earth, Many Religions – Multifaith Dialogue & Global Responsability (=On Earth), 19 p. 147). Ha hecho importantes contribuciones a la teología de las religiones, - tal como hemos apuntado en otro artículo en Tendencias21 de las Religiones - a la teodicea, a la cristología y a la escatología. Y como filósofo, ha destacado en el campo de la epistemología de las religiones y al pluralismo religioso. El teólogo católico Paul F. Knitter – del que tratamos más adelante- considera a Monika Hellwig, John A. T. Robinson y Alan Race como teólogos inspirados en la cristología no normativa de Hick.
El peregrinaje intelectual y espiritual
John Harwood Hick, doctor en literatura por la Universidad de Edimburgo, en filología por la de Oxford y en filosofía por la de Cambridge, ha enseñado, entre otras, en las Universidades de Cornell, en Cambridge, - donde impartió cursos de teología-, y de Birmingham, - donde fue profesor de teología- , así como en el Princenton Theological Seminary, donde dio clases de filosofía cristiana. Antes de jubilarse, fue profesor de filosofía de la religión en la Claremont Graduate School de California, donde enseñaba también J. Cobb.
Obras más importantes de John Hick:
• Faith and Knowledge, (1st ed. 1957, 2nd ed. 1966)
• Evil and the God of Love, (1966, 1985, reissued 2007)
• The Many Faced Argument with Arthur C. McGill (1967, 2009).
• Philosophy of Religion (1970, 4th ed. 1990)
• Death and the Eternal Life (1st ed. 1976)
• (Editor) The Myth of God Incarnate (1977)
• (Editor with Paul F. Knitter) The Myth of Christian Uniqueness: Toward a Pluralistic Theology of Religions (1987)
• An Interpretation of Religion: Human Responses to the Transcendent (1989, reissued 2004)
• The Metaphor of God Incarnate (1993, 2nd ed. 2005)
• The New Frontier of Religion and Science: Religious Experience, Neuroscience and the Transcendent (2006).
• Faith and Knowledge, (1st ed. 1957, 2nd ed. 1966)
• Evil and the God of Love, (1966, 1985, reissued 2007)
• The Many Faced Argument with Arthur C. McGill (1967, 2009).
• Philosophy of Religion (1970, 4th ed. 1990)
• Death and the Eternal Life (1st ed. 1976)
• (Editor) The Myth of God Incarnate (1977)
• (Editor with Paul F. Knitter) The Myth of Christian Uniqueness: Toward a Pluralistic Theology of Religions (1987)
• An Interpretation of Religion: Human Responses to the Transcendent (1989, reissued 2004)
• The Metaphor of God Incarnate (1993, 2nd ed. 2005)
• The New Frontier of Religion and Science: Religious Experience, Neuroscience and the Transcendent (2006).
Este amplio currículo avala la tarea intelectual de Hick, que critica una filosofía del lenguaje demasiado positivista del discurso filosófico. Sus investigaciones se fundamentan en nuevas interpretaciones teológicas sobre cristología. Junto con Ian M. Crombie (1917-2010) propone la noción de "verificación escatológica" (Hick, J. (ed.), The existence of God, Macmillan, New York, 1964, p. 252-253), y se pregunta sobre el sentido de expresiones religiosas como "Jesús es el Hijo de Dios encarnado".
Hick afirma en textos diversos que la fórmula de Calcedonia de las dos naturalezas, es una interpretación literal, que es consecuente con las reglas coetáneas al concilio de Calcedonia (año 451), cuando la interpretación de la Biblia era entendida al pie de la letra, a pesar de que el concilio evitó su interpretación explícita.
Repensar la encarnación según Calcedonia
Concluye Hick que el lenguaje utilizado en esta fórmula cristológica sobre la encarnación no tiene el valor indicativo que permita afirmar un hecho metafísico, sino tiene solo un valor expresivo para referirse y evocar una actitud. La doctrina de la encarnación no es, pues, una teoría científica sino un misterio que podría ser admitido también por los no cristianos. Para Hick, existe una estrecha relación entre una lectura simbólica de los concilios y de la Biblia y una teología de las religiones menos tribal y conflictiva. Quiere una lectura no fundamentalista de la encarnación. Por ello, para el profesor británico, "no podemos permitir que nuestra propia mitología Occidental de la encarnación del Hijo de María funcione como una máscara de hierro desde la cual no se deja que Jesús hable a la humanidad" (Hick, J., "Jesus and the World Religions" en Hick, J., (ed.), The Myth of God Incarnate, p. 177-180, 182-184; En castellano: La metáfora del Dios encarnado; Hick, J., y también: God and the universe of Faiths, p. XI).
De acuerdo con Francesc Torradeflot, John Hick describe su propia trayectoria intelectual como un "peregrinaje espiritual" o una "conversión", desde un cristianismo institucional hacia un compromiso más radical y evangélico de tipo fundamentalista, que le llevó a convertirse en ministro de la Iglesia Presbiteriana de Inglaterra.
El giro copernicano
Su espíritu inquieto le hace interrogarse continuamente sobre la diversidad aparente de las revelaciones de Dios a las diversas religiones. Para él, el pluralismo práctico que vivió en Birmingham durante una década, provocó en él una nueva transformación, a la que denominará" la revolución copernicana" y que, a partir de 1973, propondrá a toda la cristiandad. Se trata de pasar de una perspectiva "ptolemaica", el eje de la cual es la propia religión, a una perspectiva "copernicana" de la vida religiosa de la humanidad, el eje de la cual es Dios (Hick, J., "Jesus and the World Religions" en Hick, J. (ed.), The Myth of God Incarnate, p. 131; Hick, J., God has Many Names, Mcmillan, London, 1980, p. 1-6. )
Repensando el pluralismo religioso
John Hick, motivado no tan solo por el pluralismo social que vivía, sino también por el pluralismo religioso, se siente "llamado a asumir una visión religiosa global que sea consciente de la unidad de toda la humanidad ante Dios y que, a la vez, de sentido a la diversidad de caminos de Dios en las variadas corrientes de la vida humana" [Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J. (ed.), The Myth of God Incarnate, p. 180].
La perspectiva "ptolemaica", sea en el cristianismo, sea en el hinduismo, puede permanecer, pero cuando reconocemos su relatividad histórica, sentimos "la necesidad de una teoría más sofisticada, comprensiva y socialmente válida" que la del inclusivismo. Quiere ver la acción de Dios en toda la vida religiosa de la humanidad, a través de los momentos reveladores presentes en las grandes religiones. Es un giro fundamentalmente teocéntrico. Así, la revelación de Dios en Jesucristo da continuidad al conocimiento de Dios en las otras religiones.
Para Hick, que tiene una noción de la religión y de la historia marcada por la idea hindú de nama-rupa (el mundo concreto y pasajero de los nombres y las formas), las pretensiones absolutas de las religiones tienen un carácter poético o mítico. Eso supone un riesgo de relativismo que Smith pretende conjurar con la afirmación de un mismo Dios salvador universal y Hick con la evidencia de la Realidad Absoluta en sí misma servicioskoinonia.org/relat/422.htm, a pesar de la relatividad de sus expresiones [Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. 132, 139-140].
Hick – y seguimos a Francesc Torradeflot- habla de un "Espíritu divino", de una Realidad Divina o Absoluta, de un único Logos tras todas las religiones, sea personal o impersonal, hecho que sólo depende de las circunstancias históricas, culturales o psicológicas (Hick, J., "Whatever Path Men Choose is Mine", en Hick, J. – Hebblethwaite, B. (ed.), Christianity and Others Religions, Fortress Philadelphie, 1980, p. 178; Hick, J. "On Granding Religions", a Religious Studies 17 (1981) 452-453, 467).
Cada expresión religiosa es, por tanto, relativa, porque la autorrevelación de lo divino ha de tomar formas diversas para la libertad humana situada en la historia: "la Realidad Última ha tocado la consciencia humana, para proporcionarle su liberación o "salvación", de maneras diferentes". Dios salva en cada una de las grandes religiones y por cada una de las grandes religiones [Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J. (ed.) The Myth of God Incarnate, p. 180-181; Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. X-XI].
El pluralismo deviene, por tanto, una respuesta a una realidad religiosa en cambio continuo, presente en todas las religiones, y hace definitivamente imposible las pretensiones absolutistas de toda tradición religiosa en sus relaciones con las otras.. Así pues, doctrinas cristianas como la de la encarnación y la Trinidad, por ejemplo, no pueden ser nunca más exclusivistas, ya que no son más que "construcciones imaginarias" – "a mythological or poetic way", "a mythological idea", "theoretical constructions"- que expresan en un lenguaje cultural concreto lo que él denomina "la hipérbole del corazón", es decir, la devoción a Jesús. Jesús es quien nos muestra a Dios, "el hombre aprobado por Dios para jugar un papel especial en el plan de Dios", un "hombre tan abierto y atento a Dios, que Dios va a poder actuar por el de una manera, todavía hoy, llena de sentido para nosotros" [Hick, J., God has Many Names, Westminster Press, Philadelphie 1980, p. 125] En consecuencia, la cristología no normativa y la metafísica de Hick comparten la idea de la necesidad del diálogo interreligioso [Knitter, P. F., o. c., p. 152]
“No todas las religiones tienen el mismo valor”
Para Hick, no todas las religiones tienen el mismo valor. Valora sobre todo las grandes religiones, considerando que las primitivas han de ser purificadas de sus crueldades. Las grandes religiones son el "modelo global" que fue establecido tras las transformaciones espirituales, semejantes a las de la edad de oro de los siglos VIII al III a.C. [Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. 135-137, 141]
Lo decisivo de toda religión es transformar la experiencia humana centrada en ella misma, en una experiencia humana centrada en la Realidad [Hick, J., "On Granding Religions", en Religious Studies, 17 (1981) 463; Hick, J., "Pluralism and the Reality of the Transcendent" en Christian Century, 98 (1981) 46-47]
Todas las religiones participan de una estructura ética y soteriológica común, porque buscan una Realidad Última común, liberada del egocentrismo y del sufrimiento propio, y más sensible a las otras dimensiones de la Realidad. El grado de verdad de una religión dependerá de si favorece y de cómo favorece la mejor cualidad de la existencia humana, liberándola del egocentrismo. No obstante, Hick recuerda que no sabremos si una gran religión tienen una perspectiva mejor de la Realidad Última hasta que no alcancemos el estado escatológico final. Para este autor, la solución final de la relación entre las religiones es que "la única unidad posible para ellas será la escatológica" [Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. 130].
Mientras tanto, necesitamos el diálogo interreligioso para favorecer una transformación más eficaz de la existencia humana y una ampliación de la percepción de la Realidad de cada religión, fundamentada en la "lógica del infinito", más acostumbrada a la interpretación complementaria de lo Real que no a la contradictoria. En el futuro, las religiones no serán más que "énfasis y diferentes variaciones en una vida religiosa global" según las diferentes maneras de organización, cultura y rituales o los diversos acentos psicológicos [Hick, J., o. c., p. 146-147]
Cuestionar las bases de la cristología tradicional
Como hemos visto, el pensamiento de Hick cuestiona aspectos considerados fundamentales por la cristología tradicional. Gracias a los resultados de la búsqueda exegética, se demuestra, según él, que las doctrinas sobre la Trinidad y sobre la encarnación son una "creación de la Iglesia definida solamente en el siglo V después de Cristo, en el Concilio de Calcedonia". En consecuencia, las ideas representadas en los credos y en las liturgias, son un producto humano de carácter "opcional y mitológico" [Hick, J., "Preface to reissue", en Hick, J.(ed.), o. c., P. XI; Hick, J. (ed.) The Myth of God Incarnate, p. IX-X; Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J., p. 168]
Esta propiedad de la cristología es comparable a la de la budología y muestra una tendencia común del pensamiento religioso de la humanidad a exaltar al fundador de una experiencia religiosa más allá de lo que él ha expresado explícitamente y a comprenderlo mediante un conjunto complejo y progresivo de creencias de los discípulos. Hick piensa que si el Evangelio se hubiese difundido hacia el Oriente, el significado religioso de Jesús se habría expresado en la cultura hindú mediante la idea de avatara y en el budismo Mahayana mediante la idea de boddhisattva. Serían expresiones apropiadas de la misma realidad espiritual [Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J. (ed.) o. c.p. 169-170]
3. El eco pluralista católico: Paul F. Knitter
Proseguimos la descripción de las aportaciones otro de los tres teólogos pluralistas que presenta Francesc Torradeflot en el artículo citado más arriba. Dentro del ámbito católico recoge la reflexión teológica de Paul F. Knitter. Como era de esperar, el pluralismo ha sido bien acogido por teólogos católicos. El eco de este pensamiento va prendiendo, cada vez con más fuerza, en algunos medios católicos de América del Norte. Encontramos una buena cantidad de colaboraciones de esta corriente en las publicaciones de la editorial de la sociedad misionera católica The Catholic Foreign Mission Society of America (Maryknoll), Orbis Books, especialmente en la colección de Diálogo Interreligioso, dirigida por Paul F. Knitter, profesor católico de teología en la Xavier University y que salió de los Misioneros del Verbo Divino.
Paul F. Knitter, licenciado en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, fue discípulo en Innsbruck de K. Rahner, y el primer doctor católico de teología protestante en la Universidad de Marburg en Alemania. Este hecho evidencia su amplitud de miras ecuménica. Poco a poco, Knitter va a irse interesando cada vez más por el diálogo con las religiones no cristianas, sobre todo las de Oriente.
Además de diversos libros, ha publicado también numerosos artículos en las revistas Journal of Ecumenical Studies, Concilium, Horizons, Cross Currents, International Bulletin of Missionary Research y Theology Today. En su introducción a sus dos últimos libros, "my dialogical Odissey", (Knitter, P. F., One Earth Many Religions: Multifaith Dialogue and Global Responsibility. 1-23; Knitter, P. F., Jesus and the Other Names – Christian Mission and Global Responsability, Orbis Books, New York, 1996, p. 1-23), Knitter describe su proceso vital y teológico. Su propia autocomprensión ha sido posible gracias al diálogo con las religiones. Su amistad con un musulmán fiel y de gran firmeza ética y su relación intelectual con Raimon Panikkar, Thomas Merton y Hans Küng, ha determinado su pensamiento sobre las religiones. Knitter reconoce su posición pluralista, pero matiza que, para evitar malentendidos de ahora en adelante, prefiere hablar de teología de las religiones "correlacional" en proceso. Su evolución es "acumulativa", no "disyuntiva", pretende clarificar e innovar desde el pluralismo [Knitter, P. F., One Earth, p. 6-17, 19, 28-37].
Hick afirma en textos diversos que la fórmula de Calcedonia de las dos naturalezas, es una interpretación literal, que es consecuente con las reglas coetáneas al concilio de Calcedonia (año 451), cuando la interpretación de la Biblia era entendida al pie de la letra, a pesar de que el concilio evitó su interpretación explícita.
Repensar la encarnación según Calcedonia
Concluye Hick que el lenguaje utilizado en esta fórmula cristológica sobre la encarnación no tiene el valor indicativo que permita afirmar un hecho metafísico, sino tiene solo un valor expresivo para referirse y evocar una actitud. La doctrina de la encarnación no es, pues, una teoría científica sino un misterio que podría ser admitido también por los no cristianos. Para Hick, existe una estrecha relación entre una lectura simbólica de los concilios y de la Biblia y una teología de las religiones menos tribal y conflictiva. Quiere una lectura no fundamentalista de la encarnación. Por ello, para el profesor británico, "no podemos permitir que nuestra propia mitología Occidental de la encarnación del Hijo de María funcione como una máscara de hierro desde la cual no se deja que Jesús hable a la humanidad" (Hick, J., "Jesus and the World Religions" en Hick, J., (ed.), The Myth of God Incarnate, p. 177-180, 182-184; En castellano: La metáfora del Dios encarnado; Hick, J., y también: God and the universe of Faiths, p. XI).
De acuerdo con Francesc Torradeflot, John Hick describe su propia trayectoria intelectual como un "peregrinaje espiritual" o una "conversión", desde un cristianismo institucional hacia un compromiso más radical y evangélico de tipo fundamentalista, que le llevó a convertirse en ministro de la Iglesia Presbiteriana de Inglaterra.
El giro copernicano
Su espíritu inquieto le hace interrogarse continuamente sobre la diversidad aparente de las revelaciones de Dios a las diversas religiones. Para él, el pluralismo práctico que vivió en Birmingham durante una década, provocó en él una nueva transformación, a la que denominará" la revolución copernicana" y que, a partir de 1973, propondrá a toda la cristiandad. Se trata de pasar de una perspectiva "ptolemaica", el eje de la cual es la propia religión, a una perspectiva "copernicana" de la vida religiosa de la humanidad, el eje de la cual es Dios (Hick, J., "Jesus and the World Religions" en Hick, J. (ed.), The Myth of God Incarnate, p. 131; Hick, J., God has Many Names, Mcmillan, London, 1980, p. 1-6. )
Repensando el pluralismo religioso
John Hick, motivado no tan solo por el pluralismo social que vivía, sino también por el pluralismo religioso, se siente "llamado a asumir una visión religiosa global que sea consciente de la unidad de toda la humanidad ante Dios y que, a la vez, de sentido a la diversidad de caminos de Dios en las variadas corrientes de la vida humana" [Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J. (ed.), The Myth of God Incarnate, p. 180].
La perspectiva "ptolemaica", sea en el cristianismo, sea en el hinduismo, puede permanecer, pero cuando reconocemos su relatividad histórica, sentimos "la necesidad de una teoría más sofisticada, comprensiva y socialmente válida" que la del inclusivismo. Quiere ver la acción de Dios en toda la vida religiosa de la humanidad, a través de los momentos reveladores presentes en las grandes religiones. Es un giro fundamentalmente teocéntrico. Así, la revelación de Dios en Jesucristo da continuidad al conocimiento de Dios en las otras religiones.
Para Hick, que tiene una noción de la religión y de la historia marcada por la idea hindú de nama-rupa (el mundo concreto y pasajero de los nombres y las formas), las pretensiones absolutas de las religiones tienen un carácter poético o mítico. Eso supone un riesgo de relativismo que Smith pretende conjurar con la afirmación de un mismo Dios salvador universal y Hick con la evidencia de la Realidad Absoluta en sí misma servicioskoinonia.org/relat/422.htm, a pesar de la relatividad de sus expresiones [Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. 132, 139-140].
Hick – y seguimos a Francesc Torradeflot- habla de un "Espíritu divino", de una Realidad Divina o Absoluta, de un único Logos tras todas las religiones, sea personal o impersonal, hecho que sólo depende de las circunstancias históricas, culturales o psicológicas (Hick, J., "Whatever Path Men Choose is Mine", en Hick, J. – Hebblethwaite, B. (ed.), Christianity and Others Religions, Fortress Philadelphie, 1980, p. 178; Hick, J. "On Granding Religions", a Religious Studies 17 (1981) 452-453, 467).
Cada expresión religiosa es, por tanto, relativa, porque la autorrevelación de lo divino ha de tomar formas diversas para la libertad humana situada en la historia: "la Realidad Última ha tocado la consciencia humana, para proporcionarle su liberación o "salvación", de maneras diferentes". Dios salva en cada una de las grandes religiones y por cada una de las grandes religiones [Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J. (ed.) The Myth of God Incarnate, p. 180-181; Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. X-XI].
El pluralismo deviene, por tanto, una respuesta a una realidad religiosa en cambio continuo, presente en todas las religiones, y hace definitivamente imposible las pretensiones absolutistas de toda tradición religiosa en sus relaciones con las otras.. Así pues, doctrinas cristianas como la de la encarnación y la Trinidad, por ejemplo, no pueden ser nunca más exclusivistas, ya que no son más que "construcciones imaginarias" – "a mythological or poetic way", "a mythological idea", "theoretical constructions"- que expresan en un lenguaje cultural concreto lo que él denomina "la hipérbole del corazón", es decir, la devoción a Jesús. Jesús es quien nos muestra a Dios, "el hombre aprobado por Dios para jugar un papel especial en el plan de Dios", un "hombre tan abierto y atento a Dios, que Dios va a poder actuar por el de una manera, todavía hoy, llena de sentido para nosotros" [Hick, J., God has Many Names, Westminster Press, Philadelphie 1980, p. 125] En consecuencia, la cristología no normativa y la metafísica de Hick comparten la idea de la necesidad del diálogo interreligioso [Knitter, P. F., o. c., p. 152]
“No todas las religiones tienen el mismo valor”
Para Hick, no todas las religiones tienen el mismo valor. Valora sobre todo las grandes religiones, considerando que las primitivas han de ser purificadas de sus crueldades. Las grandes religiones son el "modelo global" que fue establecido tras las transformaciones espirituales, semejantes a las de la edad de oro de los siglos VIII al III a.C. [Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. 135-137, 141]
Lo decisivo de toda religión es transformar la experiencia humana centrada en ella misma, en una experiencia humana centrada en la Realidad [Hick, J., "On Granding Religions", en Religious Studies, 17 (1981) 463; Hick, J., "Pluralism and the Reality of the Transcendent" en Christian Century, 98 (1981) 46-47]
Todas las religiones participan de una estructura ética y soteriológica común, porque buscan una Realidad Última común, liberada del egocentrismo y del sufrimiento propio, y más sensible a las otras dimensiones de la Realidad. El grado de verdad de una religión dependerá de si favorece y de cómo favorece la mejor cualidad de la existencia humana, liberándola del egocentrismo. No obstante, Hick recuerda que no sabremos si una gran religión tienen una perspectiva mejor de la Realidad Última hasta que no alcancemos el estado escatológico final. Para este autor, la solución final de la relación entre las religiones es que "la única unidad posible para ellas será la escatológica" [Hick, J., God and the Universe of Faiths, p. 130].
Mientras tanto, necesitamos el diálogo interreligioso para favorecer una transformación más eficaz de la existencia humana y una ampliación de la percepción de la Realidad de cada religión, fundamentada en la "lógica del infinito", más acostumbrada a la interpretación complementaria de lo Real que no a la contradictoria. En el futuro, las religiones no serán más que "énfasis y diferentes variaciones en una vida religiosa global" según las diferentes maneras de organización, cultura y rituales o los diversos acentos psicológicos [Hick, J., o. c., p. 146-147]
Cuestionar las bases de la cristología tradicional
Como hemos visto, el pensamiento de Hick cuestiona aspectos considerados fundamentales por la cristología tradicional. Gracias a los resultados de la búsqueda exegética, se demuestra, según él, que las doctrinas sobre la Trinidad y sobre la encarnación son una "creación de la Iglesia definida solamente en el siglo V después de Cristo, en el Concilio de Calcedonia". En consecuencia, las ideas representadas en los credos y en las liturgias, son un producto humano de carácter "opcional y mitológico" [Hick, J., "Preface to reissue", en Hick, J.(ed.), o. c., P. XI; Hick, J. (ed.) The Myth of God Incarnate, p. IX-X; Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J., p. 168]
Esta propiedad de la cristología es comparable a la de la budología y muestra una tendencia común del pensamiento religioso de la humanidad a exaltar al fundador de una experiencia religiosa más allá de lo que él ha expresado explícitamente y a comprenderlo mediante un conjunto complejo y progresivo de creencias de los discípulos. Hick piensa que si el Evangelio se hubiese difundido hacia el Oriente, el significado religioso de Jesús se habría expresado en la cultura hindú mediante la idea de avatara y en el budismo Mahayana mediante la idea de boddhisattva. Serían expresiones apropiadas de la misma realidad espiritual [Hick, J., "Jesus and the World Religions", en Hick, J. (ed.) o. c.p. 169-170]
3. El eco pluralista católico: Paul F. Knitter
Proseguimos la descripción de las aportaciones otro de los tres teólogos pluralistas que presenta Francesc Torradeflot en el artículo citado más arriba. Dentro del ámbito católico recoge la reflexión teológica de Paul F. Knitter. Como era de esperar, el pluralismo ha sido bien acogido por teólogos católicos. El eco de este pensamiento va prendiendo, cada vez con más fuerza, en algunos medios católicos de América del Norte. Encontramos una buena cantidad de colaboraciones de esta corriente en las publicaciones de la editorial de la sociedad misionera católica The Catholic Foreign Mission Society of America (Maryknoll), Orbis Books, especialmente en la colección de Diálogo Interreligioso, dirigida por Paul F. Knitter, profesor católico de teología en la Xavier University y que salió de los Misioneros del Verbo Divino.
Paul F. Knitter, licenciado en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, fue discípulo en Innsbruck de K. Rahner, y el primer doctor católico de teología protestante en la Universidad de Marburg en Alemania. Este hecho evidencia su amplitud de miras ecuménica. Poco a poco, Knitter va a irse interesando cada vez más por el diálogo con las religiones no cristianas, sobre todo las de Oriente.
Además de diversos libros, ha publicado también numerosos artículos en las revistas Journal of Ecumenical Studies, Concilium, Horizons, Cross Currents, International Bulletin of Missionary Research y Theology Today. En su introducción a sus dos últimos libros, "my dialogical Odissey", (Knitter, P. F., One Earth Many Religions: Multifaith Dialogue and Global Responsibility. 1-23; Knitter, P. F., Jesus and the Other Names – Christian Mission and Global Responsability, Orbis Books, New York, 1996, p. 1-23), Knitter describe su proceso vital y teológico. Su propia autocomprensión ha sido posible gracias al diálogo con las religiones. Su amistad con un musulmán fiel y de gran firmeza ética y su relación intelectual con Raimon Panikkar, Thomas Merton y Hans Küng, ha determinado su pensamiento sobre las religiones. Knitter reconoce su posición pluralista, pero matiza que, para evitar malentendidos de ahora en adelante, prefiere hablar de teología de las religiones "correlacional" en proceso. Su evolución es "acumulativa", no "disyuntiva", pretende clarificar e innovar desde el pluralismo [Knitter, P. F., One Earth, p. 6-17, 19, 28-37].
Algunos de los libros más importantes de Paul F. Knitter
• Towards a Protestant Theology of Religions, 1974.
• No Other Name? A Critical Survey of Christian Attitudes toward World Religions, 1985.
• The Myth of Christian Uniqueness: Toward a Pluralistic Theology of Religions. Co-edited with John Hick, 1987.
• Faith, Religion, and Theology: A Contemporary Introduction, 1989. Co-authored with Brennan Hill and William Madges.
• Buddhist Emptiness and Christian Trinity Essays and Explorations, 1990. Co-edited with Roger Corless.
• Death or Dialogue: From the Age of Monologue to the Age of Dialogue, 1990. Co-authored with John B. Cobb, Jr., Monika Hellwig, and Leonard Swidler.
• Pluralism and Oppression: Theology in World Perspective, 1990. Edited.
• One Earth Many Religions: Multifaith Dialogue and Global Responsibility, 1995.
• Jesus and the Other Names: Christian Mission and Global Responsibility, 1996.
• The Uniqueness of Jesus: A Dialogue with Paul Knitter, 1997. Edited by Leonard Swidler and Paul Mojzes.
• Faith, Religion and Theology: A Contemporary Introduction, 1997. Co-authored by Brennan Hill and Williams Madges.
• Introducing Theologies of Religions, 2002.
• Subverting Greed: Religious Perspectives on the Global Economy, 2002. Edited with Chandra Muzaffar.
• Without Buddha I Could Not Be a Christian, 2009.
• Towards a Protestant Theology of Religions, 1974.
• No Other Name? A Critical Survey of Christian Attitudes toward World Religions, 1985.
• The Myth of Christian Uniqueness: Toward a Pluralistic Theology of Religions. Co-edited with John Hick, 1987.
• Faith, Religion, and Theology: A Contemporary Introduction, 1989. Co-authored with Brennan Hill and William Madges.
• Buddhist Emptiness and Christian Trinity Essays and Explorations, 1990. Co-edited with Roger Corless.
• Death or Dialogue: From the Age of Monologue to the Age of Dialogue, 1990. Co-authored with John B. Cobb, Jr., Monika Hellwig, and Leonard Swidler.
• Pluralism and Oppression: Theology in World Perspective, 1990. Edited.
• One Earth Many Religions: Multifaith Dialogue and Global Responsibility, 1995.
• Jesus and the Other Names: Christian Mission and Global Responsibility, 1996.
• The Uniqueness of Jesus: A Dialogue with Paul Knitter, 1997. Edited by Leonard Swidler and Paul Mojzes.
• Faith, Religion and Theology: A Contemporary Introduction, 1997. Co-authored by Brennan Hill and Williams Madges.
• Introducing Theologies of Religions, 2002.
• Subverting Greed: Religious Perspectives on the Global Economy, 2002. Edited with Chandra Muzaffar.
• Without Buddha I Could Not Be a Christian, 2009.
Knitter prefiere conjurar los prejuicios que oscurecen los términos "liberación" y "pluralismo", sustituyéndolos por "responsabilidad global" y por "diálogo correlacional de las religiones", respectivamente.
Knitter ve en el pluralismo la alternativa a la superioridad católica tradicional e históricamente nefasta, procedente de la afirmación errónea de la unicidad de Cristo [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names p. 24, 34, 39, 44: Knitter, P. F., No Other Name?, p. XIII, XV]. Bülmann y Camps han criticado también la superioridad y el ultimismo de la autorrevelación de Dios en Cristo. así como de una comprensión y práctica más abierta, auténtica y liberadora, de la propia fe [ver: Knitter, P. F., "Hans Küng’s Theological Rubicon" en Swidler, L. (ed.), o. c., p. 229]
Teología del pluralismo y teología de la praxis social
Para Knitter, la teología de las religiones y el diálogo interreligioso mundial son necesarios para llegar a un movimiento de liberación planetario [Knitter, P. F., Towards a Liberation Theology of Religions, en Hick, J. - Knitter, P. F., (ed.) o. c., p. 178-200] La teología de Knitter está muy marcada por la primacía de la ortopraxis de la liberación humana. Este autor, intensamente marcado por la experiencia de un tiempo sabático de seis meses, pasado en la India (1991), así como por sus encuentros con indios americanos y su compromiso con comunidades de base del Salvador, relaciona el pluralismo con la liberación eco-humana, el diálogo con la responsabilidad global, "el otro" religioso con "el otro" sufriente.
Como escribe Francesc Torradeflot, “El camino para un diálogo correlacional entre las religiones es un diálogo responsable de alcance global, que combata, no tan sólo el sufrimiento de los pobres, sino también el del planeta, ya que ambos tienen causas comunes” [Knitter, P. F., One Earth, p. 22-24, 54-96, 157-180] La situación personal de Knitter es debida a una fe cosmológica [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names, p. 34-36).
Esta responsabilidad global ha de estar presente en todos los encuentros interreligiosos, acompañada siempre por el reconocimiento silencioso, la admiración y la confianza cósmica en el misterio de la diversidad. La tarea de este teólogo tiene, por tanto, un claro acento soteriológico. Pero, para conseguir este diálogo correlacional, basado en una relación auténtica de respeto y de igualdad de derechos entre las religiones y globalmente responsable, es necesaria una teología comparativa [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names, p. 24, 58-67, 136-156].
Knitter dice, incluso, que la teología de liberación misma ha de ser una teología de diálogo interreligioso, si quiere ser efectiva y que este diálogo ha de incluir la liberación si aspira a ser pleno. Para Knitter, estamos asistiendo a los primeros pasos de una teología global fundamental, sistemática y práctica, que habrá de tener en cuenta a las religiones [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names p. 226-229; Knitter, P. F., One Earth, p. 24].
La cristología teocéntrica de Paul F. Knitter
La teología de las religiones de Knitter tiene implicaciones en su cristología, según Francesc Torradeflot. Como J. Hick, Knitter es muy crítico con la unicidad de Cristo. Considera que, junto a él, hay otros salvadores y reveladores que desempeñan papeles análogos No cuestiona el hecho de la unicidad, sino la forma. Jesús es verdaderamente divino y salvador, pero no el único (solely) ["Verily, but not only". Cf. Knitter, P. F., "Hans Küng’s Theological Rubicon", en Swidler, L. (ed.), o. c., p. 225-226].
Knitter propone, por tanto, una cristología teocéntrica. No hay, pues, revelación final ni normativa: aceptar eso es cruzar el Rubicón del inclusivismo cristocéntrico de los "cristianos anónimos" en dirección a un pluralismo teocéntrico. Revisando y reafirmando el teocentrismo cristiano, el autor ha hablado recientemente de soteriocentrismo o de "plurinormatividad", para enfocar el diálogo según el fundamento común de la responsabilidad global en el bienestar eco-humano. De hecho, para Knitter, Jesús es teocéntrico, si se tienen en cuenta las modernas conclusiones de la cristología. Jesús es "una manifestación" (sacramento, encarnación) eminente universal de la revelación y de la salvación divina".
Para que la figura de Jesús tenga sentido hoy, no se han de absolutizar las interpretaciones de su persona que se fijaron en el Nuevo Testamento, sino que se ha de continuar reinterpretando. Esta nueva lectura sigue el modelo de la cosmovisión de Whitehead, según la cual, "toda la realidad es un vasto proceso de relaciones libres, siempre animado por una atracción creativa hacia una mayor complejidad, harmonía y belleza". Tenemos, entonces, una experiencia panenteista• de relación de Dios con el mundo: Dios no es el mundo, pero todo existe en Él, toda la creación es, por tanto, el lugar de la encarnación divina [Knitter, P. F., No Other Name?, p. XIV, 172-175, 181, 189].
Knitter pide que se deje abierta la cuestión de la normatividad y finalidad de Jesús en todo diálogo sincero entre cristianos y no-cristianos. Piensa que afirmar que Jesús es Dios, no significa que Dios nada más sea Jesús. Si no se aceptan los límites de la encarnación, existe el peligro de caer en el docetismo o en la idolatría [Knitter, P. F., No Other Name?, p. 202-205; Knitter, P. F., Jesus and the Other Names p.37-38, 42].
Para Knitter, - según Francesc Torradeflot - las afirmaciones cristológicas del Nuevo Testamento son más bien expresiones simbólico-poéticas (doxologías, confesiones y exhortaciones) de la experiencia personal o comunitaria de la fe y no afirmaciones literales sobre la naturaleza de Jesús [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names, p. 43].
Conclusión
Como afirma Francesc Torradeflot, de quien hemos sacado muchas de estas ideas, numerosos autores católicos han asumido las tesis pluralistas. Pero sería demasiado largo nombrarlos y exponer los matices propios que van dibujando este mural de la teología pluralista de las religiones. Antes de terminar, cabe mencionar al teólogo católico holandés Edward Schillebeeckx, que a sus ochenta años hizo suyo el discurso pluralista.
Para este venerable profesor de Nimega, de reconocida influencia en el Concilio Vaticano II y co-fundador de la revista Concilium, el pluralismo es, sobre todo, una "realidad cognitiva", es decir, la manera en que podemos percibir nuestro mundo y a nosotros mismos y no tan sólo una cuestión institucional. El pluralismo es, por tanto, una materia de principio y no solamente de hecho, no únicamente real sino también necesaria (Schillebeeckx, E., The Church: The Human Story of God, Crossroad, New York, 1990).
La teología pluralista no es sólo un fenómeno cristiano, es también un movimiento que va arraigando en el discurso religioso de los pensadores de las grandes religiones y hasta en algunos movimientos religiosos, entre los cuales no se puede menospreciar el tan temido pero, a la vez, desgraciadamente, tan ignorado, New Age. Queremos terminar apuntando que la teología pluralista de las religiones se muestra muy sensible a dos signos del nuevo paradigma religioso, como son la laicización de las religiones y la consolidación de una religión sin creencias estáticas.
Todavía no sabemos hacia dónde conducen las tendencias pluralistas en las teologías de las religiones. Pero todo apunta a que este esfuerzo dialógico cooperará al crecimiento de las relaciones entre culturas y tradiciones que unen sus esfuerzos en la construcción de una sociedad reconciliada y pacificadora.
María Dolores Prieto Santana es antropóloga y educadora y colaboradora de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión.
Knitter ve en el pluralismo la alternativa a la superioridad católica tradicional e históricamente nefasta, procedente de la afirmación errónea de la unicidad de Cristo [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names p. 24, 34, 39, 44: Knitter, P. F., No Other Name?, p. XIII, XV]. Bülmann y Camps han criticado también la superioridad y el ultimismo de la autorrevelación de Dios en Cristo. así como de una comprensión y práctica más abierta, auténtica y liberadora, de la propia fe [ver: Knitter, P. F., "Hans Küng’s Theological Rubicon" en Swidler, L. (ed.), o. c., p. 229]
Teología del pluralismo y teología de la praxis social
Para Knitter, la teología de las religiones y el diálogo interreligioso mundial son necesarios para llegar a un movimiento de liberación planetario [Knitter, P. F., Towards a Liberation Theology of Religions, en Hick, J. - Knitter, P. F., (ed.) o. c., p. 178-200] La teología de Knitter está muy marcada por la primacía de la ortopraxis de la liberación humana. Este autor, intensamente marcado por la experiencia de un tiempo sabático de seis meses, pasado en la India (1991), así como por sus encuentros con indios americanos y su compromiso con comunidades de base del Salvador, relaciona el pluralismo con la liberación eco-humana, el diálogo con la responsabilidad global, "el otro" religioso con "el otro" sufriente.
Como escribe Francesc Torradeflot, “El camino para un diálogo correlacional entre las religiones es un diálogo responsable de alcance global, que combata, no tan sólo el sufrimiento de los pobres, sino también el del planeta, ya que ambos tienen causas comunes” [Knitter, P. F., One Earth, p. 22-24, 54-96, 157-180] La situación personal de Knitter es debida a una fe cosmológica [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names, p. 34-36).
Esta responsabilidad global ha de estar presente en todos los encuentros interreligiosos, acompañada siempre por el reconocimiento silencioso, la admiración y la confianza cósmica en el misterio de la diversidad. La tarea de este teólogo tiene, por tanto, un claro acento soteriológico. Pero, para conseguir este diálogo correlacional, basado en una relación auténtica de respeto y de igualdad de derechos entre las religiones y globalmente responsable, es necesaria una teología comparativa [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names, p. 24, 58-67, 136-156].
Knitter dice, incluso, que la teología de liberación misma ha de ser una teología de diálogo interreligioso, si quiere ser efectiva y que este diálogo ha de incluir la liberación si aspira a ser pleno. Para Knitter, estamos asistiendo a los primeros pasos de una teología global fundamental, sistemática y práctica, que habrá de tener en cuenta a las religiones [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names p. 226-229; Knitter, P. F., One Earth, p. 24].
La cristología teocéntrica de Paul F. Knitter
La teología de las religiones de Knitter tiene implicaciones en su cristología, según Francesc Torradeflot. Como J. Hick, Knitter es muy crítico con la unicidad de Cristo. Considera que, junto a él, hay otros salvadores y reveladores que desempeñan papeles análogos No cuestiona el hecho de la unicidad, sino la forma. Jesús es verdaderamente divino y salvador, pero no el único (solely) ["Verily, but not only". Cf. Knitter, P. F., "Hans Küng’s Theological Rubicon", en Swidler, L. (ed.), o. c., p. 225-226].
Knitter propone, por tanto, una cristología teocéntrica. No hay, pues, revelación final ni normativa: aceptar eso es cruzar el Rubicón del inclusivismo cristocéntrico de los "cristianos anónimos" en dirección a un pluralismo teocéntrico. Revisando y reafirmando el teocentrismo cristiano, el autor ha hablado recientemente de soteriocentrismo o de "plurinormatividad", para enfocar el diálogo según el fundamento común de la responsabilidad global en el bienestar eco-humano. De hecho, para Knitter, Jesús es teocéntrico, si se tienen en cuenta las modernas conclusiones de la cristología. Jesús es "una manifestación" (sacramento, encarnación) eminente universal de la revelación y de la salvación divina".
Para que la figura de Jesús tenga sentido hoy, no se han de absolutizar las interpretaciones de su persona que se fijaron en el Nuevo Testamento, sino que se ha de continuar reinterpretando. Esta nueva lectura sigue el modelo de la cosmovisión de Whitehead, según la cual, "toda la realidad es un vasto proceso de relaciones libres, siempre animado por una atracción creativa hacia una mayor complejidad, harmonía y belleza". Tenemos, entonces, una experiencia panenteista• de relación de Dios con el mundo: Dios no es el mundo, pero todo existe en Él, toda la creación es, por tanto, el lugar de la encarnación divina [Knitter, P. F., No Other Name?, p. XIV, 172-175, 181, 189].
Knitter pide que se deje abierta la cuestión de la normatividad y finalidad de Jesús en todo diálogo sincero entre cristianos y no-cristianos. Piensa que afirmar que Jesús es Dios, no significa que Dios nada más sea Jesús. Si no se aceptan los límites de la encarnación, existe el peligro de caer en el docetismo o en la idolatría [Knitter, P. F., No Other Name?, p. 202-205; Knitter, P. F., Jesus and the Other Names p.37-38, 42].
Para Knitter, - según Francesc Torradeflot - las afirmaciones cristológicas del Nuevo Testamento son más bien expresiones simbólico-poéticas (doxologías, confesiones y exhortaciones) de la experiencia personal o comunitaria de la fe y no afirmaciones literales sobre la naturaleza de Jesús [Knitter, P. F., Jesus and the Other Names, p. 43].
Conclusión
Como afirma Francesc Torradeflot, de quien hemos sacado muchas de estas ideas, numerosos autores católicos han asumido las tesis pluralistas. Pero sería demasiado largo nombrarlos y exponer los matices propios que van dibujando este mural de la teología pluralista de las religiones. Antes de terminar, cabe mencionar al teólogo católico holandés Edward Schillebeeckx, que a sus ochenta años hizo suyo el discurso pluralista.
Para este venerable profesor de Nimega, de reconocida influencia en el Concilio Vaticano II y co-fundador de la revista Concilium, el pluralismo es, sobre todo, una "realidad cognitiva", es decir, la manera en que podemos percibir nuestro mundo y a nosotros mismos y no tan sólo una cuestión institucional. El pluralismo es, por tanto, una materia de principio y no solamente de hecho, no únicamente real sino también necesaria (Schillebeeckx, E., The Church: The Human Story of God, Crossroad, New York, 1990).
La teología pluralista no es sólo un fenómeno cristiano, es también un movimiento que va arraigando en el discurso religioso de los pensadores de las grandes religiones y hasta en algunos movimientos religiosos, entre los cuales no se puede menospreciar el tan temido pero, a la vez, desgraciadamente, tan ignorado, New Age. Queremos terminar apuntando que la teología pluralista de las religiones se muestra muy sensible a dos signos del nuevo paradigma religioso, como son la laicización de las religiones y la consolidación de una religión sin creencias estáticas.
Todavía no sabemos hacia dónde conducen las tendencias pluralistas en las teologías de las religiones. Pero todo apunta a que este esfuerzo dialógico cooperará al crecimiento de las relaciones entre culturas y tradiciones que unen sus esfuerzos en la construcción de una sociedad reconciliada y pacificadora.
María Dolores Prieto Santana es antropóloga y educadora y colaboradora de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión.